
El jueves 2 de julio Jalisco Cómo Vamos (JCV) presentó su Novena Encuesta sobre Calidad de Vida en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) ¿Qué respondieron en 2024 dos mil cuatrocientos tapatías y tapatíos respecto a su vida, respecto a muchos aspectos que inciden en su vida? ¿Qué tanto de eso que dijeron es una clase de espejo para los demás? ¿En qué medida sus contestaciones a las cuestiones de la encuesta nos representan, nos dan pistas para plantearnos cómo somos, cómo vamos? Y entonces, qué decisiones comunes, compartidas, podemos tomar para elevar la calidad de vida de las mujeres y los hombres en Guadalajara.
Mientras la nostalgia -bien sabemos que los tiempos de crisis nos llevan a invocarla- nos susurra cómo fuimos, así sea desde el ensueño hermano de la ficción, y el futuro, vuelto carne de la demagogia política, se corre cada vez más allá, ajeno, la encuesta de JCV descorre el telón para mostrar cierto presente desde una óptica particular: la opinión de la gente, con quince años de recorrido el Observatorio Ciudadano refrenda: lo que la gente opina, importa; con ella atisba un presente de carne y hueso, lo más constante que las sociedades tienen a la mano para proponerse un porvenir: las personas, simple y sencillamente porque nueve encuestas después JCV puede asentir que sus estudios son antídoto contra la demagogia que por estos días alimenta al mal que podría consumirnos: el populismo; es decir, si no atendemos a la realidad percibida, la construida de una en una, de uno en uno, asidos a nuestras cotidianidades, la distancia entre quienes gobiernan (con sus diagnósticos y los remedios que propalan) y aquellos a quienes pretenden gobernar, crecerá hasta volverse abismo insalvable.
Pero asimismo la encuesta no soslaya la nostalgia, desde los dos miles de voces que concentra, pone asideros concretos para el ensueño: revela lo que somos y con eso, si escapamos a la vacuidad que impone la preeminencia del escándalo de coyuntura, entenderemos lo que hemos sido y la posibilidad, o no, de un futuro que contenga libertad, justicia, igualdad, solidaridad, con los gobiernos -ojalá- o a pesar de ellos… en suma, un porvenir que contenga los anhelos que llevaron a la creación de Jalisco Cómo Vamos. Ésos que estamos a punto de hacer a un lado por la urgencia de sentirnos seguros, por la necesidad de procurarnos el sustento para los básico, para la salud (que se ha vuelto un bien al que acceden los que pueden pagar), para la educación de buena calidad y hasta para tener un vehículo particular porque el transporte público es uno de los protagonistas de la demagogia, y no mucho más. En la presentación se mostraron datos de cada uno de los componentes de la encuesta, y si nos ajustamos a lo propuesto al inicio de este texto, algo de lo que vamos siendo revelan. Sin comentarlos, exponemos algunos a la pluralidad de miradas:
En la escala de uno a cinco (en la que uno es lo menos y cinco lo más) la calidad de vida en el AMG en 2020 marcó 3.9, en 2022, 3.8 y en 2024, 3.7 En distintas satisfacciones: con la vida afectiva o emocional, en 2016 4.4, en 2024 4.2; con la vida familiar, para los mismos años, de 4.6 a 4.4. Con la pareja, con los amigos, con los compañeros de trabajo, de 2022 a 2024 hubo descensos de décimas, con todo y que no bajaron de cuatro. La satisfacción con los vecinos tuvo un declive más acentuado: de 4.2 a 3.9.
La satisfacción con nuestra casa, con nuestra actividad principal, con la salud, rebasa el cuatro, la más alta la produce la casa. En cambio, la que nos ocasiona el tiempo libre del que disponemos, la educación escolar que detentamos y la situación económica, quedan en el rango de tres, la última es la menos satisfactoria: 3.7 Cuidado, no perdamos de vista que estas cifras son promedios, que suelen ser tiránicos, los detalles por género, por edad, por nivel educativo, por estrato socioeconómico y por municipio (Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá y El Salto) están en los números que JCV deja abiertos en su página: jaliscocomovamos.org.
A la pregunta: en los últimos tres meses, por falta de dinero u otros recursos ¿se preocupó de que los alimentos se acabaran en su hogar? Contestaron que sí: El Salto, 28.6% (decreció unos puntos respecto a 2022); Guadalajara 19.4 (aumentó casi tres en el lapso referido); Tlaquepaque 26.3% (creció); Tlajomulco 32.4 (un incremento de poco menos de diez puntos); Tonalá 29.2 (prácticamente igual que en 2022).
Los medios de transporte más socorridos en 2024 fueron el camión, Macrobús, el tren ligero, SITREN y el trolebús: lo usaron 44% de los tapatíos (más las mujeres); en 2011 -año de la primera encuesta de JCV- el porcentaje fue 69.4 En segundo lugar el vehículo particular: 30.3% (más los hombres); en 2011 se valió de ese medio 20.5%. En 2011, 1.4% reconoció usar la motocicleta, en 2024, siete por ciento.
En 2024 45% afirmó sentirse poco o nada seguro en la ciudad (otra vez los promedios: en El Salto la percepción negativa estuvo en 55%), para el AMG en 2022, 57% dijo lo mismo. En cuanto a la percepción de seguridad en sus colonias, en 2024 37 fue el porcentaje de quienes respondieron sentirse inseguros, en 2022, 42%. Y por lo que toca a tener familiares desaparecidos, los municipios en que aumentó el porcentaje comparado con 2022: Guadalajara, 8.8; Tlaquepaque, 10; Tlajomulco, 8.7; Zapopan, 8,1. En los que se redujo: El Salto, 7.9; y Tonalá, 8.1.
La invitación es a que convirtamos estos datos, y los muchos otros que contiene el estudio, en prismas que puedan descomponer la luz que reciben según la mirada que incida en ellos y que, no obstante, la variedad de perspectivas ilumine colectivamente.
Cortesía de El Informador
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