La vida de Jordi Coronas en Barcelona era bastante intensa antes de subirse a la goleta Adara. Concejal de Izquierda Republicana (ERC), una fuerza independentista en el parlamento catalán, decidió sumarse a la flotilla que viaja hacia Gaza. Navegaba hacía cinco años –una experiencia relativa – y sus días previos a la partida transcurrían entre actividades políticas y sociales de lunes a domingo. Sus espacios para la familia no abundaban – vive con su pareja y tiene dos hijos varones de su primera mujer – pero se las ingeniaba para verlos.
Hoy lleva 29 días en el mar como capitán, se acerca cada vez más a la Franja asediada por Israel y no quería ser testigo del genocidio palestino cruzado de brazos. La época en que trabajaba en una empresa de artes gráficas y comunicación quedó demasiado lejos. En cambio, la ayuda humanitaria que lleva a bordo está muy cerca del objetivo que se propuso con sus veintidós tripulantes. Quiere entregársela a los gazatíes que todavía sobreviven a la masacre sistemática del gobierno sionista de Benjamin Netanyahu.
-¿Cómo ha sido hasta ahora la misión de la Global Sumud?
– Se cumplen 29 días desde el 31 de agosto pero no hemos navegado todos, porque estuvimos cinco días detenidos en Barcelona por problemas técnicos, otro día en Menorca resolviendo lo mismo y cuatro más en Túnez igual. Quizás hemos navegado unos quince días. Cada milla que avanzamos para nosotros es una pequeña victoria y sobre todo después de lo que pasó con el ataque que sufrimos con drones. Me atrevo a decirte que con la moral intacta y crecida y gracias a que los medios de comunicación no dejais hablar de ello y lo agradecemos intensamente. Hay una gran movilización ciudadana que se está produciendo en muchos países y esto garantiza que el problema del genocidio siga en el centro del problema político.
– Ha sido creciente el apoyo a la flotilla y su objetivo en todos los puertos por donde pasó y en muchas ciudades del mundo. ¿Qué significó para ustedes ese respaldo?
-Eso da el punto de épica que significa cruzar navegando todo el Mediterráneo. El mar es un medio hostil. No necesita de un gobierno sionista para serlo. Pero si a esto le añadimos los ataques que se produjeron sobre dos barcos fondeados en Túnez o el que sufrimos después, que fue realmente espeluznante, creo que conseguimos que la ciudadania en distintos lugares del mundo entienda y vea de manera clara que hay un gobierno sionista que está violando el derecho internacional y los derechos humanos.
-Da la sensación que el régimen de Netanyahu no alcanzó su techo en materia de violaciones a los derechos humanos. ¿Esperaban una respuesta semejante de Israel contra la flotilla?
-Ya había precedentes del gobierno sionista. No me gusta utilizar la palabra Israel como genérico, porque creo que dentro de ese país también hay voces críticas, pero los que están al mando ya han demostrado que francamente se les va bastante la mano. Si lo hacen es porque hasta ahora se les ha permitido. Hay denuncias, gobiernos que se están pronunciando, los de Italia y España han enviado algunos barcos para protegernos, aunque aún no sabemos cómo. Pero todas estas cosas llegan un poco tarde. Nosotros reivindicamos que se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas que obliguen a abrir un corredor humanitario para ingresar lo más básico para la sobrevivencia de los palestinos y palestinas.
-Dijo que los gobiernos llegaron tarde en auxilio de los palestinos. ¿Cómo vivió la decisión del gobierno español de enviar un barco de guerra para custodiar a la flotilla?
-Pues, como dije, llegaron tarde pero sin duda que fue por una acción ciudadana que lo exigió. Las clases trabajadoras, como ha pasado con los estibadores de Italia o con la huelga general que hubo hace pocos días, envolvieron con sus medidas a los gobiernos. El análisis es que hoy la gente en Italia está apretando para que así sea. Si el gobierno español se mueve es porque la ciudadanía se mueve para que así sea. Lo de la Vuelta ciclística de España fue una demostración clarísima para evitar que un equipo que hacia propaganda claramente a favor del gobierno sionista de Israel no compitiera. Esto también nos llena de orgullo. La flotilla es un poco el catalizador de estas movilizaciones.
– Hay antecedentes de represalias a flotillas anteriores, como el asesinato de militantes turcos en la misión que se llamó Free Gaza en 2010. Ahora bien, con lo numerosa que es la actual y el respaldo internacional que consiguió, ¿hasta dónde cree que puede llegar la Global Sumud?
– La decisión está tomada y ha sido reafirmada por la organización y todos los barcos que formamos la flotilla. Nuestra intención es abrir el corredor humanitario y llegar hasta Palestina, hasta la Franja de Gaza. Ese es el único cometido que tenemos. Una misión humanitaria. No somos terroristas como pretende el gobierno sionista de Israel ni somos una operación militar. Somos una caravana de barcos, una flotilla que lleva ayuda humanitaria, medicinas, alimentos, insumos para bebés, eso es lo que somos. Y esto el derecho internacional lo reconoce, por tanto no estamos cometiendo ninguna irregularidad.
-¿Cómo describiría un día suyo en la misión al frente del Adara?
-Es muy intenso porque somos veintidós personas en un barco que mide 24 metros de largo y nos queda pequeño cuando somos las veintidós en movimiento dentro de él. La verdad es que si el día a día es positivo, y a nivel de convivencia podemos mantener un buen estatus dentro del barco, es gracias a la actitud de la totalidad de la tripulación y del pasaje. Y aunque son muchos días y todos tenemos un mal día, yo he tenido un mal día, como capitán de esta embarcación no tengo ninguna queja, si no todo lo contrario. Es infinito mi agradecimiento a que 29 días después de partir, todavía estemos aquí con la moral alta y con ganas de llegar hasta el final.
-¿Cómo se establece la distribución de las tareas a bordo del barco?
– El día empieza por supuesto con el desayuno y creo que las personas que se encargan de la cocina, tanto en el desayuno como en el almuerzo o las cenas, le sacan un rendimiento maravilloso a los productos que tenemos y no hay ninguna queja, al contrario, hay mucho agradecimiento para ellos. A partir de ahí hay tareas, con cuadros de distribución horaria. Hay personas que se encargan de la limpieza, otras de las guardias de navegación. Aquí navegamos veinticuatro horas, los siete días de la semana.
– Tengo entendido que en el Adara van parlamentarios a bordo. ¿Quiénes son?
– Sí, Cele Fierro, argentina y diputada por el Frente de Izquierda y otra legisladora del Parlamento de Cataluña que es Pilar Castillejo, de la CUP, de las Candidaturas de la Unidad Popular.
-¿Este viaje como capitán de la flotilla marca un antes y un después en su vida?
– Sí, el impacto de este viaje es tan grande que seguro, es un antes y un después en mi vida. Y seguramente en la vida de todos los que están aquí. Somos 22 personas que no nos conocíamos antes del 31 de agosto y ahora yo puedo decirte que siento y tengo una familia del corazón, que quiero y además me preocupa su bienestar. Más allá de eso y la intensidad de haber sufrido ataques, la solidaridad que hay entre nosotros y entre los otros barcos, es un ejercicio que personalmente me ayuda a recuperar un poco de la fe que había perdido en la humanidad.
Cortesía de Página 12
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