Estos son diez de los encuentros más sorprendentes y fascinantes de la historia

A lo largo de la historia, el destino ha cruzado los caminos de grandes figuras, dando lugar a encuentros tan fascinantes como irrepetibles. Desde reyes y filósofos hasta científicos y artistas, estas reuniones han marcado momentos de admiración, desencuentro o simple curiosidad mutua. Aquí repasamos algunos de los más memorables.

1. Salomón y la reina de Saba

Siglo X a.C.

Imposible saber si la “cita” tuvo lugar, pues sus protagonistas –el último rey del Israel unido y la anónima gobernante de los sabeos, a los que la arqueología ubica entre Yemen y Etiopía– transitan los márgenes entre la leyenda y la historia. Pero así se cuenta en la Biblia, en el Corán y en la tradición etíope (donde la reina sí tiene nombre: Makeba): que ella viajó a Israel a conocerlo, sabedora de su fama y sabiduría, y lo colmó de oro, joyas y especias.

2. Alejandro Magno y Diógenes

Siglo IV a.C.

El encuentro del emperador macedonio con el cínico filósofo de Sinope sucedió, según las crónicas, durante los Juegos Ístmicos de Corinto. Diógenes se hallaba tomando el sol en la calle, absorto como siempre, cuando Alejandro, de visita “oficial”, se acercó con su séquito y se presentó: “Soy Alejandro”. “Y yo Diógenes el perro”. “¿Por qué te llaman así?”. “Porque alabo a los que me dan, ladro a los que no me dan y a los malos les muerdo”. “Pues pídeme lo que quieras”. Y Diógenes zanjó la charla con esta magistral impertinencia: “Que te quites de donde estás, que me tapas el sol”.

Alejandro Magno y Diógenes
Encuentro entre el emperador macedonio Alejandro Magno y el filósofo cínico Diógenes. Foto: Álbum.

3. René Descartes y Blaise Pascal

24 de septiembre de 1647

El genial físico, matemático y filósofo Descartes (1596-1650) y el no menos genial polímata Pascal (1623-1662), inventor de la calculadora, se vieron en persona una sola vez en el Convento de los Mínimos de París. Se admiraban mutuamente y concertaron una entrevista que duró varias horas, según se refiere en sus cartas. El dramaturgo Jean-Claude Brisville jugó a imaginar de qué hablaron en El encuentro de Descartes con Pascal joven.

Encuentro de Descartes y Pascal
En la foto, Josep Mª Flotats y Albert Triola interpretan la obra El encuentro de Descartes con Pascal joven. Foto: EFE.

4. Charles Darwin y Alexander von Humboldt

29 de enero de 1842

La devoción del autor de El origen de las especies por el científico alemán rayó en la idolatría: su libro Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente marcó al naturalista inglés de por vida, como le hizo saber por carta en 1840 (carta a la que Von Humboldt contestó por extenso y con gran afecto).

Dos años más tarde, tuvieron ocasión de conversar brevemente en un desayuno en casa del geólogo Roderick Murchison, con motivo de una visita del germano a Londres, pero al parecer Darwin quedó decepcionado por su frágil salud (por entonces contaba 73 años).

Darwin (centro) y Humboldt (esquina superior derecha)
Retratos de varios científicos, entre ellos Charles Darwin (centro) y Von Humboldt (esquina superior izquierda). Foto: Alamy.

5. Charles Dickens y Edgar Allan Poe

6 de marzo de 1842

El mismo año del encuentro entre Darwin y Humboldt, dos de los mejores escritores del siglo XIX se vieron las caras en Filadelfia. El británico Dickens, muy conocido gracias a Los papeles póstumos del Club Pickwick y Oliver Twist, se hallaba de gira por Estados Unidos cuando recibió una invitación del americano Poe, su admirador y crítico (por entonces se ganaba más la vida como periodista que como narrador). Este, tras dorarle la píldora, le pidió ayuda para publicar sus Cuentos de lo grotesco y lo arabesco en Inglaterra, a lo que el primero contestó con frías evasivas. No se cayeron muy bien.

Edgar Allan Poe
Retrato al daguerrotipo del escritor americano Edgar Allan Poe. Foto: ASC.

6. Henry M. Stanley y David Livingstone

10 de noviembre de 1871

Tal vez sea el más célebre de los encuentros consignados en esta lista, y uno de los más recordados de la historia. Una expedición comandada por el periodista galés-estadounidense Henry Morton Stanley –más tarde, por cierto, colaborador del genocida Leopoldo II en el Congo– partió en marzo de 1871 con la misión de hallar y, si era preciso, rescatar al famoso médico y explorador escocés Livingstone, perdido en el corazón de África. Ocho meses después, en la aldea de Ujiji (Tanzania), se saludaron por vez primera: “El doctor Livingstone, supongo”. “Sí, caballero”. Fue el inicio de una estrecha amistad.

Saludo entre Stanley y Livingstone
Grabado coloreado del encuentro entre Henry M. Stanley y David Livingstone en Ujiji. Foto: Álbum.

7. Orson Welles y H.G. Wells

28 de octubre de 1940

De apellidos homófonos aunque no idénticos, es sabido que el primero saltó a la fama cuando, el 30 de octubre de 1938, retransmitió por radio una dramatización de estilo periodístico de la popular novela del segundo La guerra de los mundos y causó una oleada de pánico en los oyentes, que creyeron que la invasión marciana descrita en el libro era real.

El insigne escritor fantástico inglés supo del episodio y, en una visita dos años después a EE. UU., coincidió con el actor y director en un estudio de radio de San Antonio, Texas, y charlaron amigablemente en directo. H.G. tenía 74 años y Orson 25.

Orson Welles y H.G. Wells
Foto del encuentro entre Orson Welles y H.G. Wells. Foto: Getty.

8. Marilyn Monroe y Nikita Kruschev

19 de septiembre de 1959

Seguramente, el premio al “cara a cara” más improbable habría que dárselo al día en que el sucesor de Stalin tuvo ocasión de saludar, en los estudios de la 20th Century Fox en Hollywood, a la rubia más mítica del cine americano.

El contexto fue el viaje del primero al país archienemigo en aras del “deshielo”, y el pretexto, un almuerzo ofrecido al líder soviético para que se codeara con estrellas. Según cuenta el periodista Peter Carlson, Kruschev le dijo a Marilyn que era “una jovencita encantadora” y esta se quejó a su asistenta de que casi le rompe la mano al estrechársela.

no hay foto de ambos; arriba, el ruso ese mismo día con Shirley MacLaine, Sinatra y Chevalier en el set de Can-Can
No hay foto del encuentro entre Marilyn y Kruschev. Arriba, el ruso ese mismo día con Shirley MacLaine, Sinatra y Chevalier en el set de Can-Can. Foto: Getty.

9. Groucho y T.S. Eliot

12 de junio de 1964

Siempre se ha dicho que es preferible no conocer en persona a tus ídolos, y este caso parece demostrarlo. El genio del humor absurdo y el sesudo poeta y Premio Nobel eran mutuos fans y se habían hecho amigos epistolares, así que decidieron quedar a cenar junto con sus mujeres en casa de Eliot. La velada fue un fiasco: Groucho, muy serio y hambriento de trascendencia, quería saberlo todo sobre La tierra baldía, mientras que a su autor solo le apetecía escuchar anécdotas jocosas de los rodajes de los hermanos Marx. Al cabo, se despidieron cortésmente, y nunca más volvieron a encontrarse.

Groucho Marx
El cómico Groucho Marx. Foto: Getty.

10. Elvis Presley y Richard Nixon

21 de diciembre de 1970

Casi tan insólito como el de Monroe y Nikita, el apretón de manos entre el rey del rock en sus horas bajas y el presidente más detestado de Estados Unidos ¬–con permiso de Trump– tuvo lugar en la Casa Blanca, Washington D.C., al término de una agitada e improvisada reunión entre ambos.

El culpable fue un enloquecido y dopado Presley, que esa mañana se presentó sin avisar en la presidencial residencia y exigió ser recibido por Nixon, al que se ofreció como agente para luchar contra los hippies, los Panteras Negras e, irónicamente (teniendo en cuenta su adicción al Demerol), las drogas, y le pidió una medalla patriótica. El mandatario, incómodo, lo despidió con buenas palabras, sin desperdiciar la ocasión, eso sí, de rentabilizar el día con una foto.

Elvis Presley y Richard Nixon
Apretón de manos entre Elvis Presley y Richard Nixon. Foto: Getty.

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: