Gwyneth Paltrow, inspirada en Grace Kelly, con un amante joven e incómoda por los coordinadores de escenas sexuales

En un teatro donde los protagonistas están promocionando la película Marty Supreme antes de su estreno navideño, Timothée Chalamet cuenta lo excitante que fue para él “trabajar con una leyenda” como Gwyneth Paltrow. Ella baja la cabeza, sonríe, cuenta a su vez cuanto la impresionó el joven actor con su talento y como la química estuvo ahí desde el primer día.

“Timmy”, como lo llama el director, le agradece a la actriz que haya querido volver a hacer cine después de una larga pausa justo para este proyecto. Fueron siete años, desde que Gwyneth Paltrow filmó la última película de Avengers y en ese tiempo prefirió dedicarse a criar a sus hijos y a propulsar como CEO a Goop, su empresa con productos de belleza y moda que consumen muchas mujeres inspiradas en su imagen.

En la película, ambientada en la década del 50, Paltrow interpreta a una actriz de Hollywood que ha sido muy famosa y que quiere volver a estar vigente con una obra de teatro. Se inspiró en Grace Kelly para componer a su actriz y el director dice haberla convocado por su parecido con la princesa de Mónaco, “tan distante e inalcanzable”.

Su esposo es el manager del protagonista, un jugador de ping pong veinteañero que tiene tanta ambición de ser campeón mundial como pocos escrúpulos. Ella se deja seducir por el Marty de Chalamet, con quien va a tener un breve y fogoso romance.

“Pensé que iba a ser como volver a andar en bicicleta, pero fue bastante más complicado”, admitió ella sobre su regreso. Sus últimas películas fueron en el universo Marvel, donde interpretó a la asistente personal que terminó casada con Iron Man, Pepper Potts. Pero explica esta se le parece más a las artísticas que filmó en los ’90.

Del ”Me too” a la incomodidad de trabajar con coordinadores de escenas sexuales.

Ella no aparece tanto en la pantalla, pero las escenas que los muestran abrazados tirados en el pasto en el Central Park han despertado el imaginario colectivo.

Thimothée Chalamet, el chico “it” de 29 años, que viene de ser nominado al Oscar por su interpretación de Bob Dylan, y la actriz de 53 que ganó un Oscar a los 26 años por Shakespeare apasionado y ayudó a disparar el movimiento #MeToo al contarle a The New York Times como el empresario Harvey Weinstein la acosó cuando tenía 22 años en una habitación de hotel pero dejó de molestarla cuando se lo exigió su novio, Brad Pitt.

Gwyneth admira la actitud de Nicole Kidman, que ha hecho un par de películas eróticas con actores más jóvenes y que dice sentirse libre como artista para explorar.

Igual, asegura que la presencia de la coordinadora sexual la desacomodó, porque no estaba acostumbrada a que en las escenas de sexo le anticipen donde va a poner la mano el actor. Aunque entiende que es muy bueno para las nuevas generaciones, como su hija, que quiere dedicarse a la actuación. Su hijo tiene una banda, Dancer, donde canta y toca la guitarra.

Apple (21) y Moses Martin (19) no están acostumbrados a verla en el cine. Confiesa que a Apple le gustó la idea de verla junto a Chalamet, a quien admira, pero a Moses lo mortificó un poco. Cuando se divorció del cantante de Coldplay Chris Martin, se mudó desde Londres con ellos y volvió a vivir a su ciudad natal, Los Ángeles.

Apple y Moses se fueron de su casa para ir la Universidad en la costa oeste, igual que los dos hijos de su esposo Brad Falchuk, con quien se casó en 2018. Los dos varones y las dos chicas tienen la misma edad, los criaron juntos como familia ensamblada y se fueron todos al mismo tiempo dejándola con el nido vacío.

Paltrow vendió su casa y se mudó a Montecito, un barrio privado cerca del mar en Santa Barbara, para empezar esta nueva etapa más solitaria donde planea empezar a escuchar ofertas. Parece que es cierto que no dejó de ser actriz de las grandes ligas, sino que se alejó por un rato, como explica su amigo Robert Downey Jr.

Cortesía de Clarín



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