Ford planea lanzar una nueva familia de modelos asequibles con un precio inicial de 30,000 dólares, aproximadamente 559,879 pesos, encabezada por una camioneta mediana que se ensamblará en Estados Unidos. La jugada busca recortar distancias con fabricantes chinos como BYD, que han demostrado que es posible producir eléctricos a costos muy por debajo del promedio. La compañía asegura que esta nueva generación podrá construirse hasta un 40% más rápido que los modelos actuales, con una rentabilidad que podría alcanzarse en su primer año en el mercado.
La firma del óvalo azul invertirá cerca de 2,000 millones de dólares en la planta de Louisville, lo que en teoría asegurará 2,200 empleos y transformará una instalación que hoy produce Escape y Lincoln Corsair. Jim Farley, director ejecutivo de la firma, admitió que la presión de China es real y que esta vez no hay margen para errores. La respuesta llegará con una arquitectura eléctrica desarrollada por un equipo especial en California, liderado por Alan Clarke, ex Tesla, y nutrido de talento proveniente de Rivian.
La camioneta y el resto de la familia eléctrica usarán baterías LFP con tecnología del gigante chino CATL. Esta decisión, polémica para algunos, es clave para bajar costos y acercarse a la eficiencia que han logrado los fabricantes asiáticos. Mientras el precio promedio de un eléctrico en Estados Unidos ronda los 47,000 dólares, en China abundan modelos entre 10,000 y 25,000. Farley reconoce que el objetivo no es competir contra el lujo, sino dominar el terreno de los eléctricos pequeños y medianos para uso diario.
La historia detrás del llamado “equipo skunkworks” refleja el cambio cultural dentro de Ford. Tan independiente fue su desarrollo que, según el propio Farley, hubo un momento en que ni siquiera su gafete le permitía entrar al edificio. El aislamiento no fue casual: la meta era moverse con la rapidez de una startup, sin las trabas burocráticas de una corporación centenaria. El resultado, asegura la marca, será una gama que no solo sea más barata, sino que también llegue al mercado con tiempos de ensamblaje significativamente menores.
Ford quiere hacer el nuevo Modelo T eléctrico.
El movimiento llega en un momento de turbulencia para la estrategia eléctrica de Ford. Entre 2023 y 2024 la división de vehículos eléctricos y software acumuló casi 10,000 millones de dólares en pérdidas, según información de Reuters. La caída del 12% en ventas durante el primer semestre de este año, sumada al aumento del 27% en la demanda de híbridos, llevó a retrasar la producción de la próxima generación de F-150 Lightning y E-Transit hasta 2028. Sin embargo, Farley considera que estas experiencias le han dado a la compañía una visión más clara sobre dónde debe estar su apuesta.
Con la eliminación de incentivos fiscales y un mercado que se polariza entre modelos muy baratos o muy caros, Ford se juega mucho más que un lanzamiento. El plan de 2027 no solo busca ofrecer un eléctrico accesible, sino demostrar que la marca todavía puede reinventarse y plantarle cara a la ola china. Si la estrategia funciona, podría convertirse en el punto de inflexión que defina su lugar en la próxima década de la industria automotriz.
Cortesía de Xataka
Dejanos un comentario: