Japón lo hace con árboles, Alemania lo logró sin salir de casa: el secreto detrás del “baño de bosque” contra el estrés

Pasar tiempo en la naturaleza tiene beneficios comprobados para la salud física y mental de las personas. Sin embargo, esta no siempre es una opción cercana, menos cuando la mayoría de las personas dedica un promedio de 10 horas al día en actividades laborales, además de vivir en entornos completamente urbanizados.

Investigadores del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf, y del Instituto Max Planck, en Alemania, realizaron un estudio que demuestra que usar dispositivos de realidad virtual para proyectar un escenario inmersivo de bosque ayuda a generar la misma sensación de calma que una caminara real en el bosque.

El shinrin-yoku es una popular y sencilla técnica japonesa para relajarse, consiste en pasar tiempo dentro de la naturaleza, entre más rodeado de ella mejor. El término se traduce como “baño de bosque”, y para realizarlo correctamente no se necesita realizar alguna actividad específica como correr, acampar o escalar árboles, basta con detenerse a observar el entorno. Pero es crucial concentrarse en ello, por lo que se recomienda apagar los celulares y deshacerse de cualquier otra distracción.

Esta técnica, si bien fue bautizada por los nipones en la década de los ochentas, es recomendada en igual medida por docenas de culturas alrededor del mundo, pues incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comprobado los beneficios directos tanto a la salud física como mental que trae estar en contacto con la naturaleza.

No hay bosques a la vista

El problema al que muchos se enfrentan es que, al vivir en una sociedad cada vez más industrializada, automatizada y rodeada de tecnología, las alternativas de espacios naturales disminuyen. Hay quienes incluso pasan días sin ver la luz del sol, pues salen de su casa a trabajar antes de que comience el día y vuelven cuando ya ha anochecido.

Este sector de la población está especialmente sujeto a estrés y otros problemas derivados de la falta de regulación en su sistema nervioso como ansiedad, depresión y enfermedades cardiovasculares como la hipertensión. Por desgracia, su ritmo de vida les impide tomarse un par de horas para ir al bosque más cercano a despejar la mente.

Para encontrar una manera de superar estos obstáculos, los investigadores de este estudio -publicado en la revista Journal of Environmental Psychology– decidieron tomar uno de los obstáculos y convertirlo en una herramienta. Pusieron a prueba una versión virtual de los baños de bosque, utilizando tanto estímulos artificiales, pero que ayudaran a recrear el ambiente forestal, como audios, cambio de temperatura y fragancias. Se agregaron lentes de realidad virtual, lo cual completó una experiencia inmersiva con sorprendentes resultados y con completo uso de la tecnología.

El escenario en el que se basaron fue la reserva natural de Sonnenberg, el bosque más grande de abetos en Europa. Múltiples grabaciones fueron cargadas en los visores de realidad virtual, mientras que aceites esenciales de esos abetos se aplicaron al espacio de prueba. Se realizaron pruebas en las que se combinaban los estímulos, así como otras observaciones con solo uno de ellos (auditivo, visual u olfativo). Los niveles de estrés de los pacientes bajaron considerablemente al aplicar la técnica combinada.

“Ya podemos decir que las experiencias de naturaleza digital pueden producir un efecto emocional positivo, a pesar de que no reemplacen a la naturaleza real”

-Leonie Ascone, Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf

Nuevas expediciones desde el sofá

Para los investigadores, las aplicaciones de sus resultados pueden traer grandes beneficios a miles de personas. La directora del Centro de Neurociencia Ambiental en el Instituto para Desarrollo Humano Max Planck, y líder del estudio, Simone Kühn, sostuvo que futuras versiones de la “naturaleza digital” podrían ser aplicadas en clínicas, salas de espera o interiores urbanos.

Escenarios focalizados de naturaleza podrían ser de apoyo para el bienestar mental de las personas. Pacientes cuyo tratamiento médico se realice en salas y camillas, y que no han visto el cielo en días, podrían mejorar su estado de ánimo con esta técnica. Lo mismo podría aplicarse para adultos mayores, cuya movilidad reducida les impide adentrarse en el bosque.

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Durante la pandemia por Covid-19 de hace unos años, un proyecto de California realizó una primera versión de los baños de bosque virtuales, con el fin de contrarrestar la sensación de encierro que se generó al rededor del mundo. La diferencia era que la organización, nombrada FOBI (Forest Bathing International) realizaba transmisiones en vivo de caminatas en los bosques que las personas podían seguir desde casa en sus televisores o computadoras.

Cortesía de Xataka



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