Freno a la inversión: empresas destinan hasta 10% de costos en seguridad

Más allá de los efectos sociales, la inseguridad es cada vez más un problema económico que está encareciendo la operación de las empresas, frenando la llegada de nuevas inversiones y restando competitividad a México, advirtió Fernanda Guarro, vicepresidenta de la American Chamber en México.

“Si ese gasto en seguridad se destinara a otros fines, México sería absolutamente más competitivo”, dijo la también directora general de 3M México, al recordar que 58% de las empresas destina entre 2% y 10% de sus costos totales a protegerse de la delincuencia.

De acuerdo con la AmCham, este sobrecosto se ha convertido en un impuesto invisible que encarece la producción, altera las cadenas de suministro y reduce el margen de inversión en innovación o expansión. “La seguridad debe entenderse como una variable económica”, enfatizó Guarro, al señalar que la falta de certeza y estado de derecho está afectando las decisiones de inversión en Norteamérica.

Más de la mitad de las empresas ha sufrido algún delito

El diagnóstico es compartido por Coparmex, que agrupa a compañías de todos los tamaños. Según sus datos, alrededor del 51% de las empresas en México ha sido víctima de algún delito, desde robo y fraude hasta extorsión.

“El impacto es enorme”, explicó Ángel García-Lascurain, vicepresidente nacional de Desarrollo Económico del organismo. “La inseguridad encarece la operación y hace menos competitivas a las empresas, justo cuando México debería aprovechar el nearshoring”.

En algunos estados, la situación es aún más crítica, por ejemplo, en el Estado de México, 67% de los empresarios reportó haber sido víctima de algún delito, frente a 42% en Quintana Roo y 40% en Durango, entre finales de 2024 e inicios de este año.

“La planeación de negocios se vuelve más compleja en entornos de alta inseguridad; las empresas necesitan un nivel de riesgo administrable para invertir”, añadió.

El golpe más duro lo resienten las pymes

De acuerdo con Coparmex, seis de cada 10 empresas han tenido que aumentar su gasto en seguridad, y el 17% lo ha hecho de manera “significativa”. Las más afectadas son las pequeñas y medianas, que carecen del margen financiero para absorber ese costo.

“Las pymes son las más vulnerables; su rentabilidad se reduce directamente”, apuntó García-Lascurain. Este fenómeno, agregó, explica por qué la inversión extranjera directa reciente se concentra en la reinversión de utilidades de empresas ya establecidas, no en nuevos proyectos.

Los robos en carretera cuestan más del 1% del PIB

En el sector logístico, el impacto económico de la inseguridad es tangible. Santiago Saviñón, Chief Growth Officer de 99 Minutos, explicó que los robos en carretera representan una afectación directa e indirecta equivalente a más del 1% del PIB nacional.

“La inseguridad en carretera empeoró alrededor de 8% este año, y aunque no podemos eliminar el riesgo, sí lo reducimos con tecnología y coordinación con las autoridades”, señaló.

Freight99, la nueva división de transporte de carga pesada de la empresa, opera rutas desde puertos como Manzanillo y Laredo y ha desarrollado software para rastrear las unidades en tiempo real, validar transportistas y prevenir filtraciones de información.

“Lo que ofrecemos es certidumbre operativa en un entorno donde los riesgos logísticos se han vuelto estructurales”, comentó Saviñón.

El impacto de la violencia sobre la economía también tiene evidencia empírica. Un estudio del EGADE Business School mostró que un aumento de 1% en la tasa de homicidios reduce los flujos de inversión extranjera directa en 0.28%, mientras que un alza de 1% en los robos los disminuye en 0.33%. Es decir, cada repunte de violencia tiene efectos concretos en la llegada de capitales al país.

Un estudio más reciente del Instituto para la Economía y la Paz (IEP) reveló que el impacto económico de la violencia en México aumentó en 2024 por primera vez desde 2019, al alcanzar un estimado de 245,000 millones de dólares, equivalente a 18% del PIB nacional.

Pero además del problema de la seguridad, García-Lascurain señaló que el incremento de la Inversión Extranjera Directa sigue obedeciendo a reinversiones de empresas que ya están asentadas en el país, y que hacen falta nuevas inversiones, empresas nuevas que apuesten a México. Y para ello se requiere certidumbre en materia energética, jurídica e infraestructura moderna.

“Si queremos ser competitivos, debe haber seguridad, certeza jurídica, energía suficiente, infraestructura moderna y mano de obra calificada”, resumió García-Lascurain.

Cortesía de Expansión



Dejanos un comentario: