Impresionante hallazgo en Australia: descubren nuevo estilo de arte rupestre que transforma lo que sabíamos sobre el vínculo espiritual entre humanos y animales hace 5.000 años

Durante siglos, las remotas paredes rocosas del noreste del Kimberley, en Australia, han conservado en silencio una historia que ahora comienza a resurgir gracias a la mirada atenta de arqueólogos y custodios tradicionales. Un equipo liderado por la arqueóloga Ana Paula Motta, en colaboración con la Corporación Aborigen Balanggarra, ha identificado un nuevo estilo de arte rupestre que estaba oculto a plena vista, confundido durante décadas con representaciones más antiguas. Su descubrimiento no solo añade un nuevo capítulo al relato visual de los pueblos originarios australianos, sino que también sugiere un giro radical en la manera en que estas comunidades se relacionaban con el entorno y con los animales que lo habitaban.

El nuevo estilo ha sido denominado “Figuras Naturalistas Lineales” (Linear Naturalistic Figures, LNF), y aparece pintado en 98 motivos distribuidos en 22 sitios del Kimberley nororiental. Lejos de ser una variante más del ya conocido “Periodo de Animales con Relleno Irregular” (IIAP), que data del Pleistoceno, este conjunto revela una forma completamente distinta de concebir el arte y, posiblemente, la cosmología. Las LNF corresponden a un periodo mucho más reciente —de entre 5.000 y 2.000 años de antigüedad— y ofrecen claves para entender una transformación social profunda en el corazón de uno de los paisajes culturales más antiguos del planeta.

El arte que no encajaba

Todo comenzó como suele hacerlo en ciencia: con una anomalía. El proyecto Kimberley Visions, que desde 2013 documenta sitios arqueológicos en colaboración con comunidades aborígenes, acumulaba miles de registros. Entre ellos, varias decenas de figuras que, aunque en apariencia se asemejaban a animales del IIAP —como canguros y zorros voladores—, presentaban diferencias sutiles pero persistentes: ausencia de relleno, contornos más marcados, posturas más estáticas y una clara falta de elementos antropomórficos o escenas sociales.

Lejos de ser un simple estilo inacabado, los análisis revelaron que estas representaciones obedecían a una lógica propia. Mientras que las figuras del IIAP mostraban cuerpos dinámicos, infinidad de detalles anatómicos y una paleta cromática densa, las LNF se distinguían por su minimalismo gráfico. Animales grandes, perfilados con líneas únicas, sin fondo ni contexto, como siluetas que emergen del tiempo. Estas diferencias se hicieron aún más claras al analizar su relación espacial: las LNF están superpuestas sobre las figuras del IIAP y de los famosos antropomorfos Gwion, pero se encuentran por debajo de las posteriores pinturas Wanjina, datadas a partir de hace 5.000 años.

Secuencia estilística del arte rupestre del Kimberley a lo largo del tiempo
Secuencia estilística del arte rupestre del Kimberley a lo largo del tiempo. Fuente: Motta et al. (2025)

Una nueva mirada sobre los animales

El hallazgo va más allá del estilo. Es una pista sobre cómo las sociedades aborígenes del Holoceno medio y tardío estaban redefiniendo su mundo simbólico. Durante milenios, las pinturas antropomorfas con ricos atuendos y decoración corporal —como las del estilo Gwion— dominaron el arte rupestre del Kimberley. Representaban seres humanos con una fuerte carga ceremonial, probablemente asociados a rituales complejos y estructuras sociales más jerárquicas.

Pero las Figuras Naturalistas Lineales suponen una ruptura. Una suerte de regreso al animal como figura central. No se trata simplemente de registrar especies de la fauna local; estas imágenes parecen hablar de una forma de relación más íntima, casi espiritual. La mayoría de los animales representados —especialmente canguros— tienen una carga simbólica profunda en los sistemas de creencias aborígenes. No son solo presas o recursos; son ancestros, seres totémicos, parte del mismo linaje que los humanos.

Algunos arqueólogos sugieren que este regreso a lo animal puede estar vinculado a un cambio en las condiciones medioambientales y sociales de la época. Durante el Holoceno, el nivel del mar se estabiliza, el clima se vuelve más predecible y la movilidad de los grupos humanos se reduce. En ese contexto, los animales totemizados —figuras centrales en la mitología y el derecho consuetudinario aborigen— vuelven a ocupar el espacio simbólico más prominente. El arte no se hace para narrar la sociedad, sino para marcar el territorio, reforzar alianzas entre grupos y asegurar el equilibrio espiritual del entorno.

Un lenguaje gráfico propio

El análisis formal del estilo LNF permitió clasificar las figuras en dos grandes grupos: las de trazo geométrico y las de estilo más naturalista. Las primeras son más esquemáticas, con extremidades angulosas y simplificadas, mientras que las segundas muestran un mayor cuidado anatómico, aunque sin llegar a la complejidad del IIAP. Todas comparten, sin embargo, un mismo principio: un contorno único que define toda la figura, como si el artista hubiese querido capturar la esencia de un ser, no su apariencia detallada.

Este trazo continuo, sin sombreado ni relleno, contrasta con las decoraciones intrincadas de los estilos anteriores y posteriores. A veces, solo una línea delinea un cuerpo entero. Es un lenguaje sobrio, contenido, pero profundamente eficaz. Podría pensarse que estas figuras estaban inacabadas, pero su recurrencia y coherencia en múltiples sitios sugiere una decisión estilística deliberada. Una elección que responde a nuevas formas de entender el mundo, no a limitaciones técnicas.

Ejemplos de siluetas corporales exclusivas del estilo de Figuras Naturalistas Lineales, reconocibles por su contorno continuo, sencillo y sin relleno interior
Ejemplos de siluetas corporales exclusivas del estilo de Figuras Naturalistas Lineales, reconocibles por su contorno continuo, sencillo y sin relleno interior. Fuente: Motta et al. (2025)

Una historia que se reescribe

Este descubrimiento no es solo una cuestión estética. Modifica los mapas cronológicos de la historia visual de Australia y, por tanto, de su historia cultural. La existencia del estilo LNF implica que la secuencia estilística del arte rupestre aborigen no es lineal ni cerrada, sino que responde a ciclos de cambio y retorno. Tras siglos de predominio antropomorfo, la mirada volvió a dirigirse hacia los animales. Y en ese regreso no hubo imitación del pasado, sino una reformulación gráfica y simbólica de lo que significa ser parte del mundo natural.

Al proponer esta nueva categoría estilística, los autores no solo enriquecen la taxonomía del arte rupestre australiano; también ofrecen una lectura más compleja y dinámica de la historia aborigen. Una historia donde los estilos no desaparecen sin más, sino que se transforman, dialogan, se superponen o incluso resucitan siglos después bajo nuevas formas.

Las Figuras Naturalistas Lineales son un recordatorio de que el arte rupestre no es un fósil estático, sino un archivo vivo. Uno que puede seguir revelando sorpresas, incluso en los paisajes más estudiados. Y también una invitación a mirar más allá de las apariencias, a no dar por sentado que lo que parece simple, lo es.

Referencias

  • Motta, A. P., Ouzman, S., & Veth, P. (2025). Linear Naturalistic Figures: a new Mid-to-Late Holocene Aboriginal rock art style from the northeast Kimberley, Australia. Australian Archaeology, 1–17. DOI:10.1080/03122417.2025.2457860

Cortesía de Muy Interesante



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