Fiesta, música y amor hacen vibrar a Guadalajara en la Marcha del Orgullo


“¿A quién le importa lo que yo haga? ?A quién le importa lo que yo diga?”, cantaban como himno la canción de Alaska y Dinarama en la Marcha del Orgullo 2025. La Glorieta Minerva rebosaba, sin vehículos, como pocas veces un sábado por la tarde, mientras una marea multicolor inundaba las avenidas López Mateos, Hidalgo y Chapultepec. Unos bailaban, otros más allá se maquillaban y unos más repartían paliacates y banderas de la comunidad LGBTQ+. Guadalajara, en la tarde de este sábado 7 de junio, vibraba con la fiesta, música y el amor que los manifestantes llevaron a las calles de la ciudad.

Desde las 14:00 horas, más de tres mil personas comenzaron a congregarse en la Minerva. Pese a que apenas una tímida ventisca refrescaba, pues el Sol, en su apogeo, era intenso, las banderas ondeaban con fuerza. Todos se saludaban, aunque no se conocieran. ¿La razón? Se trata de un evento de encuentro, de compañía, de comunidad, relató Ginebra.

“Está muy padre la marcha, pero más allá de eso, esto es algo que hacemos por nuestros derechos. Es un esfuerzo de toda la comunidad por seguir luchando. Seguimos aquí y es algo muy bonito que todos salgamos a marchar”, añadió.

EL INFORMADOR/ O. González.

Las caravanas de grúas, carros y camionetas avanzaban lento detrás de los que marchaban, pero dictaban la fiesta que retumbaba por el Oeste y Sur de la ciudad. “Con los ojos cerrados iré tras de él, con los ojos cerrados siempre lo amaré. Con los ojos cerrados yo confío en él, con los ojos cerrados yo le quiero creer”, cantaban a lo lejos, en un eco que hacía estremecer al contingente, mientras que los novios no desaprovechaban para dedicarse besos, caricias y miradas entre el tumulto. Unos apasionados, con ganas de arrancarse los labios; otros más retraídos, pero todos le dedicaban una oda al amor.

“La homofobia es algo que sigue muy normalizado en México. Esta marcha ayuda a visibilizar a la comunidad […]. Yo me siento seguro entre nosotros. Me siento seguro de ser quién soy, de arreglarme cómo quiero verme. Estoy seguro entre todos mis amigos”, señaló Vic.

EL INFORMADOR/ O. González.

El Sol comenzaba a dar tregua y el calor era más gentil. Alrededor de las 17:00 horas el contingente, marchando por avenida Chapultepec, llegó a la glorieta de las desaparecidas y los desaparecidos, donde los esperaba un escenario para seguir la fiesta. “Cuánto daría por gritarles nuestro amor. Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control. Que despertamos abrazados, con ganas de seguir amándonos. Pero es que en realidad no aceptan nuestro amor”, y la canción de Ana Gabriel hizo rugir la rotonda.

“Es una reunión de amor, felicidad y comunidad. Es algo muy bonito que tenemos la oportunidad de compartir todos los años. ¡Qué sigan las marchas y no nos invisibilicen”, mencionó Omar.

EL INFORMADOR/ O. González.

Ya atardecía, pero las canciones y los gritos no paraban. Aunque el contingente comenzaba a perderse en los bares y restaurantes de Chapultepec, la fiesta seguía.

“Yo vengo con mi novia a marchar. Es la primera vez que venimos y la verdad estamos fascinadas. Es un ambiente muy bonito, pero especialmente receptivo y abierto, que es lo que siempre hemos buscado”, dijo Carolina mientras su novia la miraba de reojo, con una sonrisa de amor.

“No quiero esta vida, no sé qué hacer, sin él no la puedo entender. Hoy sé que lo amo, pero se fue. Lo deje partir y hoy no sé vivir sin él”, entonaban la canción de Marisela. Carolina le robó un beso a su novia y ella se abrazó a su cuello. Se volvieron a besar.

EL INFORMADOR/ O. González.

SV

Cortesía de El Informador



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