Netflix suele tener grandes thrillers dentro de su catálogo. Uno de ellos es la aclamada serie Ozark, que tras cuatro temporadas nos mostró que incluso en uno de los pueblos más tranquilos de Estados Unidos pueden ocultarse secretos vinculados con el mundo criminal. Pero ¿qué pasaría si mezclamos esa misma esencia con The Bear, Gemas en Bruto, música alternativa y situada en Nueva York? Una nueva miniserie.
La vida del dueño de un exitoso restaurante neoyorkino da un giro inoportuno con el regreso de su inestable hermano. Juntos nuevamente como mancuerna, se abre la puerta a peligros cada vez mayores que amenazan con derribar todo lo que alguna vez construyeron. Esto es: Black Rabbit.
Protagonizada por Jude Law y Jason Bateman, esta miniserie se presenta como un conjunto de diversos tópicos del género criminal en su punto más caótico, pero entretenido. Con toques de elegancia, violencia, drama, crimen y enredos, seguimos a este dúo a través de las calles de la Gran Manzana en su intento por saldar una deuda.
Por un lado tenemos a Bateman quien interpreta a Vince Friedkin, un personaje adicto a las apuestas, alcohólico y egocéntrico, pero codependiente de su hermano. En esta faceta, el actor da un giro al chico bueno que en varias ocasiones ha definido su carrera, pero que mantiene ese espíritu que vimos cuando protagonizó Ozark.
Del otro lado se encuentra Jake, el hermano que funge como una figura importante en la escena gastronómica de Manhattan. Más centrado y con una aparentemente vida perfecta, el personaje de Law busca expandir su imperio con una sucursal más prestigiosa. No obstante, todos los planes se ven truncados tras su encuentro con el desaliñado Vince.
Con toques de cine negro, una atmósfera deprimente y un trasfondo turbio, estamos frente a un raro pero intrigante conjunto de matices. Desde la actividad del restaurante a lo The Bear, escenas estresantes como lo han plasmado los hermanos Safdie y con un soundtrack que parece el hijo conceptual de Peaky Blinders.
Si bien parece una historia con moraleja, no intenta enseñar ningún tipo de lección para enfocarse en solo ese lado de unidad y hermandad, aunque ambos personajes sean un par de insufribles que se empeoran mutuamente. Son ocho episodios de 50 minutos que muestran los intentos de ambos por salir adelante aunque con todo en contra.
Si aún no te convencemos, te dejamos algunas reseñas de medios extranjeros para darte una idea de lo que Black Rabbit tiene que ofrecer. En una perspectiva general, apuntan a que llega a tener tropiezos en el ritmo o bien, todo el talento involucrado no se aprovecha en al máximo, pero se rescata el viaje de los hermanos como eje central de la trama.
“El público acogerá con agrado Black Rabbit porque puede ampliar los límites de la credibilidad, pero debajo de todas esas distracciones hay algo fundamentalmente humano.
CBR.
“Una apasionante saga de lealtad y autodestrucción, realzada por las cautivadoras actuaciones de Bateman y Jude Law. [Pero] prepárate para subir mucho el brillo de tu televisor.
“Se presenta como un relato contemporáneo que revela que, bajo la fachada del éxito y la sofisticación, las mismas pasiones destructivas aún laten en nuestro interior: de ayer, de hoy. De siempre”.
Si gustas disfrutar de esta serie, digna de maratonear o ver a lo largo de solo una semana, te recordamos que puedes disfrutar de Black Rabbit en exclusiva por Netflix.
Cortesía de Xataka
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