La Universidad de Harvard anunció este lunes que ha decidido congelar sus contrataciones ante la incertidumbre creada por el cambio de políticas con la Administración de Donald Trump.
El presidente del prestigioso centro universitario, Alan M. Garber, indicó en un mensaje a su personal que la decisión está diseñada para ayudar a esa universidad a mantener su “flexibilidad financiera hasta entender mejor cómo se van a materializar los cambios en las políticas federales”.
“Es imperativo limitar nuevos compromisos significativos a largo plazo que aumentarían nuestra exposición financiera y harían que futuros ajustes fueran más disruptivos”, escribió en un correo electrónico del que se hizo eco el diario estudiantil de Harvard The Harvard Crimson.
Según ese mensaje, la congelación en las contrataciones tendrá efecto inmediato en todas las facultades, pero está previsto que sea temporal.
Se examinarán gastos “discrecionales” y “no salariales”
El presidente de Harvard también pidió examinar el gasto discrecional y no salarial y reevaluar tanto el alcance de los proyectos de renovación de capital como cualquier nuevo compromiso plurianual.
Harvard se suma así al paso tomado en febrero por la Universidad de Stanford y la de Cornell ante los potenciales recortes contemplados por el nuevo Gobierno.
El pasado viernes la Administración republicana canceló subvenciones y contratos con la Universidad de Columbia en Nueva York por valor de 400 millones de dólares “debido a su pasividad ante el persistente acoso a estudiantes judíos”, después de recibir un informe que había encargado sobre el antisemitismo en los campus.
Las amenazas de Trump
Esa misma semana Trump había amenazado con recortar la financiación federal a cualquier escuela o centro de educación superior del país que permita protestas “ilegales” y llegó a advertir que encarcelará o deportará a los estudiantes que participen en ellas.
Según Bloomberg, las palabras de Trump responden a las protestas que estallaron en abril de 2024 en campus universitarios de todo Estados Unidos contra la guerra en Gaza y el apoyo de Washington a Israel.
Estas manifestaciones se prolongaron durante unos tres meses y resultaron en la detención de aproximadamente 3000 personas.
A finales de enero, Trump firmó una orden ejecutiva en la que prometía mano dura contra el movimiento propalestino, al que calificó de “proyihadista”, incluyendo identificar a los estudiantes extranjeros que participaron en las protestas para deportarlos y cancelar los visados de aquellos que considerara “simpatizantes de Hamás”.
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Cortesía de Página 12
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