
La Inteligencia Artificial (IA) ya no es un concepto futurista y en los últimos años se ha transformado en una realidad cotidiana que predomina en los procesos de reclutamiento, gestión de talento y búsqueda de empleo, sin embargo, con su adopción, también crece la necesidad de construir principios éticos que garanticen la transparencia, la equidad y la supervisión humana en un ecosistema laboral que cada vez es más automatizado.
De acuerdo con el estudio “Inteligencia Artificial en el empleo: uso, retos y principios para una selección ética”, elaborado por Computrabajo, el sitio de empleo líder en Latinoamérica, tanto los candidatos como las empresas están incorporando herramientas de IA en sus rutinas laborales, no obstante, la diferencia radica en el grado de confianza y en la claridad de los límites entre la tecnología y la decisión humana.
Los resultados del estudio revelan que el 57% de los profesionales ya emplea y domina herramientas digitales, y que el 73% identifica el uso de IA en sitios de empleo y que, en muchos casos, esta tecnología ayuda a redactar currículums, mejorar perfiles, preparar entrevistas y optimizar la búsqueda de oportunidades. Además, 66% de los candidatos considera que la IA ha mejorado su experiencia en el proceso de búsqueda laboral.
Branded Contetn
Pero, junto con las ventajas tecnológicas, también surgen inquietudes: tres de cada diez personas que buscan empleo solo confían en la IA si existe validación humana de por medio. Este frente refleja un punto importante a debatir: ¿es posible que la IA evalúe a los candidatos sin reproducir los sesgos que provienen de la información con la que fue entrenada?
Desde el ámbito empresarial, cuatro de cada diez organizaciones mexicanas ya utilizan IA, principalmente en áreas de atención al cliente, automatización de flujos internos y gestión de recursos humanos y ocho de cada diez empresas que aplican IA en recursos humanos la utilizan para el reclutamiento, una muestra clara de la transformación que viven las áreas de Recursos Humanos.
Para los reclutadores, existen varias ventajas, como la redacción de vacantes con mayor precisión, el filtrado de candidatos, la generación de preguntas clave o la realización de entrevistas virtuales. Ahora bien, el verdadero desafío radica en garantizar que estos procesos sigan siendo justos, inclusivos y transparentes.
La automatización no puede reemplazar la sensibilidad humana necesaria para interpretar trayectorias profesionales, valorar potencial y comprender contextos, por ello, el estudio de Computrabajo subraya que la supervisión profesional es indispensable para garantizar la confiabilidad del proceso de selección.
Los principios que las empresas consideran fundamentales para un uso ético de la IA coinciden con este enfoque:
- Complementar los algoritmos con revisión humana (60%)
- Asegurar que la decisión final sea siempre humana (57%)
- Garantizar la transparencia del proceso ante los candidatos (49%)
- Capacitar al equipo en el uso ético de la IA (48%)
- Alinear las decisiones tecnológicas con los valores de la organización (43%)
- Supervisar los algoritmos para detectar sesgos (41%)
Estos datos muestran una clara conciencia sobre la necesidad de regular, capacitar y monitorear el uso de la IA dentro de las organizaciones. La ética, en este sentido, no es un freno a la innovación, sino una condición para su sostenibilidad. La tecnología puede agilizar procesos y aumentar la eficiencia, pero su impacto será positivo sólo si las decisiones finales mantienen el juicio humano en el centro.
En los próximos años, el desafío para las áreas de Recursos Humanos será construir sistemas donde la IA y las personas colaboren bajo un principio; la innovación con propósito y la ética como estándar de confianza.
Cortesía de El Economista
Dejanos un comentario: