Falta de inversión detiene el crecimiento de emprendedoras con impacto social

Paulina Arista es una mujer que tiene una visión empresarial, porque gracias a su taller de costura de Ma Ye Ipefi,apoya a otras mujeres para que generen ingresos y, al mismo tiempo, reutilizan textiles para la elaboración de varios artículos, como bolsos. 

Sin embargo, la posibilidad de obtener apoyo de inversionistas es complicado, debido a que los proyectos de impacto social fundados por mujeres no suelen ser tomados en cuenta.

¿Cómo le hacemos para cambiar esa mentalidad de los inversionistas que esperan ganancias a corto plazo, cuando en este tipo de emprendimientos sociales, las ganancias y los beneficios son a mediano y largo plazo?”, comentó Judith Aguilar, fundadora de Fempower Latam.

Durante el panel “Regenerar para emprender: Mujeres transformando el futuro del planeta”, realizado en el foro GLI Latam, las emprendedoras señalaron que no se dan por vencidas y están convencidas de que mientras exista la oportunidad de apoyar las causas sociales, seguirán animando a más mujeres a sumarse a la causa.

El potencial se estanca por falta pago de proveedores

En el caso de Marisol del Campo, directora general de Mitz, quien apoya a mujeres que viven en zonas rurales y periurbanos por medio de la economía circular, comentó que el reto principal es el pago de las empresas, que tardar entre dos a tres meses, lo que los pone en una situación complicada para pagarle a tiempo a las artesanas.

“Necesitamos un compromiso real de las empresas aliadas o que sea a largo plazo y que no sea de una sola vez, como apoyar una vez desde una manera filantrópica. Pero eso no es construir una relación comercial”, añadió.

Judith Aguilar expresó que, para regenerar el planeta, hay que darle un enfoque a las mujeres rurales, debido a que “científicamente son la clave para revertir la pérdida de la biodiversidad”, pero muchas enfrentan retos, como la brecha digital, el analfabetismo o no tienen apoyos para ser independientes económicamente.

La sustentabilidad ya no es suficiente

Cada panelista explicó cómo contribuye a la sociedad, por ejemplo Paola Cid, dijo que quería dejar una huella para ayudar al planeta y así lo hizo, con la creación de servilletas de bambú con empaques compostable, empresa en la que 80% de la plantilla laboral es mujer, pero también considera que las inversiones en proyectos sustentables deben tener más enfoque por parte de las instituciones.

Es decir, que los inversionistas y empresas que buscan aminorar el impacto ambiental no se enfoquen únicamente en la plantación de árboles, sino que observen a su alrededor, donde los problemas sociales impiden que grupos vulnerables puedan desarrollarse.

En tanto, Marisol del Campo, argumenta que para que las empresas puedan tomar conciencia sobre las prácticas con impacto social y ambiental, hay que vivir a fondo los problemas que ocurren en la sociedad y que no basta con mirar desde lejos, sino tener espacio para que el compromiso sea real y no solo de reputación.

Con mucho gusto les hago la invitación a mi comunidad y poder palpar desde ahí la experiencia y no solo escucharlo desde una pantalla o de un micrófono, sino poder vivirlo”, comenta Paulina Arista.

Aunado a que Judith Aguilar explicó que alrededor del 57% del Producto Interno Bruto (PIB) proviene de la extracción de recursos naturales, por lo que hace un llamado a las empresas, instituciones e inversionistas en diversificar las inversiones y poner enfoque en las que menos se atienden.

Cortesía de El Economista



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