Gobierno de México presiona a Nissan por cierre de CIVAC: quieren claridad sobre las liquidaciones de los más de 4,000 trabajadores

La incertidumbre domina en la planta de Nissan en CIVAC, Morelos. Tras el aviso de cierre, los más de 4,000 empleados no tienen certeza sobre cómo se dará la liquidación ni si habrá posibilidad de colocarse en otras armadoras. El gobierno federal y el de Morelos pidieron a la compañía japonesa dar claridad inmediata. La situación mantiene en vilo a las familias de la región que por décadas han dependido de la automotriz.

FERIA DE SAN FRANCISCO

El golpe más duro recae sobre los trabajadores eventuales. Se habla de que serán liquidados bajo el esquema de salario mínimo, algo que contraviene al contrato colectivo y que no corresponde con la realidad salarial dentro de la planta. La noticia encendió la preocupación porque, además, se calcula que 1,200 de estos puestos se perderán en noviembre, incluso antes de que concluya el ciclo fiscal de Nissan en marzo de 2026. El cese podría ser anticipado, para enero o febrero.

Víctor Sánchez Trujillo, secretario de Desarrollo Económico y del Trabajo de Morelos, declaró para El Universal, que no hay peor señal que la falta de respuestas claras. El funcionario se reunió con el sindicato independiente que representa a los empleados de Nissan. Al salir, advirtió que la empresa debe hablar con transparencia y evitar rumores que solo agravan la tensión. Según el calendario, esta semana habrá un encuentro en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en Ciudad de México que podría marcar un punto decisivo.

Dentro del sindicato se intentó negociar una salida escalonada. La propuesta fue extender el proceso de julio de 2025 a marzo de 2026 para dar tiempo a ordenar el despido masivo. La compañía rechazó de inmediato. Para los trabajadores el mensaje fue claro: Nissan no busca alargar plazos, sino acelerar la salida. La desconfianza podría crecer aún más con el anuncio de que 800 obreros eventuales, se mantendrán unos meses más con contrato ampliado.

Parece que el temor no solo es por el dinero. La región de Jiutepec, sede de CIVAC, depende desde hace seis décadas de Nissan. Cada empleo perdido representa menos ingresos en comercios, transporte y servicios. La planta número uno, donde se arma el Versa y se armó el Tsuru, no es solo un centro industrial. Se convirtió en parte de la identidad del estado. Ahora, ante el cierre, los trabajadores sienten que la historia se rompe sin garantías de continuidad.

Planta de Nissan en CIVAC, Morelos.

La punta del iceberg llamado Nissan

El sindicato exige una liquidación del 150% para los sindicalizados. Asegura que es lo justo ante la magnitud del golpe. Sin embargo, la compañía no ha cedido. Tal parece que Nissan se va como llegó: con decisiones tomadas en Tokio y sin un diálogo frontal con los trabajador mexicano. La molestia crece y el tiempo se acaba para garantizar que la transición sea ordenada.

Mientras tanto, el terreno de 40 hectáreas que ocupa la planta ya genera interés en otras industrias. Se habla de farmacéuticas, centros comerciales e incluso de nuevas armadoras que han puesto la mira en Morelos. Nada de eso alivia hoy la zozobra de quienes ven que el empleo desaparece sin una ruta clara de futuro. El problema no es solo el cierre, sino la forma en que se está ejecutando. Y esa incertidumbre es la que más parece doler a la base obrera.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Xataka



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