Gasto público irresponsable en infraestructura de prestación de servicios

Recientemente ha habido declaraciones de las autoridades en el sentido que los precios o tarifas al público de varios los proyectos públicos que se han construido, o están en proceso, no considerarán la recuperación de su costo de capital, que será solamente del costo de operación. Los costos de la construcción, adquisición de equipo y puesta en marcha en general serán a fondo perdido. Según el gobierno, ello es porque los proyectos no son para generar utilidades sino para proveer servicios públicos para el bienestar de la gente.

FERIA DE SAN FRANCISCO

Se ha señalado explícitamente a la nueva compañía mexicana de aviación, los hoteles del sureste, el tren maya y los nuevos trenes de pasajeros de esta administración.

Los costos de capital son enormes, particularmente en los trenes. Se estima que el costo del tren maya rondará los 500 mil millones de pesos (mmp), que equivale a la mitad del gasto público en funciones de Educación presupuestado para este año y a casi el 60% de las de Salud. El gasto estimado para la fase 1/2025 de trenes de pasajeros en 2025 supera los 150 mmp, tres veces el asignado a funciones de Orden Público y Seguridad Interior.

Todo indica que los trenes no son rentables por si solos. Incluso el encargado del proyecto, Andrés Lajous, declaró: “La infraestructura pública no se evalúa con respecto a la recuperación …. Si la idea de que… (si) es una inversión que tiene que ser recuperada, probablemente no se habrían construido la mayoría de las carreteras del país, los hospitales del seguro social, o buena parte de las escuelas primarias.”.

En lo personal no me parece adecuado equiparar la utilidad de carreteras, hospitales y escuelas públicas a la de los trenes de pasajeros, sobre todo si ya existe transporte de pasajeros a esos de diversas calidades y precios. No obstante, en los casos de los trayectos CDMX-Querétaro y Pachuca, con carreteras claramente congestionadas, hay oportunidad de mejora mediante una política pública que se justificaría por las llamadas externalidades positivas que son aparentes; ¿son los trenes la mejor opción en términos de costo/efectividad? Quién sabe, es dudoso.

A menudo se argumenta en favor de los trenes de pasajeros como tienen algunos países desarrollados. La verdad es que sí son eficaces (y agradables) y se subsidian ampliamente, como en Japón y Europa occidental entre otros.

Pero hay una diferencia crucial con México. En aquellos países la recaudación fiscal es proporcionalmente (como % del PIB) entre dos y tres veces mayor que la mexicana. 32% en Japón, 44% en Francia, 28% en Suiza, por ejemplo. 15% en México.

En esas democracias representativas, parte del pacto social es el acuerdo de los ciudadanos con los impuestos suficientes para sufragar proyectos que consideran socialmente justificados.

En México, en cambio, la recaudación fiscal (alrededor de 15% del PIB) es exigua y el país se acerca rápidamente a la insostenibilidad fiscal. En estas circunstancias, subsidiar proyectos como los trenes de pasajeros, que en su mayoría, no son necesariamente la mejor opción para resolver problemas de movilidad, donde los hay, porque no es en todas partes, es irresponsable.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de El Economista



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