Israel mató a una fotoperiodista en un ataque en Gaza

El Ejército israelí mató este miércoles a la fotoperiodista Fátima Hasouna junto a los miembros de su familia tras bombardear su casa en el barrio de Al Tuffah, al este de Ciudad de Gaza, confirmaron a la agencia de EFE fuentes locales. En total, el ataque provocó la muerte de diez personas e hirió a otras 13, cuyas identidades no han transcendido, según las fuentes.

“Su asesinato eleva a 212 el número de periodistas muertos en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre (de 2023), una cifra sin precedentes en la historia moderna de los conflictos”, señaló el Centro de Protección de Periodistas Palestinos (PJPC), en una cifra que engloban los trabajadores de los medios, influencers y otros. “Los periodistas son civiles. Atacarlos constituye un crimen de guerra”, dijo el grupo, que pidió una investigación independiente y protección inmediata.

La Defensa Civil gazatí, por su parte, informó en su canal de Telegram que sus equipos han podido recuperar seis cuerpos en el barrio de Al Tuffah y que han trasladado a ocho heridos a los hospitales. Además, en las últimas 24 horas, los ataques israelíes han dejado a más de una treintena de fallecidos, informó el Ministerio de Sanidad gazatí en un comunicado.

Solo en el norte del territorio palestino, una quincena de personas murieron, entre ellas una niña y una anciana, en diferentes bombardeos de artillería y drones. En el centro de la Franja, se registraron otros dos fallecidos en dos ataques diferentes contra el campamento de refugiados de Al Bureij y otro en una casa frente al hospital de los Mártires de Al Aqsa en Deir al Balah (centro). En el sur, donde más víctimas mortales se registraron en las últimas 24 horas, 17 personas murieron por ataques contra las ciudades de Rafah y Jan Yunis. Algunos de esos bombardeos golpearon, de nuevo, el conjunto de carpas que albergan a personas desplazadas en la zona costera de Al Mawasi, bautizada por Israel como “área humanitaria segura”, pero aún así no exenta de ataques.

“Gaza se ha convertido en una fosa común”

Mientras tanto, la coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Franja, Amande Bazerolle, denunció que Gaza se ha convertido en una fosa común para la población palestina y para quienes acuden en su ayuda. “Las vidas de los palestinos están siendo devastadas sistemáticamente mediante el desplazamiento forzoso de la población y el bloqueo deliberado de la ayuda vital”, indicó en un comunicado.

La coordinadora también afirmó que los ataques a paramédicos y rescatistas por parte de Israel han mostrado un claro desprecio por la seguridad de los trabajadores humanitarios y sanitarios en Gaza. “Estamos siendo testigos en tiempo real de la destrucción y el desplazamiento forzoso de toda la población de la Franja”, denunció Bazerolle, quien dijo que no hay lugar seguro para los habitantes o para quienes intentan ayudarlos. “La respuesta humanitaria está sufriendo enormes problemas bajo el peso de la inseguridad y la escasez de suministros, lo que deja a sus habitantes con pocas opciones, si es que tienen alguna, para acceder a la atención”, añadió.

Desde que se reanudó la ofensiva israelí en la Franja el 18 de marzo, rompiendo así un alto el fuego de casi dos meses con Hamas, alrededor de 1.700 personas han muerto en Gaza, según los datos del Ministerio de Sanidad del enclave, que eleva a 51.000 los muertos desde el principio de la guerra hace 18 meses. En cuanto al personal humanitario, Naciones Unidas cifra en al menos 409 los trabajadores humanitarios muertos desde octubre de 2023.

Crisis de suministros médicos

A esta situación hay que añadir que la prohibición impuesta por Israel a la entrada en la Franja de Gaza de ayuda humanitaria, incluidos medicamentos y materiales hospitalarios, hace cada vez más difícil tratar adecuadamente a los pacientes en los centros de salud y los pone en grave riesgo, denunció la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA). “La asistencia sanitaria que presta la UNRWA es un salvavidas indispensable para los desplazados, pero la prohibición de ayuda impuesta por las autoridades israelíes hace cada vez más difícil tratar adecuadamente a los pacientes, más aún ante unos niveles de necesidad sin precedentes”, apuntó en un comunicado.

Según la UNRWA, los desplazados, entre ellos mujeres embarazadas, ancianos y niños con quemaduras o heridas de guerra, esperan su turno para recibir tratamiento y muchos de ellos tienen que volver sin recibir medicinas o tratamientos porque desde hace más de un mes no entran. “Hacemos todo lo que podemos, pero las condiciones son terribles. Nos las arreglamos con lo que tenemos, pero la grave escasez de medicamentos, analgésicos y otros suministros médicos esenciales supone una grave amenaza para la vida de nuestros pacientes y agrava esta crisis médica”, aseguró el doctor Muhammad, citado en el comunicado de UNRWA.

El Ministerio de Sanidad de la Franja denunció la semana pasada que no quedan existencias del 37% de los medicamentos esenciales ni de más de la mitad de los fármacos usados contra el cáncer o enfermedades sanguíneas. Un total de 80.000 pacientes con diabetes y 110.000 hipertensos carecen de medicación en la devastada Franja.

El pasado 2 de marzo, las autoridades israelíes anunciaron un nuevo veto de suministros, prohibiendo la entrada a la Franja de agua, alimento, combustible, ayuda humanitaria y comercial. Este bloqueo ya ha superado el del inicio de la guerra, que duró del 7 al 21 de octubre, y sitúa a cientos de miles de gazatíes cerca de la hambruna, según Naciones Unidas.

Cortesía de Página 12



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