Gael García Bernal presenta sus proyectos sonoros ante sala llena en la FIL Guadalajara


La presencia de Gael García Bernal en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara reunió a un público que llenó el espacio destinado a la charla titulada ‘Conversación con Gael García Bernal: Detrás de las cámaras de Hilde Krüger y La metamorfosis’. El actor presentó dos proyectos sonoros recientes: un audiolibro y una radionovela basados en obras y contextos distintos, pero unidos por un proceso de trabajo que lo llevó a concentrarse exclusivamente en la voz.

García Bernal explicó que el aprendizaje actoral se sustenta en dos herramientas: el cuerpo y la voz. Recordó que durante su formación dedicaba jornadas completas a ejercicios de movimiento y vocalización, práctica que consideró determinante para su carrera. “Eran cuatro horas de movimiento todos los días y cuatro horas de voz”, señaló. Esa base técnica, dijo, le permitió explorar acentos y modulaciones que después han sido parte de su construcción de personajes.

En su experiencia reciente grabando proyectos sonoros, la voz adquiere un peso particular al trabajar en espacios casi abstractos donde no intervienen la cámara ni la presencia física. “Te concentras nítidamente en lo que estás diciendo y comienza una ensoñación con múltiples posibilidades”, afirmó. Leyendo en voz alta un texto, añadió, el actor descubre variaciones que no percibe en la lectura silenciosa, lo que abre procesos distintos de interpretación.

Uno de los proyectos presentados fue Hilde Krüger, radionovela centrada en la figura de una espía alemana en México antes de la Segunda Guerra Mundial. García Bernal interpreta a un locutor y reportero que sigue de cerca los pasos de la protagonista.

Para construir el personaje, recurrió a grabaciones radiofónicas de la época y a modulaciones inspiradas en locutores de entonces. Recordó incluso comerciales antiguos, como uno de la llamada “Leche Bárbara”, cuyo tono nasal consideró funcional para reproducir la textura del sonido en radio AM.

Esa aproximación vocal formó parte del trabajo lúdico que buscó desarrollar para la radionovela. El actor explicó que pocas veces tiene la oportunidad de interpretar materiales ambientados en el México del siglo XX, por lo que este proyecto le permitió acercarse a un periodo histórico cuya representación audiovisual es limitada. Mencionó que, fuera de encarnar a Ernesto Guevara en otra producción, casi no ha trabajado historias de esa época y que le gustaría profundizar más en ese contexto.

Al detenerse en el personaje, señaló que la época en la que se sitúa la historia lo llevó a reflexionar sobre la percepción pública de los espías y la forma en que operaban anticipándose a acontecimientos mundiales. “Los mortales vemos pasar a los espías sin nunca saber que lo son y ellos están viendo el mundo diez años después”, dijo. Esa distancia entre la mirada común y la del personaje central de Hilde Krüger fue un elemento que le resultó especialmente interesante.

El otro proyecto presentado en la FIL fue La Metamorfosis, adaptación sonora del libro de Franz Kafka. García Bernal reconoció que su segunda lectura del texto ocurrió precisamente para esta grabación, muchos años después de haberlo leído en la escuela. Recordó que, cuando un libro se impone desde el aula con una carga de obligatoriedad, la percepción puede volverse limitada, pues la lectura se orienta hacia una interpretación determinada y a la exigencia de una calificación.

En contraste, señaló que las obras que lo marcaron en su juventud fueron aquellas que llegaban por otros canales, sin exigencias académicas, y que lo interpelaban de manera directa. En esta relectura encontró elementos que no había podido apreciar antes, particularmente en relación con el contexto político de la época de Kafka y los indicios que la obra ofrece sobre tensiones sociales y procesos de exclusión que posteriormente se intensificarían.

El actor explicó que La Metamorfosis tomó relevancia tras la muerte del autor y en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando el antisemitismo crecía y comenzaban a delinearse persecuciones sistemáticas. Desde esa perspectiva, la historia de un hombre que es visto como un ser monstruoso por su propia familia adquiere resonancia con fenómenos actuales, dijo.

Reflexionó también sobre distintas problemáticas que se relegan en la discusión pública, comparándolas con asuntos que se dejan “como bichos raros”, tal como ocurre en la novela. Recordó el tema de la legalización de drogas como un ejemplo de conversación social que perdió presencia con el tiempo hasta desaparecer del debate cotidiano.

Durante la preparación del audiolibro, García Bernal y su equipo detectaron que la lectura dramatizada funcionaba mejor que una narración lineal. Por ello convocaron a Mauricio Isaac y a Casandra Changuerotti para sumarse al proyecto. El proceso de grabación duró cuatro días, durante los cuales buscaron adaptar frases y encontrar nuevas interpretaciones que permitieran una lectura distinta sin abandonar el sentido original del texto.

Sobre esa relectura, mencionó que el trabajo actoral implica, en ocasiones, modificar elementos del material para encarnarlo desde el presente y descubrir significados que dialogan con el contexto actual. “Empiezas a darle una interpretación que en ese momento tiene sentido y que nos lleva a otra lectura”, explicó.

García Bernal expresó interés por conocer la reacción del público una vez que escuche ambos proyectos, aunque reconoció que, a diferencia del teatro, los materiales sonoros carecen de retroalimentación inmediata. “En los audiolibros no sé cómo nos enteramos si les gustó”, dijo, señalando que incluso las redes sociales ofrecen percepciones difíciles de medir.

YC

Cortesía de El Informador



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