Como sucede en la investigación arqueológica en general, el estudio del poblamiento maya también se ha centrado principalmente en la identificación de estructuras monumentales y elementos visibles en el paisaje. Con todo, una parte sustancial de la vida cotidiana de los mayas transcurrió en espacios que hoy han desaparecido o resultan invisibles porque el mar se los ha tragado. Así, en la costa sur de Belice, un equipo de investigadores ha logrado reconstruir uno de estos asentamientos perdidos bajo el agua. Los resultados, que ahora se publican en la revista Ancient Mesoamerica, ofrecen una perspectiva inédita sobre la arquitectura doméstica y la economía cotidiana del periodo Clásico Tardío.
Situado en la laguna de Punta Ycacos, el yacimiento de Ch’ok Ayin constituye un ejemplo excepcional de cómo el ascenso del nivel del mar durante el Holoceno inundó antiguos espacios habitados. El estudio ha mostrado cómo este conjunto residencial formaba parte de un sistema productivo especializado vinculado a la producción de sal, un recurso estratégico para las poblaciones mayas tanto costeras como del interior.
La laguna de Punta Ycacos y el impacto del ascenso del nivel del mar
La costa meridional de Belice presenta un entorno dominado por lagunas salobres, manglares y fondos de turba formados por la acumulación de raíces de mangle rojo. Este paisaje, hoy sumergido, fue en la antigüedad un espacio dinámico de ocupación humana destinado a la explotación de los recursos. Con el tiempo, el progresivo ascenso del nivel del mar provocó la inundación de las áreas bajas, un proceso que terminó por ocultar los asentamientos que carecían de arquitectura en piedra.
En Punta Ycacos, la turba de manglar creó condiciones anaerobias que permitieron la conservación excepcional de materiales orgánicos, sobre todo de los postes de madera. Gracias a ello, los restos de edificaciones construidas con postes y techumbres vegetales quedaron fijados en el fondo marino. Así, se ha preservado la huella física de un poblado que, de otro modo, habría desaparecido por completo del registro arqueológico.

Arquitectura doméstica de postes y techumbres vegetales
El análisis de más de medio centenar de postes de madera en Ch’ok Ayin ha permitido reconstruir la disposición de varias estructuras rectangulares organizadas en torno a un espacio abierto. Según han podido constatar los arqueólogos, se trata de un grupo residencial doméstico típico, comparable a los conjuntos de viviendas mayas documentados en tierra firme, aunque construido íntegramente con materiales perecederos.
Estas edificaciones carecían de plataformas elevadas o de cimientos de piedra. Esta característica formal explica por qué pasaron desapercibidos en muchos estudios previos. Los postes, hincados directamente en el suelo, sostenían las paredes y las cubiertas de materiales vegetales hoy desaparecidas. Su orientación y distribución revelan una planificación del espacio doméstico adaptada al entorno lagunar.
La datación por radiocarbono de varios postes ha situado la ocupación principal de Ch’ok Ayin entre los siglos VII y VIII d.C., dentro del Clásico Tardío. Aunque no todas las estructuras edilicias son contemporáneas, en su conjunto sí formaron parte de una misma unidad doméstica activa durante varias generaciones. El conjunto abarcaba una superficie aproximada de 864 metros cuadrados.
Uno de los edificios se ha identificado como residencia principal, mientras que se sabe que otros funcionaron como espacios especializados. Esta diferenciación funcional se apoya tanto en la distribución de los postes como en el tipo y la concentración de los materiales asociado.

La sal como eje de la economía doméstica
El rasgo más destacado de Ch’ok Ayin es su vinculación directa con la producción de sal. Los habitantes del asentamiento participaban en un sistema de producción doméstica especializada, destinado al abastecimiento regional. La sal constituía un recurso esencial tanto para la dieta como para la conservación de alimentos, en especial el pescado.
Cerámica y actividades cotidianas
El conjunto cerámico recuperado en el fondo de la laguna es amplio y variado. El repertorio arqueológico incluye recipientes destinados tanto a la producción de sal como al almacenamiento y al consumo doméstico. Estos datos refuerzan la interpretación del asentamiento como un hogar permanente y no como un espacio dedicado exclusivamente a la producción.
Entre las cerámicas destacan los tipos locales vinculados a la producción salinera, junto con vasijas de servicio procedentes de otras regiones. Esta combinación demuestra que los habitantes de Ch’ok Ayin participaban en redes de intercambio más amplias, a través de las que se abastecían de bienes producidos por otras comunidades.

Herramientas de piedra, madera y objetos de uso diario
El registro material también incluye abundantes herramientas de piedra, sobre todo de sílex, así como piezas de obsidiana procedentes de fuentes lejanas. Estas herramientas se emplearon en actividades económicas complementarias, como el procesamiento de pescado, la carpintería o la preparación de alimentos. El desgaste observado en muchas piezas confirma que se usaron de forma intensiva en las tareas cotidianas.
La preservación de objetos de madera, como fragmentos de remos o pequeños utensilios, además, ha aportado información excepcional sobre la vida diaria. Estos elementos, que rara vez se conservan en los contextos terrestres, refuerzan la imagen de una comunidad costera plenamente integrada en su entorno acuático.

Repensar los “sitios invisibles” del mundo maya gracias a la arqueología subacuática
El caso de Ch’ok Ayin pone de manifiesto las limitaciones de los métodos de estudio tradicionales para estimar la población y la organización social maya. Si solo se consideran los asentamientos visibles, una parte significativa de la población queda excluida del análisis histórico, pues los poblados construidos con materiales perecederos, especialmente en las zonas costeras bajas, desaparecen del registro superficial.
La arqueología subacuática ofrece una vía para corregir este sesgo al incorporar al discurso histórico aquellas comunidades que desempeñaron un papel económico crucial. Ch’ok Ayin se convierte así en un modelo para reinterpretar otros paisajes costeros inundados de Mesoamérica.
Referencias
- McKillop, Heather y E. Cory Sills. 2025. “Ancient Maya submerged landscapes and invisible architecture at the Ch’ok Ayin residential household group, Belize”. Ancient Mesoamerica, 1–22. DOI: https://doi.org/10.1017/S0956536125000136
Cortesía de Muy Interesante
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