
Un estudio reciente advierte que cualquier cantidad de alcohol, incluso en niveles bajos, podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia. Esto contradice la creencia, bastante extendida durante años, de que beber con moderación podría proteger el cerebro.
La investigación fue publicada el 23 de septiembre en la revista BMJ Evidence Based Medicine y encontró que el riesgo de demencia aumenta con cada copa extra que se consume a la semana. Tan solo sumar entre una y tres bebidas semanales más de lo habitual se asoció con un 15% más de riesgo de demencia.
“Los hallazgos de nuestro estudio respaldan un efecto perjudicial de todos los tipos de consumo de alcohol sobre el riesgo de demencia, sin evidencias que respalden el efecto protector sugerido anteriormente del consumo moderado de alcohol”, escribió Anya Topiwala, investigadora clínica principal de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
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Un estudio comparado entre medio millón de personas
El análisis se basó en los datos de casi 560 mil personas que participaron en dos estudios de gran escala, uno en Estados Unidos y otro en el Reino Unido. El seguimiento fue de unos cuatro años en el grupo estadounidense y de hasta 12 años en el británico. Más del 90% de los participantes dijeron que consumían alcohol. Durante el estudio, más de 14 mil 500 fueron diagnosticados con demencia.
Al principio, parecía que quienes bebían ligeramente tenían menos riesgo de demencia en comparación con los que no bebían nada o los que bebían en exceso: las personas que no bebían y las que consumían 40 o más bebidas por semana tenían un 41% más de riesgo de demencia.
Pero, al hacer ajustes, se demostró que cualquier cantidad de alcohol aumentaba el riesgo de demencia y, ese riesgo crecía a medida que aumentaba el consumo. Además, el estudio mostró que duplicar el riesgo genético de dependencia al alcohol estaba vinculado con un aumento del 16% en el riesgo de demencia.
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¿Beber menos o no beber?
Otro punto clave que descubrieron los investigadores fue que muchas personas diagnosticadas con demencia ya venían reduciendo su consumo de alcohol años antes del diagnóstico, justamente, a raíz del deterioro cerebral.
“Nuestros hallazgos resaltan la importancia de considerar la causalidad inversa y la confusión residual en los estudios sobre el alcohol y la demencia, y sugieren que reducir el consumo de alcohol puede ser una estrategia importante para su prevención”.
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AO
Cortesía de El Informador
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