Estas eran las claves del deseo, la sexualidad y el placer erótico en el antiguo Egipto

Con sus monumentales pirámides, sus frescos de exquisita factura y sus papiros milenarios, el interés por la historia del antiguo Egipto no pierde vigencia. Conocemos bien su cultura material, pero ¿podemos decir lo mismo de esa parte íntima de la existencia que es la sexualidad? Según un reciente estudio firmado por el egiptólogo Uroš Matić, en Egipto el sexo no se concebía como un constructo discursivo fijo, sino como una práctica contextual. Desde los albores de las primeras formaciones estatales egipcias (ca. 3200 a.C.) hasta su transformación en provincia romana (30 a.C.), los significados atribuidos al sexo y al deseo variaron según el periodo.

Deseo y placer: el ideal corporal y los poemas de amor

Según Matić, la ausencia de un término en egipcio antiguo equivalente a “sexualidad” refleja que el sexo era objeto de práctica y experiencia, no de discusión filosófica, un enfoque que contrasta con la categorización moderna de la orientación y la identidad sexual. Los textos egipcios muestran que el amor (mri) no se entendía como un sentimiento romántico, sino como una atracción determinada por las cualidades físicas de la otra persona.

Desde el Antiguo Reino (c. 2543–2120 a.C.), las representaciones de poder sexual resaltaban la diferencia entre el cuerpo masculino cubierto y el femenino desnudo o parcialmente descubierto. Sin embargo, la desnudez no implicaba siempre una expresión del deseo, sino que el contexto del desnudo definía su significado.

La literatura amorosa de los imperios Medio y Nuevo, por ejemplo, muestra un ideal de belleza femenina caracterizado por el cuello largo, los pechos firmes, el cabello de lapislázuli y los brazos de oro. Estos poemas, que se dirigían principalmente a los adolescentes varones, influyeron en la percepción de la belleza y el erotismo de la élite egipcia.

Banquete funerario de Nebamun
Banquete funerario de Nebamun. Fuente: Wikimedia

Espacios de encuentro y sexualidad cotidiana

Las casas egipcias solían estar superpobladas, por lo que el sexo se practicaba en momentos robados y aprovechando las oportunidades circunstanciales. Los poemas de amor suelen situar a sus protagonistas en entornos bucólicos, templos o pabellones privados, lugares que revelan cómo el acceso a la intimidad solía verse limitado por la presencia de familiares u otras personas en el entorno inmediato de los amantes.

Durante los periodos ptolemaico y romano, los baños públicos se convirtieron en nuevos espacios de encuentro. A menudo separados por género, los baños podían convertirse en el escenario ideal para las relaciones homosexuales y los encuentros clandestinos.

Pareja emn estilo egipcio
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El placer ritualizado: sexo y festivales

Los festivales religiosos ofrecían escenarios en los que el sexo y el placer se integraban en la devoción. La fiesta que celebraba el regreso de la diosa del Ojo solar incluía borracheras, bailes y relaciones sexuales como formas de rendir homenaje. Los textos demóticos y las crónicas de Heródoto, por ejemplo, describen los festivales de Bastet, durante los que se exponían públicamente los genitales, se consumía alcohol en exceso y los participantes se entregaban a prácticas sexuales colectivas.

La economía del deseo: la prostitución en Egipto

La evidencia más clara de la práctica de la prostitución en el Egipto faraónico proviene de los periodos ptolemaico y romano. Las mujeres meretrices se conocían como hnm.t. Se trataba de mujeres sexualmente disponibles y con gran movilidad, que cobraban por sus servicios. Algunos papiros documentan a mujeres esclavas que trabajaban en los burdeles. Los romanos, por su parte, introdujeron impuestos sobre la prostitución. Los festivales y celebraciones religiosas también pudieron funcionar como ocasiones de intercambio sexual regulado.

Ostracon con escena homosexual
Ostracon con escena homosexual. Fuente: Wikimedia

Representaciones visuales del sexo

A diferencia de otras culturas antiguas, Egipto produjo escasas representaciones explícitas de actos sexuales humanos. Tanto los textos como el arte estatal se centraron, sobre todo, en los dioses y la cosmogonía. El erotismo explícito, por tanto, se reservó para los contextos divinos.

Entre los hallazgos arqueológicos que no derivan directamente de la esfera estatal, destaca la presencia de ostraca y papiros como el Papiro Turín 55001. Este papiro muestra doce posiciones sexuales; combina, además, elementos cotidianos y rituales e incluye figuras femeninas que podrían ser prostitutas o sacerdotisas de Hathor. Según Matić, estas imágenes indican que todo lo relacionado con el placer sexual estaba culturalmente codificado y limitado por la decencia social.

Relaciones entre dioses y humanos: el erotismo divino

El sexo entre dioses y humanos tenía un papel central en los mitos cosmogónicos. La concepción de un faraón divino se vinculaba a la unión entre un dios masculino y una mujer humana, mientras que la interacción inversa (el encuentro sexual entre un hombre y una diosa) se consideraba peligrosa y prohibida. Algunos textos de la época de Hatshepsut y Amenhotep III muestran escenas eróticas que mezclan lo humano y lo divino y que utilizan el lenguaje del cuerpo para expresar poder y fertilidad. Con todo, estas fuentes también respetaban las normas ontológicas que protegían y mantenían la jerarquía y la estabilidad social.

Fiesta
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Interacciones entre personas del mismo sexo

Antes del periodo ptolemaico, el sexo entre individuos del mismo género no fue objeto de grandes disquisiciones, aunque sí existieron prácticas y términos específicos, como hmj.w o nkk.w, principalmente para designar a los varones pasivos en las relaciones homosexuales. Estos términos reflejaban prácticas más que identidades, y se usaban de manera despectiva para marcar desviaciones de la norma heterosexual masculina.

Las referencias a mujeres que deseaban a otras mujeres son escasas. Con todo, algunos textos del siglo III d.C. muestran que existía el reconocimiento de la homosexualidad femenina, aunque siempre desde una mirada masculina que definía esta interacción sexual desde los roles de la dominación y la pasividad.

La percepción de la sexualidad en la civilización egipcia

En la sexualidad egipcia, las prácticas, el deseo y el placer se codificaban de acuerdo con el estatus y el género, y se integraban en los festivales, los mitos y los espacios cotidianos. La evidencia demuestra que el erotismo era reconocido, regulado y disfrutado en el conjunto de la sociedad, desde la élite hasta los contextos comunes.

Referencias

  • Matic, Uroš. 2024. “Sexuality in Ancient Egypt: Pleasures, Desires, Norms, and Representations”, en Merry E. Wiesner-Hanks y Mathew Kuefler (eds.), The Cambridge World History of Sexualities. Volume 2: Systems of Thought and Belief, pp. 22-42. Cambridge University Press.

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: