Hallazgo insólito en Turquía: encuentran un filtro de bronce de 1.600 años que funcionaba con una pajita para beber con comodidad

El pasado siempre tiene secretos por revelar, y esta vez ha sido en las excavaciones de Adrianópolis, en la actual Turquía, donde un objeto aparentemente sencillo ha abierto una ventana inesperada a los hábitos de consumo de hace 1.600 años. Un equipo de arqueólogos, liderado por el profesor Ersin Çelikbaş, ha descubierto un pequeño pero fascinante filtro de bronce, diseñado para mejorar la experiencia de beber líquidos en la Antigüedad.

El hallazgo, realizado en el marco del proyecto “Geleceğe Miras” (Herencia para el Futuro) del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía, sobre cuyos descubrimientos ya te hablamos en otra ocasión, ha dejado a los investigadores asombrados. El diminuto artefacto, de apenas 9,2 centímetros de largo, revela una solución ingeniosa para un problema cotidiano: filtrar impurezas en bebidas como vino, cerveza y zumos de frutas. Su estructura perforada y su forma cónica sugieren que se usaba junto con pajitas de material vegetal, ofreciendo a los habitantes de la ciudad una manera más refinada y cómoda de disfrutar sus bebidas.

Este pequeño fragmento de la historia no solo demuestra la creatividad de la civilización que lo diseñó, sino que también arroja luz sobre el alto nivel de higiene y la atención al detalle en la vida cotidiana de Adrianópolis durante el siglo V d.C.

Adrianópolis: una ciudad vibrante en la Antigüedad

Ubicada en la región de Paflagonia, Adrianópolis fue un enclave estratégico en la época romana y bizantina. Sus raíces se remontan al siglo I a.C., y su historia se extiende hasta el siglo VII d.C. Durante su apogeo, la ciudad albergó una intensa actividad agrícola, con cultivos de cereales, viñedos y árboles frutales. Las excavaciones arqueológicas han revelado un impresionante mosaico de estructuras, que incluyen iglesias, baños, fortalezas, tumbas monumentales, villas, cisternas y hasta un castillo.

Las ruinas de Adrianópolis en Paflagonia, Turquía, un antiguo enclave que aún guarda los ecos de su pasado romano
Las ruinas de Adrianópolis en Paflagonia, Turquía, un antiguo enclave que aún guarda los ecos de su pasado romano. Foto: Istock

Uno de los apodos que ha recibido Adrianópolis es el de la “Zeugma del Mar Negro”, en referencia a la famosa ciudad romana cuyas impresionantes mosaicos la convirtieron en un ícono arqueológico. Las obras descubiertas en Adrianópolis, con representaciones de animales y paisajes fluviales, confirman el refinamiento artístico de sus habitantes.

En este contexto, el descubrimiento del filtro de bronce adquiere un valor especial. No se trata de un objeto de lujo reservado para la élite, sino de un utensilio funcional que habría sido utilizado por los ciudadanos comunes. Su existencia sugiere que incluso las clases populares disfrutaban de métodos sofisticados para mejorar su alimentación y su vida cotidiana.

Un filtro para beber con comodidad

El pequeño filtro de bronce encontrado en Adrianópolis es una auténtica joya tecnológica de su época. Diseñado para ser reutilizable, su estructura perforada permitía separar los residuos sólidos de los líquidos, garantizando una experiencia más placentera al beber. Su forma cónica y la presencia de un anillo de sujeción indican que estaba pensado para ser transportado y utilizado con facilidad.

Se cree que este filtro se acoplaba al extremo de pajitas hechas de cañas o juncos, que los antiguos habitantes de Adrianópolis empleaban para sorber sus bebidas. Así, podían disfrutar de su vino o zumo sin preocuparse por los restos de pulpa o los granos que pudieran haber quedado en el líquido.

El hallazgo refuerza la idea de que las civilizaciones antiguas no solo se preocupaban por la funcionalidad, sino también por la comodidad. En un mundo sin plásticos ni filtros modernos, sus habitantes lograron desarrollar soluciones ingeniosas que, siglos después, siguen sorprendiendo a los arqueólogos.

El filtro de bronce para bebidas del siglo V d.C. descubierto en Adrianópolis
El filtro de bronce para bebidas del siglo V d.C. descubierto en Adrianópolis. Foto: Universidad Karabük

La importancia del descubrimiento

El filtro de bronce de Adrianópolis no es un objeto aislado, sino parte de una serie de descubrimientos que revelan la avanzada cultura material de la ciudad. Junto a este utensilio, los arqueólogos han hallado fichas de hueso que podrían haber sido usadas en juegos de mesa por soldados romanos, así como un colgante de bronce con la imagen del rey Salomón.

Estos objetos muestran que la ciudad no solo tenía una rica vida religiosa y comercial, sino también un aspecto lúdico y cotidiano que pocas veces se refleja en los grandes relatos históricos. La presencia del filtro, en particular, es una prueba más de que el bienestar personal y la búsqueda de placer eran preocupaciones universales, incluso en tiempos antiguos.

Además, su hallazgo refuerza la conexión entre Adrianópolis y otras grandes ciudades del mundo romano y bizantino, donde se han encontrado objetos similares. La sofisticación de estos artefactos sugiere que existía un conocimiento tecnológico compartido entre diferentes regiones del Imperio, y que sus habitantes no eran ajenos a la innovación.

Este dispositivo de bronce permitía separar los residuos sólidos y la pulpa de las bebidas
Este dispositivo de bronce permitía separar los residuos sólidos y la pulpa de las bebidas. Foto: Universidad Karabük

Un legado que sigue vivo

El descubrimiento del filtro de bronce en Adrianópolis no solo aporta información valiosa sobre los hábitos de consumo de la Antigüedad, sino que también nos recuerda lo poco que ha cambiado la humanidad en algunos aspectos. Hoy en día, seguimos utilizando filtros para mejorar la calidad de nuestras bebidas, ya sea en cafeteras, purificadores de agua o sofisticadas copas de vino.

Este hallazgo es un recordatorio de que las civilizaciones antiguas no eran tan distintas a la nuestra en cuanto a ingenio y sofisticación. Aunque los materiales y las técnicas han cambiado, la búsqueda de la comodidad y la calidad de vida es una constante en la historia de la humanidad.

A medida que las excavaciones en Adrianópolis continúan, es probable que sigamos descubriendo nuevos objetos que nos ayuden a entender mejor cómo vivían sus habitantes. Cada fragmento hallado en la tierra es una pieza más en el rompecabezas de nuestro pasado, y el filtro de bronce es un testimonio fascinante de una civilización que, hace 1.600 años, ya había encontrado la manera de disfrutar de una bebida sin impurezas.

Referencias

Cortesía de Muy Interesante



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