Las haciendas de Hidalgo son testigos silenciosos de siglos de historia y tradición.
Enclavadas en paisajes naturales impresionantes, estas construcciones, originalmente
creadas para la producción agrícola y minera, han evolucionado hasta convertirse en
destinos turísticos llenos de encanto.
La Hacienda de Santa María Regla, ubicada cerca de Huasca de Ocampo, es una de las
más icónicas. Sus arcos y muros de piedra volcánica evocan la época en que servía como
centro de procesamiento de plata. Hoy, sus pasillos y patios son escenario de eventos
culturales y bodas, así como recorridos llenos de historias de fantasmas y leyendas.
A poca distancia se encuentra la Hacienda San Miguel Regla, conocida por sus jardines y
su lago artificial. Esta hacienda, que también formó parte del auge minero, ofrece ahora
hospedaje en un ambiente rústico pero acogedor, donde el pasado y el presente conviven
en perfecta armonía.
Por su parte, la Hacienda de Zotoluca, ubicada en Zempoala, se distingue por su
arquitectura colonial bien conservada y su amplia oferta de actividades culturales. Con
recorridos guiados, es posible conocer detalles sobre su antigua operación agrícola y su
papel en la historia de la región. Además, esta hacienda es ideal para quienes buscan un
escenario pintoresco para sesiones fotográficas o eventos sociales.
Las haciendas de Hidalgo no solo son un vistazo al pasado, sino también un espacio para
disfrutar del presente. Entre sus muros, es posible sentir la conexión entre la riqueza
histórica de México y la belleza natural que rodea cada rincón del estado.
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