
Bajar de peso en México no es solo un objetivo de salud, sino una conversación cultural que se refleja en millones de interacciones digitales. El estudio “Tendencias en el consumo alimentario: una mirada desde la antropología digital 2025” de DINAMIC analizó más de 345,000 menciones y 11.9 millones de interacciones en redes sociales entre diciembre de 2024 y julio de 2025, detectando las tensiones más recurrentes que enfrentan los mexicanos al intentar adelgazar.
El informe muestra que más del 73% de la población adulta en México vive con sobrepeso u obesidad (ENSANUT 2023), y que este panorama se traduce en una conversación digital cargada de frustraciones, críticas a la industria y resistencia cultural.
Te puede interesar
“No sirven los productos milagro”
La narrativa más fuerte identificada por DINAMIC es la de “No sirven los productos milagro” (18.50%). Miles de usuarios expresan escepticismo hacia pastillas, suplementos y dietas rápidas promovidas por influencers sin credibilidad médica. La percepción dominante es que estas soluciones solo venden falsas promesas y refuerzan el ciclo del efecto “subo y bajo”, sin resultados duraderos
Miles de usuarios expresan escepticismo hacia pastillas, suplementos y dietas rápidas promovidas por influencers sin credibilidad médica
Dietas tradicionales: confianza en lo heredado
La segunda narrativa es “Dietas tradicionales” (14.30%). Lejos de las tendencias importadas, los mexicanos confían en prácticas alimentarias transmitidas por generaciones: caldos, frijoles, maíz y combinaciones sencillas que se perciben como efectivas a largo plazo. Para muchos, regresar a la cocina de siempre es una manera de recuperar control frente al marketing agresivo y la confusión informativa.
Comer sano
El dilema cultural: “Imposible sin mis tacos”
Una de las frases más poderosas recogidas en el estudio es “Imposible sin mis tacos” (9.50%). Aquí, la cocina tradicional mexicana aparece como obstáculo y refugio al mismo tiempo: se reconoce que los tacos, ricos en carbohidratos y grasas, dificultan el proceso de pérdida de peso; sin embargo, renunciar a ellos resulta impensable. La solución más mencionada no es eliminarlos, sino adaptarlos: reducir porciones o hacerlos más ligeros sin perder su esencia
El informe también muestra un rechazo a las dietas extremas y a la gordofobia promovida por el sistema comercial. Muchos usuarios critican la publicidad engañosa, la falta de opciones saludables y la presión estética que margina a quienes no encajan en estándares idealizados. En este sentido, la conversación digital apunta a un cambio de paradigma: adelgazar no debería significar sacrificar la identidad cultural ni aceptar estigmas sociales.
Cortesía de El Economista
Dejanos un comentario: