Fascinante hallazgo revela cómo migraciones de hace 5.000 años forjaron el ADN y las lenguas clásicas del Mediterráneo gracias al estudio de individuos antiguos

Un reciente estudio ha arrojado nueva luz sobre los orígenes de las lenguas indoeuropeas en el Mediterráneo, uniendo los campos de la genética, la arqueología y la lingüística para responder preguntas que han intrigado a los investigadores durante décadas. Este análisis, liderado por un equipo internacional de expertos, ha revelado un notable patrón de divergencia genética y cultural entre las poblaciones del Mediterráneo oriental y occidental durante la Edad del Bronce. Los resultados no solo reescriben parte de nuestra comprensión de las antiguas migraciones humanas, sino que también cuestionan teorías lingüísticas establecidas sobre los orígenes de grupos lingüísticos como el italo-celta y el greco-armenio.

Una mirada al pasado: cómo la genética resuelve misterios históricos

El estudio, publicado en la plataforma de preprints bioRxiv, analizó el ADN de 314 individuos antiguos que vivieron en el Mediterráneo y regiones adyacentes hace entre 5.200 y 2.100 años. Esta investigación no se limitó al análisis genético, sino que también incluyó datos de isótopos de estroncio, que permiten rastrear patrones de movilidad humana al comparar las proporciones isotópicas en huesos y dientes con las características geológicas locales. Los hallazgos son reveladores: dos grandes oleadas migratorias del pasado configuraron las diferencias genéticas y culturales entre los habitantes del Mediterráneo.

En el Mediterráneo occidental, poblaciones de la actual España, Francia e Italia mostraron una fuerte influencia de la cultura campaniforme, que emergió en Europa occidental. Estos grupos no solo introdujeron nueva tecnología y tradiciones, sino que también sembraron las semillas genéticas que, siglos después, darían origen a las lenguas itálicas y celtas. Por otro lado, en el Mediterráneo oriental, las poblaciones de Grecia y Armenia recibieron directamente influencias genéticas de los Yamnaya, un pueblo de pastores originario de las estepas pónticas, que abarca zonas de la actual Ucrania y Rusia.

Distribución de las proporciones de ascendencia derivada de las culturas Campaniforme y Yamnaya, calculadas mediante el modelo de mezcla genética basado en IBD
Distribución de las proporciones de ascendencia derivada de las culturas Campaniforme y Yamnaya, calculadas mediante el modelo de mezcla genética basado en IBD. Las contribuciones de cada fuente esteparia se estandarizan en relación con el total de aportes esteparios, es decir, la suma de las influencias de las culturas Corded Ware, Campaniforme y Yamnaya-Samara. Fuente: Fulya Eylem Yediay et al., (2024)

Italo-celtas y greco-armenios: una conexión genética

El patrón genético observado en este estudio concuerda con hipótesis lingüísticas de larga data sobre los orígenes de las lenguas indoeuropeas. La conexión entre las lenguas itálicas y celtas parece tener una raíz común en la expansión de las culturas campaniformes, mientras que la relación entre el griego y el armenio refuerza la teoría de un origen compartido influido por los Yamnaya. Sin embargo, los hallazgos también desafían otras hipótesis, como la idea de una conexión estrecha entre lenguas itálicas y germánicas.

Uno de los puntos más fascinantes del estudio es cómo las diferencias genéticas también se reflejan en las trayectorias culturales de estas regiones. Los Yamnaya, por ejemplo, no solo introdujeron genes, sino que también llevaron innovaciones tecnológicas como el carro y técnicas avanzadas de metalurgia, que se adoptaron y adaptaron en Grecia y Armenia. Por otro lado, las comunidades campaniformes que influyeron en el Mediterráneo occidental dejaron una impronta genética menos diversificada, pero igualmente transformadora, contribuyendo al surgimiento de lenguas como el latín.

Poblaciones diversas: una mezcla de culturas y linajes

El análisis genético mostró que las poblaciones del Mediterráneo no eran homogéneas, sino un mosaico complejo de linajes locales y migratorios. En Italia, por ejemplo, se identificaron al menos tres patrones distintos de mezcla genética durante la Edad del Bronce. En el norte y el centro del país, predominaban las influencias campaniformes, mientras que las poblaciones del sur y la costa adriática tenían una mayor proporción de ascendencia Yamnaya, similar a lo observado en los Balcanes y Grecia.

Los datos también sugieren que, en Chipre y el Levante, las interacciones entre poblaciones locales y migrantes crearon un crisol cultural que refleja las conexiones comerciales y culturales de estas regiones. En Chipre, los análisis isotópicos revelaron la presencia de individuos con orígenes tan lejanos como Escandinavia, lo que sugiere que las rutas comerciales del Mediterráneo durante la Edad del Bronce eran mucho más extensas de lo que se pensaba.

Expansión durante la Edad del Bronce de la ascendencia de los pastores de las estepas Yamnaya hacia dos subcontinentes: Europa y el sur de Asia
Expansión durante la Edad del Bronce de la ascendencia de los pastores de las estepas Yamnaya hacia dos subcontinentes: Europa y el sur de Asia. Fuente: DEMIS Mapserver

Preguntas sin resolver y el futuro de la investigación

Aunque este estudio ha aclarado muchas dudas sobre los orígenes de las lenguas indoeuropeas en el Mediterráneo, todavía quedan preguntas por responder. Por ejemplo, las conexiones exactas entre los diferentes subgrupos de lenguas indoeuropeas siguen siendo un desafío, y es probable que se necesiten más datos genéticos y lingüísticos para descifrar completamente el árbol familiar de estas lenguas.

Lo que sí es evidente es que el Mediterráneo fue un espacio dinámico de interacción genética y cultural durante la Edad del Bronce. Las migraciones, tanto grandes como pequeñas, transformaron no solo las composiciones genéticas de las poblaciones, sino también sus idiomas, tecnologías y modos de vida. Este estudio es un recordatorio de cómo la genética puede aportar una nueva dimensión a nuestra comprensión del pasado, uniendo disciplinas para ofrecer una visión más completa de la historia humana.

Referencias:

  • Yediay, F. E., Kroonen, G., Sabatini, S., Frei, K. M., Frank, A. B., Pinotti, T., … Willerslev, E. (2024). Ancient genomics support deep divergence between Eastern and Western Mediterranean Indo-European languages. bioRxiv. DOI: 10.1101/2024.12.02.626332

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: