Un robot que camina como un humano ya no es una simple fantasía o imaginación de la ciencia ficción. Adam es un nuevo robot humanoide desarrollado por la empresa china PNDbotics que gracias a un algoritmo patentado de aprendizaje por refuerzo (RL, por sus siglas en inglés), no solo puede mantenerse en pie, sino también caminar con estabilidad y fluidez incluso en superficies irregulares.
Según Interesting Engineering, Adam logró cerrar con éxito la brecha entre la simulación digital y la aplicación práctica en el mundo real, un reto técnico que durante años había limitado el avance de robots humanoides. Su sistema permite ajustar en tiempo real la zancada, el ritmo y el equilibrio, para de esta manera adaptarse a los cambios del entorno con un nivel de autonomía que lo distingue de otros modelos existentes.
Una arquitectura pensada para la flexibilidad y el aprendizaje autónomo
Desde su diseño inicial en junio de 2023, el equipo de PNDbotics trabajó en mejorar las piernas y pies de Adam para soportar escenarios dinámicos. Su arquitectura modular, equipada con actuadores de alto rendimiento, permite una movilidad superior y una capacidad de adaptación notable frente a condiciones impredecibles.
El robot, de 1.6 metros de altura y 60 kilogramos de peso, incorpora 25 actuadores QDD (accionamiento cuasi directo) con control de fuerza. Estos componentes le otorgan un par de hasta 360 Nm en las piernas y múltiples grados de libertad en brazos y cintura, haciendo posible un control avanzado del cuerpo completo. Todo el sistema se integra con un procesador Intel i7 y una red en tiempo real desarrollada por PND, lo que facilita la ejecución de complejas simulaciones dinámicas y redes neuronales de entrenamiento.
De la imitación al movimiento propio: así aprende Adam a caminar
Para lograr este nivel de desempeño, los desarrolladores recurrieron a una estrategia de aprendizaje por imitación. Utilizaron datos de movimiento humano y los adaptaron a la estructura específica de Adam. Esto, combinado con conjuntos de datos públicos y técnicas de captura de movimiento de alta precisión, permitió optimizar el modelo con una fidelidad notable en tareas de locomoción.
Según el medio citado, el sistema de RL no solo mejora la eficiencia energética y la seguridad del robot, sino que también reduce el desgaste mecánico al permitir movimientos suaves y coordinados entre articulaciones. En pocas palabras, Adam no solo camina como un humano, sino que lo hace mejorando constantemente con cada paso que da.
Hasta ahora, la locomoción en robots humanoides dependía de algoritmos basados en modelos matemáticos y planificación previa del movimiento. Ejemplos como Atlas y Spot, de Boston Dynamics, demostraron la eficacia del control predictivo de modelos (MPC), pero también sus limitaciones en entornos impredecibles.
Cabe recordar que el desarrollo de Adam también está dentro de un contexto donde el rendimiento locomotor de los robots aún genera dudas. Un ejemplo reciente fue la media maratón celebrada en Pekín, en la que 21 robots humanoides intentaron completar los 21 kilómetros junto a miles de corredores humanos. Solo seis cruzaron la meta y lo hicieron a un ritmo muy inferior al humano, con caídas, cambios de batería y hasta movimientos erráticos.

Aunque esa carrera sirvió para mostrar cuánto ha avanzado la tecnología, también expuso sus límites. La mayoría de los robots aún requieren asistencia de ingenieros humanos para completar tareas tan exigentes como correr. En contraste, el enfoque de Adam no busca velocidad, sino control preciso y autonomía en entornos complejos.
Mientras unos aprenden a caminar, otros solo intentan parecer humanos
En el otro extremo de la robótica moderna, existen empresas como Realbotix que apuestan por humanoides de apariencia realista que, aunque prometen interacción social e incluso compañía íntima, aún están lejos de alcanzar una movilidad convincente.
Según su presentación en el CES 2025, sus robots tienen más en común con animatrónicos que con asistentes funcionales, pues tienen movimientos espasmódicos, expresiones torpes y precios de hasta 200,000 dólares, como reportamos anteriormente en Xataka México. En contraste, este nuevo robot Adam no pretende parecer humano, ya que su énfasis está en comportarse como uno, al menos en las funciones de caminar.
Cortesía de Xataka
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