ISSFAM: bienestar y dignidad para quienes sirven a México

En un país que se transforma y busca consolidar su bienestar social, pocas instituciones reflejan con tanta claridad la gratitud de la nación hacia sus servidores como el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM). Este organismo, amparado por la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, representa uno de los pilares más sólidos del reconocimiento que el Estado otorga a quienes, con disciplina y entrega, han dedicado su vida a la defensa, la soberanía y la paz de nuestro país.

El Programa Institucional 2025–2030 del ISSFAM, recientemente publicado en el Diario Oficial de la Federación, actualiza la visión de este organismo bajo los principios del humanismo mexicano, con la convicción de que el bienestar de los militares y sus familias es una forma concreta de justicia social. Su propósito es claro: fortalecer las prestaciones, garantizar el acceso a servicios médicos integrales, ampliar las oportunidades de vivienda digna y fomentar una cultura institucional basada en la equidad y la inclusión.

La Ley del ISSFAM, vigente desde 1976 y reformada en 2025 para incorporar plenamente a la Guardia Nacional, establece un sistema de protección que abarca a los miembros del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, así como a sus derechohabientes. Es un entramado jurídico y operativo que asegura haberes de retiro, pensiones, compensaciones, seguros, becas, préstamos hipotecarios y servicios médicos. En otras palabras, es el marco que garantiza que la vida después del servicio —o durante él— se viva con dignidad y seguridad.

El diagnóstico incluido en el programa 2025–2030 revela la magnitud de su labor: más de 1.4 millones de personas forman parte de la población atendida por el ISSFAM, entre militares en activo, retirados, pensionistas y sus familias. Tan solo entre 2018 y 2024, el número de trámites de prestaciones creció más del 27%, mientras que los servicios médicos otorgados aumentaron en más del 60%. Estas cifras no solo reflejan un incremento en la demanda, sino también la necesidad de modernizar los procesos para mantener la calidad, la eficiencia y la calidez en la atención.

El reto más visible está en el servicio médico integral que se ha deteriorado en los últimos años. A pesar de los avances, persisten desigualdades en infraestructura y disponibilidad de personal especializado. La meta para los próximos años es garantizar una atención preventiva, con seguimiento continuo, diagnósticos oportunos y rehabilitación efectiva. La salud, entendida como derecho humano, debe cuidarse con enfoque humano y con tecnología de punta, como lo plantea el propio ISSFAM al incorporar herramientas digitales para seguimiento y evaluación.

Otro ámbito esencial es la vivienda digna, una prestación que fortalece no solo la estabilidad económica, sino también la cohesión familiar y emocional del personal militar. Los créditos hipotecarios con tasas preferenciales, así como la construcción y mejora de unidades habitacionales, son mecanismos que reconocen la movilidad constante de la carrera militar. Sin embargo, frente al encarecimiento sostenido del mercado inmobiliario en México —con un aumento del 57% en cinco años—, el desafío será mantener estos apoyos accesibles y sostenibles.

El ISSFAM no solo protege, también educa y transforma. Su programa enfatiza la necesidad de consolidar una cultura institucional basada en la equidad, la transparencia y la no discriminación. En tiempos donde la confianza ciudadana es un bien escaso, reforzar la ética pública dentro de las instituciones militares es una inversión en legitimidad. La inclusión de mujeres, personas con discapacidad y comunidades indígenas en un entorno de igualdad sustantiva no es un gesto simbólico, sino una condición indispensable para el fortalecimiento institucional.

Este programa 2025–2030 mira más allá del presente. Su visión al 2030 y al 2050 proyecta un ISSFAM cercano, confiable, digitalmente avanzado y humano. Se imagina un sistema automatizado de gestión de prestaciones, atención médica moderna y cobertura habitacional sostenible. Es una visión que combina tecnología, eficiencia y sensibilidad social, tres componentes esenciales para una seguridad social verdaderamente integral.

En un contexto global de incertidumbre, el ISSFAM es ejemplo de cómo un Estado puede honrar a sus servidores sin perder de vista la austeridad, la transparencia y la rendición de cuentas. La seguridad social militar no es un privilegio, es un acto de reconocimiento nacional y un compromiso ético con quienes resguardan nuestras libertades y nuestra paz.

Hablar del ISSFAM es hablar de México. Es reconocer el valor de quienes portan el uniforme, pero también de sus familias, que sostienen con fortaleza silenciosa el sacrificio diario del servicio. Su bienestar no debe ser una promesa, sino una realidad tangible. Por eso, fortalecer al ISSFAM es fortalecer a la nación misma.

El futuro de México se construye con instituciones sólidas y humanas. Y en esa tarea, el ISSFAM sigue siendo ejemplo y compromiso de que la seguridad social —cuando se ejerce con justicia, equidad y eficiencia— es una de las formas más nobles de servir al país.

*El autor (www.ectorjaime.mx) es médico especialista en cirugía general, certificado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública. Es Legislador y defensor de la salud pública de México, diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXVI Legislatura.

Cortesía de El Economista



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