El estado de Hidalgo es un guardián del legado prehispánico en México, albergando
importantes sitios arqueológicos que dan testimonio de la grandeza de culturas como la
tolteca. Uno de los más destacados es la zona arqueológica de Tula, hogar de los famosos
Atlantes, figuras monumentales que representan guerreros y que simbolizan la fuerza de
esta civilización.
Además de Tula, el sitio arqueológico de Huapalcalco, cerca de Tulancingo, destaca por ser
uno de los asentamientos más antiguos de la región. Se cree que este lugar tuvo influencias
tanto toltecas como teotihuacanas, y sus estructuras reflejan un estilo arquitectónico único
que sigue siendo estudiado por arqueólogos.
El impacto de las culturas prehispánicas en Hidalgo no solo se ve en las ruinas, sino
también en las tradiciones actuales. Por ejemplo, en muchos pueblos todavía se practican
ceremonias vinculadas a las creencias de los antiguos habitantes, como ofrendas a los
dioses de la lluvia o el maíz. Estas costumbres mantienen vivo el espíritu de las culturas
ancestrales.
El legado prehispánico también está presente en la artesanía local. Los diseños
geométricos que adornan los textiles y bordados de Tenango tienen raíces en las
expresiones artísticas precolombinas. Estas piezas no solo son bellas, sino que cuentan
historias y cosmovisiones transmitidas de generación en generación.
Explorar el legado prehispánico de Hidalgo es sumergirse en la historia y la cultura de
México. Desde los imponentes vestigios arqueológicos hasta las tradiciones vivas, el estado
ofrece una conexión única con el pasado que sigue influyendo en su presente.
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