“Este estudio ofrece el análisis más sólido hasta la fecha del tamaño y la forma del megalodón”: un hallazgo sorprendente que redefine lo que sabíamos sobre este tiburón prehistórico

El megalodón (Otodus megalodon) ha sido representado durante décadas como un tiburón blanco gigante, una imagen popularizada en documentales y películas. Sin embargo, una nueva investigación ha cambiado por completo esta percepción. Según el estudio más detallado hasta la fecha, este colosal depredador tenía una forma mucho más alargada y estilizada, con un cuerpo más hidrodinámico y menos robusto de lo que se creía.

Este hallazgo es el resultado de una revisión exhaustiva de sus proporciones corporales, basada en comparaciones con 165 especies de tiburones extintos y actuales. El estudio, publicado en Palaeontologia Electronica, no solo ha permitido estimar su tamaño con mayor precisión, sino que también ha revelado aspectos clave sobre su locomoción, eficiencia energética y posible causa de extinción.

Un método innovador para estimar su tamaño y forma

Uno de los principales desafíos para estudiar al megalodón es la falta de un esqueleto completo. Como los tiburones modernos, su esqueleto estaba compuesto mayormente por cartílago, un material que raramente se fosiliza. Por esta razón, la mayoría de las reconstrucciones anteriores se basaban en comparaciones con el tiburón blanco, lo que ahora se considera un error.

Para obtener un modelo más preciso, los investigadores analizaron restos vertebrales del megalodón y los compararon con datos de especies actuales y extintas. El equipo utilizó una columna vertebral parcial hallada en Bélgica, con una longitud de 11,1 metros. A partir de las proporciones corporales de otros tiburones, calcularon que este individuo pudo haber medido al menos 16,4 metros en total. Además, una vértebra aún mayor hallada en Dinamarca sugiere que algunos ejemplares podrían haber alcanzado los 24,3 metros de longitud.

Según el estudio, “O. megalodon podría haber tenido un cuerpo más esbelto y posiblemente alcanzado hasta 24,3 metros de longitud”​. Esto lo convertiría en uno de los depredadores marinos más grandes que jamás hayan existido.

El esquema muestra la evolución de los tiburones lamniformes, la reconstrucción de la columna vertebral del megalodón y el método utilizado para estimar su tamaño y peso. Fuente: Palaeontologia Electronica

Un cuerpo diseñado para la eficiencia

Otro aspecto clave del estudio es que el megalodón no tenía una forma similar al tiburón blanco, sino que se parecía más al tiburón limón (Negaprion brevirostris). Este tipo de estructura corporal indica que el megalodón tenía un nado más eficiente, adaptado para desplazarse por grandes distancias sin gastar tanta energía.

El análisis mostró que la cabeza del megalodón representaba el 16,6% de su longitud total, mientras que su cola ocupaba el 32,6%. Estas proporciones lo colocan en un grupo de tiburones con cuerpos más aerodinámicos y de nado estable, en lugar de los tiburones de emboscada, como el blanco. Como explicó el investigador Phillip Sternes, “en lugar de parecerse a un gran tiburón blanco, tenía un cuerpo más similar al de un tiburón limón, con una forma más delgada y alargada. Esto tiene mucho más sentido desde el punto de vista de la eficiencia en el agua”​.

El gráfico compara la relación entre el tamaño corporal y la proporción de esbeltez en tiburones y cetáceos, mostrando cómo la alometría afecta la forma del megalodón en comparación con especies modernas. Fuente: Palaeontologia Electronica

Nacimiento y crecimiento: gigantes desde el inicio

Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que los megalodones nacían con un tamaño impresionante. Se estima que las crías medían entre 3,6 y 3,9 metros al nacer, es decir, el tamaño de un tiburón blanco adulto.

Esta característica sugiere que los embriones del megalodón practicaban oofagia intrauterina, un fenómeno en el que los embriones más desarrollados se alimentan de los huevos no fecundados dentro del útero de la madre. Esta estrategia permitía que las crías nacieran más grandes y con una ventaja competitiva desde el inicio.

Por otra parte, se ha estimado que el megalodón podía vivir hasta 80 años, alcanzando su tamaño máximo en la edad adulta avanzada.

La imagen compara la forma original de varios tiburones con una reconstrucción hipotética del megalodón, basada en su posible esbeltez y tamaño máximo estimado. Fuente: Palaeontologia Electronica

Competencia y extinción: el declive del megalodón

El megalodón dominó los océanos durante más de 20 millones de años, pero se extinguió hace aproximadamente 3,6 millones de años. Una de las principales hipótesis sobre su desaparición es la competencia con el tiburón blanco.

El estudio reveló que los megalodones jóvenes alcanzaban los 6 metros de longitud en sus primeros años de vida, lo que coincidía con el tamaño máximo de un tiburón blanco adulto. Esto sugiere que podría haber existido una fuerte competencia por presas entre ambas especies.

El tiburón blanco, más pequeño pero más ágil y eficiente en términos energéticos, pudo haber tenido ventajas en un entorno cambiante, lo que habría contribuido a la desaparición del megalodón.

Referencias

  • Shimada, Kenshu, Motani, Ryosuke, Wood, Jake J., Sternes, Phillip C., Tomita, Taketeru, Bazzi, Mohamad, et al. 2025. Reassessment of the possible size, form, weight, cruising speed, and growth parameters of the extinct megatooth shark, Otodus megalodon (Lamniformes: Otodontidae), and new evolutionary insights into its gigantism, life history strategies, ecology, and extinction. Palaeontologia Electronica, 28(1):a12. DOI: 10.26879/1502.

Cortesía de Muy Interesante



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