Human Rights Watch denuncia abusos contra migrantes en centros de detención en Florida

Los migrantes retenidos en los centros de detención en Florida se encuentran bajo condiciones de hacinamiento y abusos, incluso llevando a la muerte, según un informe presentado este lunes por Human Rights Watch (HRW) y otras organizaciones civiles. La cifra de ocupación en estos establecimientos aumentó un 111 por ciento en los seis meses desde la asunción de Donald Trump, que recientemente inauguró un nuevo centro en Florida, el llamado “Alcatraz de los Caimanes”, a pesar de la creciente impopularidad de sus políticas migratorias.

Migrantes bajo “condiciones inhumanas”

El documento de 100 páginas, titulado “‘Sientes que tu vida se acabó’: Prácticas abusivas en tres centros de detención de migrantes en Florida desde enero de 2025”, analiza las condiciones en el Centro de Procesamiento de Servicios de Krome, el Centro de Transición de Broward y el Centro Federal de Detención de Miami. En él se documentan testimonios sobre condiciones inhumanas, tratos degradantes y la falta de acceso a atención médica adecuada. El informe incluye entrevistas a 17 migrantes detenidos desde el 20 de enero en estos tres centros floridianos.

“Tuvimos que inclinarnos y comer con la boca, como perros”, relató uno de los detenidos. La investigación fue elaborada en conjunto por HRW, Estadounidenses por la Justicia para Inmigrantes (Americans for Immigrant Justice) y el Santuario del Sur (SOS por sus siglas en inglés), y se completó antes de la apertura del centro “Alcatraz de los Caimanes”, el pasado 3 de julio.  

Según datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), actualmente hay 2.524 personas detenidas entre los centros de detención de Krome, Broward y Miami, sin considerar el nuevo centro, el más ambicioso hasta la fecha. “Los migrantes en Florida están siendo sometidos a condiciones inhumanas, incluida la falta de atención médica, hacinamiento y malos tratos. Al menos dos muertes recientes podrían estar vinculadas a negligencia médica”, señala el informe.

Los investigadores entrevistaron a personas detenidas o liberadas recientemente y analizaron datos oficiales del ICE. Descubrieron que el aumento en la cantidad de detenidos se atribuye tanto a políticas federales como estatales que ampliaron el alcance de las detenciones migratorias. La cofundadora de SOS, la abogada Katie Blankenship, denuncia una “ofensiva antimigrante de la administración Trump” que es “especialmente cruel en un estado como Florida”, cuya economía depende de los migrantes. “La velocidad y brutalidad del enfoque es letal. Estamos ante una crisis de derechos humanos que marcará al país por años”, alertó Blankenship.

“Tuvimos que inclinarnos y comer como perros”

Según el informe de HRW, en el Centro Federal de Detención de Miami los detenidos fueron obligados a comer esposados, sin poder usar las manos. Un ciudadano británico, Harpinder Chauhan, detenido en una redada de forma arbitraria, denunció a HRW: “Tuvimos que inclinarnos y comer con la boca, como perros”. Entre los casos documentados, se informa que los detenidos en Krome fueron mantenidos en celdas heladas y superpobladas, sin ropa de cama ni higiene básica, y fueron sometidos a encadenamientos prolongados durante los traslados. 

Abogados contactados relatan que sus clientes, aún en los casos de residentes de larga data y contando con seguros de salud, se les negó consistentemente la atención médica. Otro testimonio describe cómo un hombre con una hernia estrangulada no recibió atención médica hasta desmayarse del dolor. “Tuve que tirarme al suelo para que me auxiliaran. El médico me dijo que si no llegaba al hospital, se me hubieran reventado los intestinos“, describió en el informe. 

El mismo individuo contó que fue testigo de la muerte de Marie Ange Blaise, una mujer haitiana de 44 años. “Gritamos por ayuda, pero los guardias nos ignoraban. Cuando llegó el equipo médico, ya no se movía”, recordó. Las mujeres detenidas en este centro, diseñado para hombres, no recibieron atención adecuada a sus necesidades de género ni privacidad. Una de ellas relató que compartía celda con un inodoro a la vista de los hombres detenidos en habitaciones contiguas

“Si se subían a una silla, podían vernos directamente”, dijo una mujer argentina. “Pedimos poder ducharnos, pero nos dijeron que no era posible por estar en un centro masculino”, relata en el informe. “Si pides ayuda psicológica, te aíslan. Si lloras, te encierran por dos semanas. Por eso muchos prefieren callar”, dijo otra detenida citada en el informe. Semanas atrás, un grupo de migrantes del centro de detención Bluebonnet, en Texas, decidió expresar su descontento organizando sus cuerpos en el suelo, colocándose uno al lado del otro para formar las siglas: S.O.S.

Un “sistema profundamente deshumanizante”

En medio de las denuncias, el gobierno de Trump redobla sus apuestas por nuevos centros de detención, tras la inauguración del “Alcatraz de los Caimanes”. Esta nueva instalación, ubicada en los Everglades de Florida, tendrá capacidad para albergar entre 3 mil y 4 mil personas, según informó el gobernador Ron DeSantis. Las organizaciones firmantes reclaman alternativas comunitarias a la detención, condiciones dignas y una supervisión independiente de estos centros.

SOS presentó recientemente una demanda federal contra el nuevo centro de detención, alegando que su funcionamiento viola la Constitución de Estados Unidos. La organización denuncia que se vulneran derechos fundamentales como el acceso a una defensa legal, la libertad de expresión y el debido proceso. “Es urgente que los tribunales detengan este atropello a los derechos constitucionales”, reclamó la organización en un comunicado.

El nuevo centro, ubicado en el extenso Dade-Collier Training and Transition Airport, fue bautizado irónicamente como el “Alcatraz de los Caimanes” por su ubicación remota y la presencia de esos animales en los alrededores del establecimiento. Abogados y familiares de detenidos denuncian que los migrantes allí sufren daños físicos y psicológicos graves, que condenan figuras como la directora asociada de la División de Crisis y Conflictos de HRW, Belkis Wille. “Las personas detenidas por motivos migratorios están siendo tratadas como menos que humanas”, denunció Wille.

El centro de detención de Krome, por su parte, triplicó su población en los tres primeros meses del año y operó muy por encima de su capacidad, según detalla el informe. Por su parte el centro de Miami, que llevaba años sin alojar detenidos migratorios, reabrió sus puertas en febrero para recibir a cientos de migrantes. La consejera de Americans for Immigrant Justice, Denise Noonan Slavin, lamentó que los migrantes son “arrancados de sus hogares para desaparecer en un sistema profundamente deshumanizante”.

Desde la asunción de Trump, su gobierno ha intensificado las detenciones migratorias en todo el país. Según datos del ICE, a mediados de abril, 45 de los 181 centros de detención superaban su capacidad. Las organizaciones advierten que el número de migrantes detenidos en todo el país superó los 56 mil en junio, un 40 por ciento más que en 2024, la cifra más alta registrada hasta ahora. “No son incidentes aislados, sino consecuencias de un sistema de detención profundamente fallido”, denunció Belkis Wille.

Cortesía de Página 12



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