Fitch Ratings elevó la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) a ‘BB+’ desde ‘BB’, con perspectiva estable. La agencia retiró la observación positiva y aplicó el alza tanto a la deuda en moneda local como extranjera. La mejora responde al fortalecimiento del vínculo financiero entre la empresa estatal y el gobierno federal.
La decisión siguió a la ejecución exitosa de una oferta de recompra por 9,900 millones de dólares en ocho series de valores, financiada con recursos públicos. Con esta operación, el gobierno mexicano asumió un papel más directo en la política financiera de Pemex. Fitch elevó el puntaje de supervisión y apoyo de la empresa de 30 a 35 puntos, lo que redujo la distancia entre la calificación soberana y la de Pemex a un solo nivel.
La agencia destacó que el Congreso aprobó cambios legales que permiten a Pemex compartir un techo de endeudamiento con la Secretaría de Hacienda. Esta medida busca reducir el costo de financiamiento y la carga de deuda. A junio de 2025, la empresa reportó 98,800 millones de dólares en deuda y 2,000 millones en gastos por intereses, más de la mitad del EBITDA trimestral.
Pese a la mejora en el vínculo con el soberano, Fitch mantuvo la evaluación individual de Pemex en ‘ccc’, debido a su débil liquidez, menores ingresos por precios bajos de crudo y producción en declive. La agencia anticipa que la falta de inversión en exploración y mantenimiento seguirá afectando la operación y las finanzas, con niveles de apalancamiento superiores a 15 veces en el horizonte de calificación.
Los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza siguen pesando en el perfil crediticio. Los incidentes en instalaciones críticas y las emisiones contaminantes representan costos potenciales y presiones adicionales sobre la liquidez. También persisten problemas en infraestructura y seguridad laboral.
Fitch subrayó que futuras mejoras dependerán de un respaldo gubernamental aún mayor o de un eventual aumento en la calificación soberana. Por el contrario, una reducción del apoyo federal o una baja en la nota de México podrían revertir el avance.
Pemex sigue como la empresa más grande de México, con un peso estratégico para las finanzas públicas y el sector energético. La nueva calificación la coloca a un escalón del soberano, pero su situación financiera continúa frágil sin apoyo constante del gobierno.
Cortesía de Expansión
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