Ya sea bañar autos en oro o tener animales exóticos como mascotas, a veces las excentricidades de los multimillonarios parecen superar los límites. A tal grado pueden llegar sus peculiares gustos que incluso, hubo quien se dedicó a coleccionar árboles.
Desde hace algunos años, semana a semana barcazas cargadas de árboles, plantas y flores exóticas y raras atraviesan el Mar Negro. No es ninguna instalación artística ni un proyecto ambiental, sino que van a parar a un exclusivo jardín privado que está diseñado por uno de los hombres más ricos de Georgia.
El protagonista de esta historia es Bidzina Ivanishvili, ex primer ministro de Georgia entre 2012 y 2013, y un apasionado de los árboles. Su amor por ellos es tan profundo que nadie ha logrado detener su ambicioso proyecto de colección.
En los últimos años, su parque privado ha acumulado más de 200 ejemplares, muchos de ellos arrancados de tierras pobres y de las densas selvas del país. Ivanishvili supervisa personalmente la selección de cada árbol, asegurándose de que cumplan con su visión.
Según informó The New York Times, aproximadamente la mitad de estos árboles han sido trasladados al parque por barco y la otra mitad en camiones. Las carreteras, en ocasiones estrechas y bordeadas de casas y vegetación, deben adaptarse a este peculiar tráfico.
Igualmente, otros árboles e incluso viviendas han tenido que ser removidos para abrir camino hacia el Parque Dendrológico Shekvetili, en la costa del Mar Negro.
Tal ha sido el impacto de su actividad, que la cineasta georgiana, Salomé Jashi, llevó a cabo el documental Taming the Garden en el que trató de buscar el porqué detrás de la pasión de Ivanishvili.
“A mi parecer, un árbol flotante era un símbolo de poder, de deseo, de querer algo a cualquier precio”.
Salomé Jashi.
No obstante, el encargado del proyecto Sulaberidze, rechazó tales especulaciones al afirmar que su jefe “solo tiene amor por los árboles”.
De acuerdo con The Guardian, durante la década de 1990, Ivanishvili vivió en Rusia, donde amasó su fortuna gracias a que fundó diversos negocios en banca, metales y telecomunicaciones. Lo anterior, al aprovechar las oportunidades de la caótica era post-soviética.
Al regresar a Georgia y entrar en la política, sus actividades se volvieron un misterio. Eso sí, las excentricidades continuaron no solo en la colección árboles raros, sino hasta en la crianza de tiburones y cebras.
A pesar de ello, hay quien ve a Bidzina Ivanishvili con admiración por haber abierto su parque al público, que ha recibido más de 1.5 millones de visitantes desde su inauguración. También destacan su labor filantrópica, que incluye apoyo financiero a artistas y poetas georgianos.
Aunque se retiró del ojo público, Ivanishvili ha vuelto a acaparar los reflectores desde el pasado mes de octubre debido a que el partido prorruso “Sueño Georgiano”, fundado por él mismo en 2012, ganó las elecciones parlamentarias de Georgia. Ahora, el llamado “hombre que compró un país”, se mantendrá al frente del partido durante los próximos cuatro años.
Sin embargo, podemos especular que la actividad de trasladar árboles de un sitio a otro, tal vez no sea del agrado de grupos ambientalistas.
Cortesía de Xataka
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