Hoy en Netflix: es un excepcional western mejor que muchos clásicos de Clint Eastwood y John Wayne

Cada que se menciona al género western, muchas personas lo suelen asociar con la imagen de Clint Eastwood. Ya quienes se han adentrado más a este tipo de películas, puede que recuerden al legendario John Wayne. Ambos son íconos del cine de vaqueros, pero existe una película que es incluso mejor que sus clásicos.

Estrenada en 1968, esta cinta cambió los paradigmas previamente establecidos por el western. Tomas largas, un ritmo más pausado, pocos diálogos, una narrativa entretejida y menos secuencias de acción. Además, puso a Henry Fonda como el gran villano. Hablamos de Érase una vez en el Oeste.

Única, áspera, pero gratificante. La trama nos presenta a Jill, una mujer que llega desde Nueva Orleans para verse con su futuro esposo Brett McBain, dueño del único terreno con agua en la zona. Pero su encuentro se ve truncado cuando asesinan a McBain y su familia.

Al mismo tiempo, un pistolero con cuentas pendientes llega al pueblo solo para enterarse que el magnate ferroviario Morton mandó a matar a McBain, a través de su secuaz Frank. Es entonces que tendrá que aliarse con el bandido conocido como Cheyenne quien fue inculpado por cometer el homicidio.

Sí, tal vez suena un poco rebuscada la historia, y lo es. No obstante, este viaje de casi tres horas es el regreso triunfal de Sergio Leone al cine western tras concluir la llamada Trilogía del dinero. A través de primeros planos, una banda sonora impecable y un guion preciso, el cineasta abarca terrenos inexplorados dentro de su filmografía al tiempo en que incluye su inconfundible estilo.

Además, no podemos dejar de lado al equipo detrás del proyecto. La belleza visual corre a cargo de la fotografía de Tonino Delli Colli; la historia original proviene de las mentes Dario Argento (Suspiria) y Bernardo Bertolucci (El último tango en París); y claro, la música viene por parte del legendario compositor Ennio Morricone. Básicamente, los pesos pesados del cine italiano.

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De igual manera, vale la pena mencionar el icónico inicio de la película. Con una duración de casi diez minutos, esta larga pero minuciosa introducción se convierte en un momento surrealista cargado de tensión e incertidumbre. Primeros planos, planos generales, silencios, música, créditos que vienen y van, y un duelo de menos de cinco segundos.

Si todo lo anterior aún no te convence, en el sitio Metacritic cuenta con un puntaje de 82 sobre 100 por parte de la crítica especializada. A su vez, en Rotten Tomatoes se posiciona con una calificación casi perfecta del 96%. La gran mayoría aclama el trabajo de Leone al designarla como una obra maestra. Algunas reseñas mencionan:

“El violento western épico de Leone es una obra maestra imprescindible“.

Common Sense Media.

“La parábola fronteriza de Sergio Leone es un hito en el western y presenta no sólo una de las mejores secuencias iniciales jamás realizadas, sino también el mejor uso de una armónica en el cine”.

The Independent.

“Si buscas una lección sobre cómo resucitar un género moribundo, no hay nada mejor que Érase una vez en el Oeste, la obra maestra de Sergio Leone de 1968″.

The Times.

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Como puedes observar, muchos coincidimos es que es una de las grandes obras del género. Curiosamente, este fue el inicio de una segunda trilogía por parte de Leone conocida como la Trilogía érase una vez, en ella se incluyen los filmes Giù la testa (por su título original, pero conocida en México como Los héroes de la Mesa Verde) de 1971 y Érase una vez en América de 1984.

Si por tu parte gustas darle una oportunidad, te recordamos que puedes disfrutar de Érase una vez en el oeste, también titulada Hasta que llegó su hora, a través de Netflix.

Cortesía de Xataka



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