El estado de Florida anunció este miércoles que está trabajando para acabar con la obligatoriedad de las vacunas y las comparó con la esclavitud, en un momento de disensión en la Administración de Donald Trump sobre la eficacia de algunas vacunas.
“El Departamento de Salud de Florida, en colaboración con el gobernador (Ron DeSantis), trabajará para poner fin a todos los mandatos de vacunación establecidos por la ley de Florida”, dijo en un evento el cirujano general del estado, Joseph Ladapo, a cargo de la cartera de salud estatal.
“¡Cada uno de ellos están equivocados y rebosan de desdén y esclavitud! ¿Quién soy yo, o cualquier otra persona, para decirte qué debes introducir en tu cuerpo?”, agregó el funcionario, bajo una sonora ovación.
Este anuncio tuvo lugar en el mismo acto en el que el gobernador de Florida anunció el establecimiento de la comisión “Florida Make America Healthy Again” (“Florida hace saludable a Estados Unidos otra vez”), que se alinea con una iniciativa del presidente estadounidense, Donald Trump, y del secretario de Salud y reconocido antivacunas, Robert F. Kennedy Jr. Ladapo ha tenido enfrentamientos con otros científicos desde la pandemia de covid-19 y se ha opuesto al uso de las vacunas contra la enfermedad del tipo ARNm, que este miércoles asimiló a un “veneno” para el cuerpo.
Según DeSantis, la comisión estará enfocada a “la libertad médica individual, el consentimiento informado, los derechos de los padres y también la innovación del mercado”.
La eficacia de algunas vacunas ha sido puesta en entredicho en ocasiones previas por la Administración de DeSantis, quien el pasado marzo pidió al centro de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), que dejará de recomendar la vacuna contra la covid-19 a los menores de edad.
Los planes anunciados este miércoles se producen en un momento de gran división en el CDC, cuya directora fue despedida la semana pasada por su oposición a Kennedy Jr.
En su lugar, Trump nombró como director interino a Jim O’Neill, un funcionario de alto rango cercano al secretario de Salud.
Además, el presidente estadounidense pidió el pasado lunes a las farmacéuticas publicar la tasa de éxito de sus vacunas contra la covid-19, debido al desacuerdo en el seno de la Administración sobre su eficacia.
La médica infectóloga Leda Guzzi señaló a Página/12 que es un error quitar la obligatoriedad de la vacunación, ya que esta es una estrategia de salud pública que reduce la incidencia y el impacto sanitario que tienen enfermedades infectocontagiosas que son muy peligrosas, que tienen alta morbilidad, mortalidad y contagiosidad: “si esto queda en el fuero de cada familia, puede suceder que muchas personas no estén vacunadas y al reducirse la cantidad de personas inmunizadas dentro de una población, las enfermedades infectocontagiosas pueden reintroducirse y reemerger, como por ejemplo está sucediendo con el sarampión. Y esta reemergencia es muy peligrosa porque, lógicamente, va a generar más casos de enfermedad, más casos graves, más muertos, más enfermos y también más tensión sobre el sistema sanitario. Creo que desde el punto de vista de salud pública global es una medida peligrosa y poco inteligente porque en realidad el costo que vas a tener que afrontar después por la reintroducción de estas enfermedades, es inmensamente mayor que el de una estrategia en realidad simple, económica y segura como es la vacunación”.
Cortesía de Página 12
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