INEGI, ¿en verdad hay mucho crecimiento en el campo?

El INEGI difundió ayer lunes 22 de diciembre, el dato del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) correspondiente a octubre. El IGAE es un indicador que permite tener una idea preliminar de cómo se está desenvolviendo la actividad económica mensualmente. A diferencia del PIB, cuyos valores, en pesos corrientes y pesos constantes, se da a conocer en forma trimestral, el IGAE se reporta de manera mensual, pero solo se reporta un índice, que permite identificar la magnitud y el sentido en el que se está moviendo la economía mexicana.

Tomando en cuenta las cifras desestacionalizadas, el IGAE de octubre implica un crecimiento de 1.0% frente a lo registrado en septiembre. En comparación con lo registrado en octubre de 2024, el dato reportado significa un crecimiento anual de 1.6 por ciento. Es un dato que, sin duda, sorprendió y nos estaría indicando que la economía habría mostrado un ímpetu no observado hace más de un año. De hecho, desde julio de 2024 que el IGAE no mostraba un desempeño tan favorable como el de octubre de 2025.

Ahora bien, es importante echar un vistazo a la forma en que se comportaron los componentes del IGAE, me refiero a las actividades primarias, que corresponden a las actividades agrícolas, pecuarias, forestales y pesqueras; a las actividades secundarias, que corresponden a la minería, generación de energía eléctrica, construcción y manufactura; y las actividades terciarias, que corresponden a los servicios.

Según el INEGI, lo que ayudó a que el IGAE creciera en 1.6% anual fue que las actividades primarias mostraron un crecimiento anual de 11.8%, es decir, en comparación con octubre de 2024, y que las actividades terciarias, experimentaron un crecimiento de 2.5%, también anual. En contraste, las actividades secundarias habrían sufrido un retroceso de 0.7% frente lo registrado hace un año.

Las actividades primarias representan ya un porcentaje relativamente pequeño dentro del total de la actividad económica de México, pues se ubica en alrededor de 3.5% del valor total del PIB, mientras que las actividades secundarias, representan alrededor del 33% y las actividades terciarias, alrededor del 63 por ciento.

Sin embargo, no deja de llamar la atención que aún cuando ya su participación dentro del total del PIB es bastante acotada, el INEGI nos reporte que las actividades primarias tuvieron un crecimiento de doble dígito. Lo digo porque con eso, el INEGI nos está diciendo que el campo mexicano está viviendo tiempos de bonanza, tanto por el lado del volumen producido como por el valor obtenido por la venta de esa producción, tanto en México como en los mercados de exportación.

Y justo ahí es donde los datos empiezan a hacer ruido. ¿Por qué? Pues simplemente porque estamos viendo que el volumen de producción de maíz para 2025, en el mejor de los casos, será prácticamente similar al de 2024 y los precios por tonelada en nuestro país no necesariamente se han incrementado de manera importante, por eso los bloqueos recientes de carreteras por parte de miles de productores. Algo similar ocurre con el tomate, cuya producción para 2025 será menor que la de 2024, según reportes preliminares. Y bueno, qué decir del sector pecuario, donde vemos una crisis importante en el segmento del ganado bovino, por el problema del gusano barrenador.

Entonces, planteo una pregunta que considero muy válida frente al reporte de octubre del INEGI: ¿de dónde diablos saca el INEGI las estadísticas para reportarnos que las actividades primarias tuvieron crecimientos espectaculares en agosto, septiembre y octubre de este año? Desde mi punto de vista, empieza a ser imperativo que INEGI muestre la solidez de sus estadísticas, no vaya a ser que esté empezando a caer en la tentación de publicar reportes que no desagraden tanto a la administración en turno.

* El autor es economista.

Cortesía de El Economista



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