Este es el huevo de Pascua pintado más antiguo que se conoce: tiene más de 500 años y aún se conserva íntegro

En el corazón de Europa del Este, donde la artesanía popular se entrelaza con ritos religiosos y creencias ancestrales, la tradición de decorar huevos con elaborados motivos simbólicos ha perdurado durante siglos. A pesar de la pervivencia de esta costumbre y de los testimonios escritos que documentan su historia, ningún hallazgo arqueológico había ofrecido una evidencia tan antigua como la que proporciona esta pieza. Conocido como el pysanka de Lviv (o Leópolis), este singular huevo decorado data del siglo XV y se descubrió en Ucrania en un estado de conservación sorprendente.

Un hallazgo extraordinario: el pysanka de Leópolis

El descubrimiento en un pozo negro

En 2013, durante unas excavaciones arqueológicas en el centro histórico de Leópolis (Lviv), en el oeste de Ucrania, los investigadores descubrieron un huevo decorado en un viejo pozo, entre una capa de cenizas correspondiente a finales del siglo XV o principios del XVI. Según los informes, se trataba de un huevo de pato, decorado con líneas de color marrón rojizo sobre un fondo blanco que, con probabilidad, se aplicaron mediante una técnica similar a la reserva con cera.

Decoración por capas

La técnica de reserva con cera consiste en cubrir con cera las áreas de la pieza que no se quieren pintar o esmaltar. La cera sirve para protegerlas mientras se aplica la pintura. De este modo, los colores solo se adhieren a aquellas zonas que no se han recubierto. Este procedimiento puede repetirse varias veces, lo que permite superponer capas de color y obtener una gama de matices especialmente rica y compleja.

Un huevo decorado intacto

Lo que distingue al pysanka de leópolis de otros huevos pintados antiguos no es solo su antigüedad —más de medio milenio—, sino su extraordinario estado de conservación. El huevo se presenta entero, con la cáscara intacta y los motivos ornamentales aún visibles a simple vista. Esta grado de preservación resulta en extremo inusual, dado que los huevos, al ser objetos orgánicos frágiles, raramente sobreviven más allá de unas pocas décadas, y menos aún en un contexto arqueológico.

El análisis preliminar del objeto sugiere que se vació antes de ser decorado, un procedimiento tradicional que habría evitado su descomposición. Tras pasar años almacenado en el Museo Nacional de Historia Natural de Leópolis, un grupo de investigadores lo ha recuperado para su estudio. Así, han podido confirmar su cronología: es el ejemplo más antiguo conocido de un huevo pascual decorado de esta manera.

Huevo decorado más antiguo
El pysanka de Leópolis. Fuente: Rescue Archaeological Service at the Ukrainian National Academy of Sciences’ Institute of Archaeolog

Pysanka: una tradición escrita en cera

El huevo hallado en Leópolis se inscribe en una rica tradición artística y ritual muy arraigada en el mundo eslavo oriental. En Ucrania, los huevos decorados se conocen como pysanky (en singular, pysanka), una palabra que proviene del verbo ucraniano pysaty “escribir”. De hecho, el proceso de decoración se entiende no tanto como “pintura” cuanto una forma de “escritura”. Los símbolos se trazan sobre el huevo con cera caliente, creando diseños complejos que combinan significado espiritual, estacional y familiar.

La práctica de decorar huevos, por tanto se convierte en un acto de transmisión cultural en el que se funden los rituales precristianos con la liturgia cristiana ortodoxa. La técnica tradicional emplea una herramienta llamada kystka, con la que se aplica la cera de abeja derretida para delimitar las zonas que no se ornamentarán. La decoración, que puede incluir motivos geométricos, florales, animales o solares, se realiza agregando capas de cera y sumergiendo el huevo en tintes de diferentes colores. Por último, se derrite la cera para revelar el diseño multicolor final.

Pysanky
Pysanky decorados con motivos tradicionales. Fuente: Pixabay

Significados ocultos en los motivos

En un pysanka, cada figura posee una carga simbólica y un valor apotropaico. Las líneas quebradas, las cruces solares, los triángulos o los árboles de la vida están cargados de significados relacionados con la fertilidad, la protección, el ciclo agrícola o la resurrección.

Las diferentes tonalidades también transmiten mensajes. El rojo simboliza el amor y la vida, el negro representa la eternidad o el más allá, el amarillo evoca el sol y la cosecha, mientras que el blanco sugiere pureza espiritual. El hecho de que el pysanka de Leópolis muestre trazos geométricos marrones sobre un fondo blanco podría revelar una versión primitiva de estos códigos. De cualquier modo, su elaboración responde a una lógica cultural que estaba firmemente establecida en la Ucrania bajomedieval.

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La decoración de los pysanky solía dejarse en manos de las mujeres. Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Elaboración y ritual: entre lo doméstico y lo sagrado

La creación de los pysanky era una práctica ritualizada que solía reservarse a las mujeres, y se realizaba en silencio durante la Cuaresma. El acto de decorar un huevo requería concentración, pureza espiritual y una atmósfera adecuada, casi sagrada. A menudo se preparaban docenas de huevos para regalar durante la Pascua, colocar en los campos como bendición o guardar en casa como amuletos protectores.

En tiempos antiguos, muchas familias creían que los pysanky protegían al hogar de desgracias, enfermedades y mal de ojo. Por ello, se colocaban en los graneros, los corrales y los alféizares para proteger a los animales y las cosechas. Algunos incluso se enterraban junto a los muertos a modo de ofrendas.

Aunque la tradición se vio reprimida con dureza durante el período soviético —especialmente en Ucrania occidental—, la diáspora ucraniana contribuyó a mantener viva la práctica en América del Norte y Europa. En la actualidad ha experimentado un renacimiento tanto en contextos religiosos como artísticos.

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Huevos pintados. Fuente: Pixabay

El pysanka de Leópolis: un testimonio frágil, pero poderoso

El descubrimiento del pysanka más antiguo conocido hasta el momento no solo amplía nuestro conocimiento arqueológico sobre las costumbres del este europeo en la Edad Media, sino que respalda la antigüedad y continuidad de la tradición en el territorio ucranio. La evidencia sugiere que ya en el siglo XV existían técnicas de vaciado y decoración del huevo que prefiguraban las formas más sofisticadas del arte popular ucraniano.

La importancia de este huevo decorado trasciende lo anecdótico. El pysanka de Leópolis conecta el presente con un pasado de fe, arte popular y rituales comunitarios, y confirma que la práctica de decorar huevos en Ucrania tiene raíces mucho más profundas de lo que se suponía.

Referencias

Cortesía de Muy Interesante



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