Fibras inmobiliarias aceleran estrategias sustentables ante mayores riesgos climáticos

Los fenómenos climáticos extremos registrados en los últimos años —como el impacto de huracanes y la creciente escasez de agua en México— han evidenciado la necesidad de que los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (Fibras) adopten operaciones más resilientes y orientadas a la sostenibilidad. 

En un entorno con mayores exigencias por parte de inversionistas, autoridades, clientes y comunidades, estos vehículos enfrentan el reto de acelerar su transición hacia modelos más robustos de gestión ambiental, social y de gobernanza (ASG).

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La más reciente edición del Reporte ESG de la Asociación Mexicana de Fibras Inmobiliarias (Amefibra) revela algunos avances. En el 2024, 71% de las Fibras lograron generar o utilizar energía renovable, lo que representa un incremento de 92% en consumo frente al 2023.

Además, 71% cuenta con un Sistema de Gestión Ambiental (SGA), lo que supera el 47% del año previo, y se registró una reducción de consumo de agua de 23% en zonas de estrés hídrico.

Para Josefina Moisés, directora general de Amefibra, estos logros son clave, ya que, en la actualidad, los inversionistas miran más allá de la rentabilidad, pues existe una creciente demanda por proyectos responsables con el medio ambiente.

“En un contexto global desafiante marcado por las tensiones geopolíticas, el cambio climático, la volatilidad financiera y la evolución de las dinámicas sociales y laborales, las Fibras han demostrado capacidad de adaptación, colaboración y liderazgo”, afirmó.

Actualmente, Amefibra agrupa a 15 Fibras que suman más de 2,000 propiedades, equivalentes a 30 millones de metros cuadrados (m2) de área bruta rentable, de los cuales 8 millones de m2 están certificados en materia sustentable. Este inventario representa 4.5% del PIB nacional.

Cambios regulatorios

El fortalecimiento de criterios ASG también responde a un panorama regulatorio cambiante en materia energética.

Las recientes reformas constitucionales redefinieron el papel del Estado, ya que se otorgó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex al menos 54% del control de la generación eléctrica, además de establecer un nuevo marco para parques solares y eólicos.

“Todo esto crea nuevos retos, al mismo tiempo que incrementa el nivel de competitividad en el mercado ante las crecientes exigencias ASG en los inversionistas”, indica el reporte.

El impulso de estos criterios coincide con un crecimiento acelerado del segmento industrial dentro de los portafolios de Fibras. En el 2023 las naves industriales representaban 16% del inventario, pero para 2024 la participación aumentó a 51%, según los datos de Amefibra.

Ruta hacia el futuro

Entre las principales fortalezas del sector, la Amefibra destaca la coordinación en temas ASG, la consolidación de información para la toma de decisiones y un enfoque colectivo para medir el impacto ambiental y social de los Fideicomisos.

De cara al futuro, la Asociación vislumbra oportunidades en la digitalización, el uso de inteligencia artificial y la adaptación al cambio climático, mediante estrategias de resiliencia ante fenómenos extremos.

En línea con esta visión, 79% de las Fibras ya integran criterios ESG en su estrategia corporativa, 85% reportan estos temas ante comités de alto nivel y 93% revelan información sobre sus consejeros, para fortalecer la transparencia y la confianza del mercado.

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Cortesía de El Economista



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