Exgobernador de Banxico asegura que las criptomonedas son “dinero inventado”, pero México ya está en el top 15 de adopción mundial

Según un reporte de Expansión, Agustín Carstens, exgobernador de Banxico y actual gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), fue tajante durante la conmemoración del centenario del banco central en el ITAM, pues señaló que las criptomonedas no pueden considerarse dinero. Afirmó que “la gente no hace pagos con Bitcoin porque es muy volátil” y que estos activos no cumplen con las funciones esenciales del dinero; ser depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio.

FERIA DE SAN FRANCISCO

Carstens recordó que desde el siglo XVI los intentos de crear monedas privadas han terminado en episodios de desorden monetario. Mencionó el caso de la Revolución Mexicana, cuando la proliferación de billetes emitidos por distintas facciones provocó hiperinflación. 

“El problema del dinero creado privadamente es que se crea con el objetivo de utilidades (…) eso ha generado desorden monetario al grado que en México terminamos en una hiperinflación en la Revolución. Esto ha sucedido desde el siglo XVI en todo el mundo”

Ortiz y Díaz de León: modernizar los pagos sí, pero sin cripto

En el mismo evento, Guillermo Ortiz y Alejandro Díaz de León, también exgobernadores de Banxico, coincidieron con Carstens. Ortiz señaló que no cree que los bancos centrales deban emitir “sus propios bitcoins”, aunque reconoció la importancia de tecnologías como el SPEI en México o el PIX en Brasil para reducir costos y ampliar la inclusión financiera.

Díaz de León diferenció entre criptomonedas especulativas y stablecoins. Estas últimas, explicó, funcionan como monederos respaldados uno a uno por dinero emitido por bancos centrales, pero necesitan regulación estricta. Para él, el gran reto es mantener la confianza en el dinero y ofrecer sistemas de pago digitales simples y seguros.

El BIS también desconfía de las stablecoins

Según el Banco de Pagos Internacionales, las monedas estables “no ofrecen unidad monetaria, elasticidad ni integridad” y sin regulación, representarían riesgos para la estabilidad financiera y la soberanía monetaria. Carstens ha defendió que el futuro está en un “libro de contabilidad unificado tokenizado” que combine dinero del banco central, depósitos de bancos comerciales y bonos gubernamentales.

El BIS impulsa proyectos como Agorá, con la participación de siete bancos centrales y decenas de instituciones privadas, que buscan transformar los pagos transfronterizos con tokenización. En palabras de Carstens, este sistema puede traer una “nueva era para el sistema financiero”, siempre bajo la confianza del dinero público.

El dilema global de las stablecoins frente a las monedas digitales de bancos centrales

De acuerdo a Financial Times, el auge de las stablecoins respaldadas por dólares ha puesto a los bancos centrales en un dilema: regular o competir con alternativas públicas como las CBDC (monedas digitales emitidas por bancos centrales). En países como Estados Unidos, la administración Trump ha impulsado un marco regulatorio para monedas estables privadas como forma de proyectar la fortaleza del dólar a nivel mundial.

Sin embargo, organismos como el BIS advierten que un crecimiento descontrolado podría provocar “dolarización desenfrenada” y amenazar la soberanía monetaria de otros países. Experimentos como el e-naira de Nigeria han mostrado que, sin confianza en la divisa subyacente, incluso las monedas digitales oficiales pueden fracasar frente a stablecoins privadas.

México entre los países con mayor adopción: los datos contrastan con el escepticismo

De acuerdo a Chainalysis, México ocupa el lugar 14 en el Índice Global de Adopción de Criptomonedas 2024, por encima de países como Argentina o Canadá. La firma destaca que en América Latina las stablecoins tienen un papel creciente en remesas y ahorro, sobre todo en economías con alta inflación.

Este dato contrasta con la postura de Carstens y los exgobernadores, pues mientras ellos alertan de los riesgos de volatilidad e inestabilidad, millones de usuarios en países emergentes ya utilizan criptomonedas como una alternativa real, aunque no siempre ideal.

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La mirada académica: riesgos sí, pero también potencial

Según una investigación publicada en Elsevier, los criptoactivos presentan riesgos claros como especulación y falta de regulación, pero también oportunidades en pagos internacionales más rápidos y baratos. Otro estudio adjunto sobre dinero digital coincide en que las stablecoins, bajo un marco regulatorio sólido, podrían complementar el sistema financiero sin sustituirlo.

Los expertos académicos insisten en que la clave está en la gobernanza y en diseñar mecanismos de supervisión que mitiguen riesgos sin frenar la innovación.

La posición de Carstens muestra la visión conservadora de los banqueros centrales, que piensan que sin control estatal, el dinero digital privado lleva al caos. Sin embargo, la adopción creciente muestra lo contrario. Ahora queda por verse si los bancos centrales ofrecerán alternativas digitales o si la demanda social terminará imponiendo esta nueva forma de dinero.

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Cortesía de Xataka



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