Jennifer Geerlings-Simons será la primera mujer presidenta de Surinam

El Parlamento de Surinam elegirá a Jennifer Geerlings-Simons como la primera mujer presidenta de ese país, luego que el actual partido en el poder desistiera de nominar a un candidato para hacerle frente. La sesión para elegir al nuevo mandatario será este domingo en la Asamblea Nacional, donde el partido de Geerlings-Simons, de 71 años, obtuvo 18 de los 51 escaños. Su compañero de fórmula Gregory Rusland, de 65 años, será el nuevo vicepresidente. Ambos candidatos serán elegidos sin oposición y por aclamación en la Asamblea Nacional tras las elecciones parlamentarias del 25 de mayo en esta antigua colonia neerlandesa de menos de 700 mil habitantes.

Geerlings-Simons pertenece al Partido Nacional Democrático (NDP), fundado por el exdictador Desi Bouterse, fallecido en la clandestinidad en diciembre de 2024. Logró una alianza con otras cinco organizaciones para alcanzar la mayoría de dos tercios necesarios para asegurarse la presidencia y un mandato de cinco años. Su elección no era segura porque el Partido de Reforma Progresista (VHP), del presidente Chan Santokhi, buscaba igualmente armar una coalición para permanecer en el poder.

El VHP logró 17 escaños, pero informó en un comunicado que “después de profundas deliberaciones y con plena conciencia de sus responsabilidades, decidió no presentar candidatos para los cargos de presidente y vicepresidente de la República de Surinam” en las elecciones de este domingo en la Asamblea Nacional. “Nos convertimos en el segundo partido más grande, pero debemos concluir que en las circunstancias actuales esto no proporciona un mandato viable para asumir responsabilidades gubernamentales”, agregó el texto.

Una historia de corrupción y narcotráfico

Geerlings-Simons fue elegida presidenta de la Asamblea Nacional de Surinam el 30 de junio de 2010, y fue elegida por primera vez como parlamentaria en 1996, representando al distrito de Paramaribo. La investidura presidencial de Geerlings-Simons está prevista para el 16 de julio, cuando termina el mandato de cinco años de Chan Santokhi. 

La presidencia de Santokhi estuvo marcada por escándalos de corrupción, lo que lo llevó a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional. Como consecuencia la deuda pública del país, cercana a los 4 mil millones de dólares, fue reestructurada en gran medida y se redujeron distintos subsidios sociales, motivando fuertes protestas de la población.

Desde su transición a la democracia en 1987, Surinam se convirtió en un importante centro del tráfico de cocaína. El hijo del exdictador Desi Bouterse, Dino, se encuentra preso en Estados Unidos bajo acusaciones de tráfico de drogas e intento de acuerdo con el movimiento musulmán chiita Hezbolá. Su ministro de Finanzas, Gillmore Hoefdraad, se escondió en 2020 y fue condenado en ausencia a 12 años de prisión por malversación de fondos.

En 2019 Bouterse fue condenado a 20 años de cárcel por la ejecución en diciembre de 1982 de abogados, periodistas, empresarios y militares presos. Tras apelar, la condena fue confirmada en 2023. Desde entonces estaba en la clandestinidad. En 1999 había sido condenado en ausencia por tráfico de drogas por un tribunal de Países Bajos, la antigua potencia colonial de Surinam. Una orden de captura internacional le impidió salir de su país. Falleció prófugo de la justicia el 25 de diciembre del año pasado.

50 años de independencia 

Surinam, un país diverso conformado por descendientes de India, China, Países Bajos, Indonesia, grupos indígenas y esclavos africanos, celebrará en noviembre su 50º aniversario de la independencia del trono neerlandés. Desde su emancipación, mira cada vez más a China como un aliado político y socio comercial. Fue uno de los primeros países de Latinoamérica en sumarse en 2019 al megaproyecto chino de la Ruta de la Seda. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, hizo escala en Surinam en marzo, en el marco de una gira latinoamericana destinada a contrarrestar la creciente influencia de China en la región.

La antigua colonia neerlandesa, debilitada por rebeliones y golpes de Estado desde su independencia en 1975, cuenta con importantes reservas petroleras recientemente descubiertas. Estos depósitos deberían proporcionar al país, donde el 20 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, ingresos financieros sin precedentes a partir de 2028, cuando comience la explotación de un bloque marino con una producción estimada de 220 mil barriles diarios, mucho más que los 5 mil a 6 mil actuales.

Cortesía de Página 12



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