En África han adoptado un nuevo enfoque para luchar contra la caza furtiva e incluye ratas. Pero no cualquier tipo: se trata de ratas gigantes que han demostrado una gran habilidad para detectar explosivos y patógenos como el causante de la tuberculosis. Ahora, estos animales están siendo entrenados para identificar olores de fauna silvestre en peligro de extinción, incluso cuando están ocultas entre otras sustancias.
Según un estudio publicado en Frontiers in Conservation Science, un equipo internacional de investigadores probó que estas criaturas son capaces de detectar cuernos de rinocerontes, marfil de elefante, escamas de pangolín y hasta madera africana, productos que comúnmente son objeto del tráfico ilegal debido a su alto valor en el mercado negro.
Entrenamiento especializado para ratas
Los investigadores de APOPO, una organización en Tanzania responsable del estudio, buscó probar que las ratas gigantes africanas son capaces de identificar con precisión una gran cantidad de productos ilegales. Para lograrlo, diseñaron un entrenamiento olfativo dividido por etapas, cuya finalidad era afinar las capacidades de detección de once ejemplares seleccionados para la prueba.
En la primera fase, denominada como “de indicación“, las ratas aprendieron a sostener su nariz en un agujero con el aroma objetivo. Cuando lo hacían correctamente, los animales fueron recompensados. Luego, los animales se enfrentaron a “olores no deseados“, como granos de café o detergentes, sustancias que los traficantes suelen utilizar para enmascarar olores de fauna silvestre.
Durante la última etapa, denominada como “de discriminación“, se enseñó a las ratas a ignorar olores que no fueran objetivos y concentrarse solo en las especies amenazadas. También se puso a prueba su capacidad de retención olfativa tras periodos de cinco y ocho meses. Gracias a esto, los investigadores pudieron demostrar que la memoria y retención cognitiva de las ratas era comparable a la de los perros.
Desafíos y futuras aplicaciones
Las ratas entrenadas serán equipadas con chalecos especiales hechos a medida. Estos atuendos no son meros productos estéticos; en realidad son capaces de emitir una señal sonora cuando sus portadoras detecten un producto de fauna en peligro. El equipo cree que estos animales pueden ser de gran utilidad en puntos críticos de tráfico ilegal, como los puertos de Kenia y Tanzania.
APOPO además señala que usar ratas resultará muy eficiente, tanto en coste como en tiempo, sobre todo en comparación con los métodos tradicionales, que son más costosos. Sin embargo, aunque los resultados iniciales parecen alentadores, lo cierto es que el experimento fue realizado en un ambiente controlado. Es por eso que se realizarán más pruebas, con el fin de adaptar a los roedores a contextos de tráfico ilegal más complejos.
Kate Webb, principal coautora del artículo, es consciente de que el tráfico de fauna salvaje por lo general está ligado a otras actividades delictivas, como el narcotráfico y el tráfico de armas. Es por eso que considera que las ratas gigantes africanas podrían incluso ser de utilidad en la lucha contra redes criminales de talla global, no solo dedicadas al tráfico de especies amenazadas.
Cortesía de Xataka
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