Como lo hace dos veces al día desde que el Papa está internado en la clínica Gemelli de Roma la Oficina de Prensa de la Santa Sede actualizó en la mañana del jueves la información sobre la salud de Jorge Bergoglio indicando que “la noche ha transcurrido tranquila, el Papa se ha levantado y ha desayunado en el sillón”. Trascendió también que, si bien sus actividades son reducidas en cuidado de su salud, Francisco continúa con parte de sus labores habituales y los análisis de sangre evaluados por el personal médico indican que la situación clínica es “estacionaria” con “una ligera mejoría, en particular de los índices inflamatorios”. Las audiencias públicas del Papa fueron canceladas por el momento hasta la semana próxima.
El miércoles el Papa recibió la eucaristía y ese mismo día por la tarde lo visitó en la clínica la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, “con quien pasó 20 minutos en privado” según se informó oficialmente.
Al margen de la información sobre la evolución de la salud de Francisco el hecho ha dado lugar a rumores y consideraciones, dentro y fuera del ámbito vaticano, sobre el futuro de Jorge Bergoglio al frente de la Iglesia. Tampoco faltaron las falsas noticias -atribuidas a sectores ultra conservadores de la propia iglesia- sosteniendo que Bergoglio enfrentaba una crisis de salud terminal y hasta quienes anunciaron su muerte.
Según lo consignó el Corriere della Sera en su encuentro con Giorgia Meloni y de manera jocosa el papa le habría dicho que “sé que afuera hay algunos que dicen que llegó mi hora, que algunos rezaron para que el pontífice se vaya al paraíso, pero Dios me quiere acá”. La primera ministra italiana dijo que lo encontró animado y de buen humor.
Sin embargo la situación de salud de Francisco volvió a alimentar los rumores acerca de la posibilidad de su renuncia al pontificado, imitando el paso dado por su antecesor Benedicto XVI quien renunció al papado el 28 de febrero de 2013, hecho que habilitó luego la elección de Jorge Bergoglio.
Como resulta lógico el Vaticano no ha hecho ningún tipo de comentarios sobre el particular, pero extra oficialmente y de fuentes cercanas al propio Francisco se conoció que el Papa no tiene por el momento ninguna intención de renunciar a su cargo y entiende que “todavía hay mucho por hacer” como parte de su tarea al servicio de la Iglesia Católica. Es la frase que Bergoglio le reitera a sus escasos visitantes en su habitación del piso 10 del policlínico Gemelli y en forma permanente a sus colaboradores inmediatos.
Quienes siguen en contacto con el pontífice aseguran que “el Papa no enfrenta una situación que pueda derivar en incapacidad grave” y que le impida cumplir con sus funciones. De hecho, y a pesar de la reserva de la información, se sabe que aún en la clínica Francisco mantuvo contactos con parte de su equipo a fin de resolver cuestiones atinentes a su tarea y esto a pesar de los consejos de los médicos para que restringa sus actividades.
Las mismas fuentes admiten que el Papa, que tiene 88 años y enfrenta una “neumonía bilateral” según diagnosticó el equipo médico que lo atiende, sostiene que tiene todavía tiene años por delante para seguir con la tarea que viene realizando al frente de la Iglesia.
El lugar donde se encuentra alojado Francisco para su recuperación fue habilitado en la Policlínica Gemelli, un hospital universitario, en 1980 y frente a la necesidad de atender al papa Juan Pablo II después del atentado que sufrió en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981. Desde entonces se utilizó para atender a los papas cuando ha sido necesario. El propio Francisco estuvo allí en julio de 2021 durante su hospitalización por una estenosis diverticular del colon.
Todo el décimo piso de la policlínica es una especie de departamento que permite, a la vez que privacidad, contar con todo lo necesario para la atención de la salud del Papa y un mínimo de comodidad para quienes están allí para acompañarlo.
En tanto en toda la Iglesia Católica en el mundo -también en la Argentina- se realizan cadenas de oración y actos litúrgicos para rogar a Dios por la salud del Francisco, mientras miles de mensajes de mejoría llegan al Vaticano -algunos en forma directa al Papa- haciendo votos por su recuperación.
Cortesía de Página 12
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