Ghost, la banda que parodia al Papa, ambienta sus shows como una iglesia y sus fans se visten de curas

Si alguien entrase a un recital de Ghost sin conocer a la banda, probablemente quedaría desconcertado por las adolescentes vestidas de monjas gritando desde la valla, los fans con cruces colgadas del cuello cantando eufóricos, o el siniestro Papa que, desde el escenario, lidera una misa oscura al ritmo de guitarras eléctricas. Todo con una estética de catedral gótica, con vitreaux incluidos.

Ghost no es una banda común. Es un proyecto musical y escénico cuya puesta en escena cuida cada detalle para satirizar a la Iglesia Católica. Su último disco, Skeletá, se lanzó el 25 de abril, justo en medio de los funerales del papa Francisco y un día antes de su entierro. Aunque parezca una estrategia de marketing macabra, la fecha ya estaba programada desde antes, pero eso no evitó que la coincidencia terminase favoreciendo a la banda.

A pesar de que la banda estuvo cerca de Francisco en 2015, cuando ambos coincidieron en al ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, -Ghost fue a dar un concierto y Bergoglio una de sus visitas papales-, la banda no dio declaraciones luego de la muerte del Santo Padre.

Ghost nació en Suecia a mediados de los 2000 y desde entonces construyó todo su universo en torno a una iglesia propia y satánica. Toda su iconografía está basada en la liturgia cristiana, desde su escenografía, inspirada en iglesias y catedrales -con vitreaux incluídos-, hasta su cantante, una suerte de Papa oscuro que cada cierto tiempo muere y es reemplazado por un sucesor igual o más macabro que el anterior.

La puesta en escena es una parte fundamental de los recitales. En sus shows en México y Barcelona, por ejemplo, colocaron confesionarios en la entrada que en realidad funcionaban como cabinas para sacarse fotos. Desde lejos, las filas, en las que había fans vestidos de sacerdotes y monjas, podrían confundirse con las de una procesión religiosa.

El confesionario que la banda colocó afuera de su show en México. En el interior funcionaba una cabina para tomarse fotos.

Cada papa de Ghost tiene su ciclo, que suele terminar con la salida de un nuevo álbum. Pero, lejos de abdicar o morir por causas naturales, sus pontífices tienen finales trágicos. Al último se lo llevó un grupo de enmascarados en pleno show en México, ante miles de fans que, incrédulos, observaron la escena. Hasta que se eligió a un sucesor, su lugar lo ocupó un “cardenal”.

Los papas muertos, sin embargo, siguen siendo parte del show: aparecen en videos con gran producción que la banda sube a YouTube, en formato de miniserie, en los que se muestra el destino de cada uno. Además, durante los últimos recitales -y desfibrilador mediante-, los músicos “revivieron” al primer pontífice de la banda para que, por un rato, vuelva a tocar el saxofón para sus fans.

Durante el show tiene todos los elementos de una misa real, desde el incienso, con el que el Papa satánico aparece en escena en algunas canciones, hasta el recitado de sermones e incluso una bendición al público.

En vivo, es común que antiguos En vivo, es común que antiguos “Papas” vuelvan a la vida para participar del show.

Por años, la identidad de los músicos fue un misterio. Todos actuaban con máscaras y ropa negra. Solo se destacaba de la banda la figura del papa, enmascarada o maquillada, que en el escenario era acompañado por músicos vestidos de negro, de manera genérica, imposible de individualizar.

Recién en los últimos años se confirmó que detrás de cada pontífice siempre estuvo la misma persona: Tobias Forge, el creador, cantante y mente maestra detrás de la banda.

El anonimato ayudó a construir el mito. Cada vez que se iba un papa, los fanáticos creían que su lugar al frente de la banda lo ocuparía otro cantante enmascarado. Pero, detrás del maquillaje y las máscaras, en el anonimato, siempre estuvo Forge, comandando esa misa negra con canciones de pop metal inspirada en los 80, con liturgia propia y miles de fieles en todo el mundo.

La “pelea” con Francisco por Filadelfia

Ghost y Francisco coincidieron en 2015 en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. Francisco fue en una visita oficial. Ghost, como parte de la gira “Black to the Future”. Aunque no se cruzaron, la banda tuvo que posponer su show debido a las medidas de seguridad que la ciudad desplegó producto de la visita de Bergoglio.

En esa ocasión, se había especulado con que Ghost aprovecharía la situación para hacer una puesta en escena especial en la que su cantante recorrería la ciudad desde su propio papamóvil, pero finalmente descartaron la idea.

Sin embargo, nada impidió que la banda capitalizase el evento y lo utilizase como campaña de marketing. Hicieron una campaña en redes a la que llamaron “Ghost vs el Papa” y vendieron el show como si fuese una pelea. Finalmente, en un comunicado oficial, anunciaron que Francisco y el cantante de la banda habían intentado dirimir la cuestión a través de una pulseada, y que terminaron empatados, por lo que, finalmente, la banda reprogramaría el show.

Poco después, uno de los músicos de la banda dijo en una entrevista que la ciudad “no era lo suficientemente grande para dos papas”.

El paso por Argentina

Ghost visitó la Argentina en varias oportunidades. La primera vez fue en 2013, cuando fueron banda telonera de Iron Maiden en el estadio de River. Aunque eran relativamente desconocidos por el público local, su aparición en escena, con trajes negros, máscaras y un papa oscuro, dejó una buena primera impresión en el público y les ayudó a cosechar una buena base de fans en en el país.

Volvieron en 2014 y, dos años más tarde, fueron parte del line-up del Lollapalooza. En 2017 se presentaron en el Maximus Fest y también hicieron un show propio en el Vorterix.

Su última “misa” en el país fue en 2023, cuando 15.000 almas agotaron las entradas para verlos en el Movistar Arena. Esa noche hubo nueve músicos en escena interactuando con el público, mientras detrás brillaba la escenografía que recordaba a un iglesia en llamas y que ya es parte esencial de la identidad del grupo.

Durante más de una hora y media la banda tocó sus éxitos, a los que agregó la clásica teatralidad y una “bendición” masiva. Todo fue parte de un ritual que ya tiene fieles y una iglesia propia en Argentina.

Cortesía de Clarín



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