Toma riesgos, corre tabúes, sabe ser sutil y bestial al mismo tiempo, no recurre al morbo ni se ampara en la tibieza. Querer es un serie diferente en el agotado mar del streaming, en el que navega de todo. Y mucho se hunde. Lejos de eso, esta ficción española se mete en aguas turbulentas con valentía y logra que uno (probablemente la mayoría) se quede con sensación de haber visto una joyita. Y, encima, de ésas que te dejan pensando y debatiendo.
Estrenada en España el año pasado, llegó hace unos días la catálogo de Flow y de inmediato se posicionó en el primer lugar de las más vistas de la plataforma. Es que, luego de verla, resulta imposible no recomendarla.
Si bien marca la diferencia desde distintos puntos, lo que la distingue principalmente del pelotón de historias episódicas es que aborda la dura temática de la violación en el matrimonio. Y a partir de esa bomba, va mostrando cómo las esquirlas van desintegrando a una familia que deja de ser la que era y, al mismo tiempo, va dejando ver -porque eso es lo que hace la serie, dejar ver– quién es quién de acuerdo a su accionar, a su asumir, a su negar.
El primero de sus cuatro episodios -duran entre 47 y 63 minutos- lleva el mismo nombre de la serie. El segundo se titula Mentir, el tercero Juzgar y el cuarto, Perder.
Y a través de esos cuatro capítulos -absolutamente maratoneables, aunque cada tanto viene bien tomarse un descanso o un cafecito, o un algo, tal vez un respiro– se ve el derrotero de Miren Torres, una mujer que lleva 30 años de casada, tiene dos hijos grandes, un nieto y un marido al que siempre le dijo que sí, pero ahora, antes de de decirle que no, presenta una denuncia sobre violación recurrente y otras formas de la violencia de género.
Y arma la valija, arruga sus miedos con unas pocas ropas, le deja un bife en la plancha y se va. No es que huye, se reguarda, se cuida como propia. Se empieza a querer, conjugación que tan bien defiende el título de esta historia creada por Alauda Ruiz de Azúa, quien tras su paso por el cine debutó con esta miniserie que en España estrenó Movistar+.
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Tráiler de “Querer”, la fuerte serie española de Flow
La valentía de Miren (magistralmente interpretada por Nagore Aranburu) empieza a mover las piezas de un rompecabeza familiar que parecía armado con los años entre los cuatro, entre silencios, entre apariencias, entre sometimiento y dolor. Su marido, Iñigo Gorosmendi (a cargo del actor Pedro Casablanc, al que en la Argentina se lo vio en series como Mar de plástico, Los hombres de Paco y Toy Boy), niega todo e intenta hacerles creer a sus hijos que su madre no está bien, un clásico.
Y Jon (Iván Pellicer, personaje clave de Sagrada familia) y Aitor (Miguel Bernardeau, uno de los galanes de Élite, el rubio Guzmán) reaccionan de manera casi opuesta. Vale la pena ir descubriendo escena a escena cómo se desarma y se arma esa familia a partir de que el horror sale a la luz. Sería un pecado contar aquí qué rol toma cada uno y cómo se va transformando.
Como sería un pecado, también, no destacar entre las muchas virtudes de esta producción la capacidad de su realizadora para contar esta historia sin necesidad de mostrar la violencia. Uno ve la serie y hasta podría sentir esa atmósfera de dolor, de agobio, de culpa por no haber reaccionado antes, de sufrimiento y de dignidad que envuelve a esa mujer en su andar. En su resistencia.
Querer tiene más silencios que palabras, más diálogos que música. Más verdad que la que puede mostrar un documental. No está basada en un hecho real. Está basada en la cruda realidad de muchas familias. Con las cosas del querer y, fundamentalmente, las del no querer.
Drama Protagonistas: Nagore Aranburu, Pedro Casablanc, Miguel Bernardeau e Iván Pellicer Creadora, escritora y directora: Alauda Ruiz de Azúa Emisión: Cuatro episodios por Flow.
Cortesía de Clarín
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