Jorge Robledo contempla volver al Senado en 2026

Jorge Robledo habla como candidato, opina como candidato y crítica como candidato. Sin embargo, aún no decide lanzarse al agua. Con miras a 2026 y con movimiento propio –Dignidad y Compromiso– tiene solo una claridad: no volverá a ser candidato presidencial. Eso sí, en esta entrevista con EL COLOMBIANO admite que está estudiando volver al Senado, donde por más de 20 años fue reconocido en más de una decena de veces como el mejor congresista del país.

El exsenador hace un balance del Gobierno de Gustavo Petro y lo raja en la mayoría de frentes; advierte que en las próximas elecciones el presidente “va a aliarse hasta con el diablo con tal de poner un amigo que le cuide las espaldas”, y se refiere a la eventual candidatura de Sergio Fajardo. Reconoce que ya están hablando con otros sectores.

Justo en este arranque de 2025, cuando se habla de otro revolcón ministerial y resta poco más de año y medio de Gobierno, ¿qué balance hace del desempeño del presidente Petro?

Lo explico de esta manera: voté en blanco en las elecciones del 2018 y 2022, entre otras razones, porque tenía la certeza de que el Gobierno de Gustavo Petro iba a ser muy malo y por eso no voté por él. Pero tengo que decir que me quedé corto. Las cosas resultaron bastante más mal de lo que pensaba. Es realmente catastrófica la administración de Gustavo Petro por donde uno la mire y está haciendo un daño inmenso a este país.

¿Cuáles son los frentes que le parecen más problemáticos durante este mandato?

Lo más evidente es que este es un Gobierno con unos problemas de corrupción, clientelismo y politiquería enormes. Son tan grandes como los peores de la historia de Colombia. Estamos hablando de hechos demasiado graves que no hay por qué detallarlos.

Es evidente que Petro está dedicado a lograr que él y sus amigos, sean más o menos cercanos, puedan tener éxito en lo que tiene que ver con vivir sabroso. El segundo hecho es que Petro no aborda los problemas nacionales en su administración. Para mí el principal problema de Colombia es el subdesarrollo de la economía nacional. La mayor urgencia de este país es crear más riqueza y en eso Petro es igual a los gobiernos anteriores.

A todo ello se suma una capacidad de engaño y manipulación escandalosa, pero además todo esto montado sobre una agresividad absolutamente inaceptable. Aquí el que no esté de acuerdo con él, Petro se siente con el derecho de clavarle el adjetivo que se le dé la gana y eso es contrario a la visión medianamente democrática de las cosas.

En materia de salud o seguridad, por ejemplo, ¿qué balance hace de su manejo?

Los que venimos reclamando en contra de la posición de Petro sobre la salud tenemos la razón. ¿Cómo se atreve el presidente a negar que hay una crisis financiera de la salud descomunal? Coger a Petro en una verdad es una cosa dificilísima. No tiene la razón en eso y, sin embargo, se empecina en engañar a la gente.

Esa es la otra característica del Gobierno de Petro: mantener a sus afectos y seguidores en un estado de tensión y de indignación a punta de verdades a medias. Hay cosas que dice que son ciertas, pero él abusa de esas realidades para envenenar a su gente y plantear las cosas como no corresponden con la realidad. Así, cierra las puertas para encontrar acuerdos que puedan servirle al progreso de Colombia.

También hay dificultades en el tema mineroenergético y frente al manejo de Ecopetrol, ¿cuál es su lectura?

Es una vergüenza, una auténtica vergüenza. Recordemos que Petro es el único presidente de un país petrolero en el mundo que está haciendo la propuesta de hacerle daño a la economía petrolera de su país. Cuando él le planteó a Lula en el 2022 que se acordaran con otros países con su concepción antipetrolera, Lula en términos cordiales lo mandó al carajo. Lo sacó con cajas destempladas.

El desenfoque de Petro en esto es total, porque es un desenfoque calculado para engañar. Él posa de gran ambientalista, pero es un charlatán dedicado a engañar y haciéndole un daño inmenso al país.

¿Y en materia internacional? Usted fue una de tantas voces críticas por la participación de Colombia en la cuestionada posesión de Nicolás Maduro como presidente en Venezuela…

La peor parte de la política exterior del Gobierno Petro es que hace parte del neoliberalismo global. Él hace ruidos y desplantes, pero cuando se analiza no está proponiendo ninguna política económica que apunte a sacar a Colombia del hambre, sino que lo mantiene sometido a un mundo de ganadores y perdedores.

Tan es así la situación que en un reciente libro que publiqué dedico un capítulo para preguntar ¿Petro sí es de izquierda? Así de grave es el desenfoque de Petro y cada día está más claro que así es la realidad.

A la luz de este balance, ¿qué panorama ve para 2026? ¿podrá haber continuismo del actual Gobierno?

En 2026 Petro va a aliarse hasta con el diablo con tal de poner un amigo de él en la Presidencia que le cuide las espaldas. Eso está clarísimo. Si en las elecciones pasadas hizo los acuerdos detestables que hizo y más los que hizo en el Gobierno, no nos sorprendamos que haga pactos hasta con el diablo.

La otra opción para el 2026 es la de quienes han gobernado Colombia desde antes del 2022. Son los mismos con las mismas, culpables del desastre nacional. Ellos andan diciendo que todo iba muy bien y Petro lo daño. No, todo iba muy mal. Es más, Petro es presidente porque esos gobiernos anteriores lo hicieron tan mal que generaron una reacción entre la ciudadanía que le dio el triunfo.

No escojo entre los unos y otros, por eso en el caso de Dignidad y Compromiso, donde estamos con Sergio Fajardo y Jennifer Pedraza y otra gente trabajando por toda Colombia, estamos construyendo. Es una cosa distinta a esas dos que le ofrezca a los colombianos una opción diferente, con un programa diferente y unas prácticas diferentes.

Para mencionar un caso: proponemos una política anticorrupción, pero de verdad. También hay que abordar con rigor y seriedad el problema de la violencia que azota a Colombia, además del problema de la corrupción.

Súmele una política de desarrollo económico importante. Si Colombia no crea más riqueza y más empleo, no tiene solución para sus problemas. Sin la presencia de una economía empresarial fuerte, mucho más fuerte que la de hoy, Colombia no podrá resolver sus problemas.

Usted, como hombre de izquierdas, ¿teme que en 2026 Petro termine dándole impulso a un gobierno de extrema derecha?

El hecho de que tengamos decidido crear una alternativa a este Gobierno es para impedir que vuelvan a ganar los mismos de antes. Ya demostraron a lo largo de más de medio siglo la pésima política económica y social. En política no podemos seguir escogiendo ‘entre los peores y los más malos’, así es imposible salir adelante.

Por eso estamos buscando por toda Colombia con quiénes armar un equipo amplio, democrático, de acuerdos y convergencia que nos permita llevar a alguien a la jefatura del Estado. También llevar unas listas de Congreso que hagan una renovación importante en el Senado y la Cámara de Representantes, en donde es evidente que la mediocridad pulula.

Usted en todo este panorama, en medio de estos esfuerzos, ¿qué rol está jugando en lo electoral?

La decisión que tengo tomada es que voy a estar en la lucha política hasta que se me acaben las pilas. ¿En qué cargo? en el que me toque. Si me toca cargar el maletín lo cargo. La segunda decisión es que yo ya hice una campaña presidencial y no repito esa experiencia.

¿Pero es cierto que volverá al Senado?

Mucha gente me viene planteando que vuelva al Congreso y lo que he dicho al respecto es que no tengo una decisión y debo estudiarlo. Estoy haciendo consultas con mis amigos y mucha gente, y en algún momento tomaré una decisión.

En todo caso, si no es en nada de eso cuenten con que Jorge Enrique Robledo, mientras tenga pilas, va a estar en la lucha política y estaré en 2026 ayudándole al proyecto que consideremos que Colombia necesita.

¿De qué depende que usted vuelva al Congreso? ¿Qué consideraciones tiene en la balanza?

En política, y como todo en la vida, hay que saber que de las carreras no queda sino el cansancio. Yo estoy oyendo opiniones, qué opinan unos, las posibilidades, si eso contribuye para un proyecto de unidad. Todo lo definiré en su debido momento, porque no por mucho madrugar amanece más temprano. En algún momento tomaré una decisión que hoy realmente no sé cuál es.

Tras los resultados adversos en las presidenciales de 2022, sumado al sexto lugar que obtuvo en la Alcaldía de Bogotá en 2023, ¿teme que este intento por volver al Senado termine en otro revés?

No, eso a mí no me importa. Es el tipo de cosas que no me trasnochan en la vida. Yo hago lo que deba hacer. Si mi participación en una campaña electoral le sirve al proyecto político que crea conveniente para el país y si les sumo cualquier número de votos, ahí voy a estar.

Nunca he hecho política movido por la certeza del éxito. Hago política porque creo que por ahí le puedo servir al país y esa fue la decisión que tomé hace 53 años. Lo que yo tengo es alma de servidor público.

¿Cómo va la consolidación de la candidatura de Sergio Fajardo?

Sergio tampoco tiene una decisión tomada, pero sí tiene la decisión tomada de estar activo en política. Ya le llegará a él, y hay que hablarlo también, el día de las decisiones. Pero él está empeñado en la lucha por transformar democráticamente a Colombia y en eso coincido con él plenamente. En general es la posición de todo nuestro equipo en Dignidad y Compromiso.

¿Ya han tenido acercamientos con otros partidos?

Estamos pendientes y sí, uno siempre conversa con algunos, pero no se los menciono por ahora. Esperemos un poco cómo evolucionan las cosas. Está muy temprano, pero la idea es conversar. La política se hace conversando y ya iremos viendo cómo se van conociendo las cosas.

Cortesía de El Colombiano



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