Situada en la actual Santiponce (Sevilla), la antigua ciudad de Itálica, constituye uno de los yacimientos arqueológicos romanos más relevantes de la Península Ibérica. Su importancia no solo se explica por la calidad de los restos conservados, sino también por haber sido la primera ciudad romana peninsular. Por si esto no bastase, Itálica también proporcionó al imperio dos importantes emperadores, Trajano y Adriano.
Fundada por Escipión el Africano en el año 206 a.C. durante la Segunda Guerra Púnica, Itálica fue un importante y floreciente centro urbano. Las ruinas de la ciudad permiten entender la influencia que ejerció Itálica en el desarrollo de Hispania como provincia clave en la política y cultura de Roma. En este artículo, exploraremos los restos arqueológicos más interesantes del yacimiento con relación a los emperadores Trajano y Adriano.
El descubrimiento del yacimiento de Itálica
La fundación de Itálica en el siglo III a.C. como colonia romana fue fundamental en el proceso de romanización de Hispania. La ciudad sirvió de base militar durante las guerras púnicas y también de centro de asentamiento para veteranos romanos. Tras la caída del Imperio Romano, sin embargo, Itálica sufrió saqueos y un paulatino deterioro durante siglos. La ciudad permaneció sepulta e ignorada hasta el siglo XVI, momento en el que surgió el interés por las ruinas romanas peninsulares.
Fue en el siglo XVIII, bajo el impulso de reyes ilustrados como Carlos III, cuando se llevaron a cabo las primeras excavaciones sistemáticas en Itálica. Durante los siglos XIX y XX, las excavaciones arqueológicas en el yacimiento revelaron importantes estructuras como el anfiteatro, el teatro y varias casas aristocráticas con mosaicos. En 1912, se declaró Monumento Nacional.
Los restos arqueológicos más significativos de Itálica
El yacimiento arqueológico de Itálica abarca una vasta área accesible al público. Termas, acueductos, murallas, lujosas casas privadas y espectaculares mosaicos evidencian un centro activo de gran importancia para la consolidación imperial en el Mediterráneo.
Un trazado urbano clásico para la primera colonia romana en la Península Ibérica
El diseño urbano de Itálica sigue el modelo clásico romano, con un cardo y un decumano que se cruzan en ángulo recto y dividen la ciudad en manzanas bien definidas. La ciudad contaba con un foro o plaza pública, así como templos, termas y otros edificios de uso común. La disposición de las calles y la presencia de un sistema de acueductos y alcantarillado demuestran un alto grado de planificación urbana y un interés por las infraestructuras públicas.
Los restos de edificios públicos, como las termas y los templos (que incluyen uno dedicado a Isis y otro, quizás, al propio Trajano), muestran la importancia de Itálica como centro de actividad cívica y religiosa. Los habitantes de la ciudad podían disfrutar de baños públicos, mercados y templos dedicados a diferentes deidades.
El anfiteatro de Itálica
El anfiteatro de Itálica es una de las estructuras más emblemáticas del yacimiento. Construido durante el reinado de Adriano en el siglo II d.C., tenía un aforo de unos 25000 espectadores. Esto lo convierte en uno de los más grandes del Imperio Romano. En su arena se celebraban espectáculos de gladiadores, las luchas con animales y las representaciones teatrales que atraían a espectadores de toda la región.
El anfiteatro presenta un diseño ovalado típico, con gradas distribuidas en diferentes niveles que permitían distribuir al público en función de su clase social. Aunque gran parte de la estructura original no se conserva, aún pueden verse algunos muros, el foso central y los restos de las graderías que permiten apreciar la magnitud de esta construcción.
Las casas con mosaicos
Uno de los aspectos más sorprendentes de Itálica son las casas aristocráticas, muchas de las cuales están decoradas con mosaicos. La Casa del Planetario, la Casa de la Exedra y la Casa de los Pájaros son algunos de los ejemplos más destacados. Estas viviendas siguen la estructura de la domus y, por tanto, están construidas alrededor de patios interiores. Cuentan con espacios que reflejan el lujo en el que vivían los ciudadanos romanos de las clases sociales pudientes.
La Casa de la Exedra, por ejemplo, alberga mosaicos con figuras mitológicas y escenas de la vida cotidiana. La Casa de los Pájaros, por su parte, debe su nombre al mosaico que decora su atrio principal, donde se representan diversas aves con gran detalle y precisión. Estos mosaicos no solo reflejan el alto nivel artístico de Itálica, sino también el carácter cosmopolita y culto de la ciudad, que recibía influencias de distintas partes del Imperio.
Trajano, Adriano e Itálica: el legado de dos emperadores
La relevancia de Itálica en la historia del Imperio Romano se ve reforzada por ser la cuna de dos emperadores que marcaron significativamente el destino de Roma: Trajano y Adriano. Oriundos de Itálica, durante sus respectivos reinados, se encargaron de expandir y embellecer su ciudad natal.
Trajano, el emperador conquistador
Marco Ulpio Trajano nació en Itálica en el año 53 d.C. Fue el primer emperador de origen provincial y destacó por su habilidad militar y sus políticas de expansión. Bajo su mandato, Roma alcanzó su máxima extensión territorial. Logró incorporar territorios de Dacia, Partia y el Medio Oriente. Trajano no solo fue un líder militar exitoso, sino también un emperador que promovió el bienestar de sus súbditos y llevó a cabo numerosas obras públicas en toda Roma y sus provincias.
En Itálica, Trajano impulsó el crecimiento y la mejora de las infraestructuras de la ciudad. Durante su gobierno, promovió obras de urbanización que establecieron las bases para una ciudad más organizada y moderna. La edificación de nuevas viviendas y edificios públicos marcó el comienzo de una Itálica más próspera y adaptada a las necesidades de sus habitantes.
Adriano, el emperador culto y reformador
El sucesor de Trajano fue Publio Elio Adriano, otro ciudadano de Itálica. Gobernó el Imperio Romano con una visión diferente a la de su predecesor, centrada en la paz y la consolidación de las fronteras en lugar de la expansión militar. Adriano se recuerda por su interés en las artes, la arquitectura y la filosofía.
Adriano mostró un especial interés por embellecer Itálica, interés que se tradujo en la mejora de su infraestructura y la construcción de monumentos y edificios. Impulsó la ampliación de la ciudad hacia el norte, donde creó una zona conocida como Itálica Nova. Desarrolló un trazado urbano mejorado que incluía calles rectas, un foro monumental, templos y una serie de viviendas de lujo. Durante su gobierno, también se construyó el anfiteatro, lo que convirtió a Itálica en un centro de referencia en Hispania.
Trajano y Adriano, a través de sus políticas y su apego por su ciudad natal, elevaron la relevancia y el estatus de Itálica dentro del Imperio. La preservación de este yacimiento permite no solo el estudio de la arquitectura y el urbanismo romanos, sino también un acercamiento al pasado que ilumina aspectos fundamentales de la historia de Hispania y del Imperio Romano. Hoy, Itálica continúa siendo un monumento vivo que nos invita a explorar y conocer el glorioso pasado de una ciudad que fue, en su época, cuna de emperadores y símbolo del poder de Roma.
Referencias
- Caballos, A.; J. Marín y J.M. Rodríguez. 1999. Itálica arqueológica. Sevilla.
- Gil, M.S. y A. Pérez, A. 2005. Itálica. Guía oficial del Conjunto Arqueológico. Sevilla.
Cortesía de Muy Interesante
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