
Los perros son conocidos por su agudo sentido del olfato, capaz de percibir aromas imperceptibles para los humanos. Más allá de rastrear objetos, localizar personas o detectar enfermedades, recientes investigaciones han demostrado que también pueden identificar el estrés en las personas.
Un estudio realizado por científicos de la Queen’s University Belfast, en Irlanda del Norte, confirmó que los canes son capaces de diferenciar entre olores corporales cuando una persona está relajada y cuando atraviesa un episodio de tensión. Para la investigación, los participantes realizaron tareas que les generaban presión mental y, posteriormente, se tomaron muestras de sudor y aliento antes y después de la actividad. Los perros, entrenados para este experimento, lograron reconocer con gran precisión cuál correspondía al estado de estrés.
El hallazgo respalda lo que muchos dueños ya sospechaban: los perros no solo perciben nuestras emociones por el lenguaje corporal o el tono de voz, sino también a través de cambios químicos en el organismo. Cuando una persona se encuentra bajo estrés, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, que alteran el olor natural y se convierten en una señal detectable para el olfato canino.
Este descubrimiento tiene aplicaciones importantes. Podría contribuir al entrenamiento de perros de asistencia para personas con trastornos de ansiedad, estrés postraumático o crisis emocionales, ya que podrían anticipar un episodio de tensión y brindar apoyo inmediato. Además, ayuda a comprender mejor el vínculo especial entre humanos y perros, que va más allá de la convivencia y se basa en una comunicación biológica profunda.
BB
Cortesía de El Informador
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