Flora citadina: el ahuehuete es el árbol que los mexicas consideraban sagrado

El árbol más importante para la ciudad y el país es el ahuehuete. Según la leyenda, fue bajo un ejemplar de esta especie que lloró Hernán Cortés tras ser derrotado por los mexicas; en un ahuehuete de Chalma, las personas danzan o dejan mandas en agradecimiento; y uno de Oaxaca, llamado El Tule, es el árbol más grande y famoso de México. Por algo es el árbol nacional desde 1921

FERIA DE SAN FRANCISCO

A esta especie se le reconoce entre los árboles patrimoniales, por su importancia histórica y cultural. Algunos de ellos, como el Ahuehuete de Santa Catarina en Azcapotzalco y el Sabino de San Juan en Xochimilco superan los 500 años de edad y se sabe que su plantación fue simbólica para conmemorar episodios importantes de la historia prehispánica. Estos dos árboles son los más monumentales de CDMX, pero hay varios de más de 100 años en distintos puntos que se han convertido en íconos locales. 

Ilustración: Ernesto Villanueva @erne.vigo.art

Los ahuehuetes fueron considerados sagrados por los mexicas debido a su grandeza, longevidad y a que crecen junto a fuentes de agua dulce o manantiales. Hay mitos que mencionan que los manantiales fueron creados gracias a los ahuehuetes; y todavía existen lugares de México donde se danza alrededor de las iglesias con ramas de este árbol para pedir por las lluvias y que termine una sequía. 

Aunque ya hay pocos ahuehuetes sagrados, alguna vez existieron más, que murieron por la sobreexplotación y contaminación de los cuerpos de agua o por el desvío de los caudales. Este fue el caso de los de Chapultepec y Texcoco, que fueron plantados por Nezahualcóyotl y Moctezuma

Los ahuehuetes son coníferas que pertenecen a la familia de los cipreses y las secuoyas. Pueden vivir hasta 2,000 años y alcanzar diámetros de hasta 14 m y alturas de 40 m, como en el caso excepcional de El Tule. Por lo general viven alrededor de 1,000 años, y tienen diámetros de 2 a 3 m. Estas dimensiones tan impresionantes, junto con su longevidad contribuyeron a crear mitos, leyendas y a sentir la admiración que todavía les tenemos. Quedan pocos de los que alguna vez se pudieron contemplar en Chapultepec o en las orillas de ríos y lagos, pero los seguimos queriendo de la misma manera que se ha hecho durante más de 500 años. 


No podemos contar la historia de la ciudad sin sus árboles; por esto les dedicamos la portada de agosto 2025 de Chilango RevistaLee más sobre el tema en el artículo de @arbolescdmx.

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Cortesía de Chilango



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