
La ruta para la jornada laboral de 40 horas en México inició oficialmente, este 19 de junio se realizó el primer foro convocado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) para construir el proyecto que permita reducir el tiempo de trabajo de manera paulatina.
En el foro, el primero de siete que se tienen programados, representantes empresariales, sindicales, académicos y de organismos internacionales, presentaron sus propuestas para alcanzar la jornada de 40 horas, uno de los compromisos asumidos por la presidenta Claudia Sheinbaum.
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De todo lo planteado, hubo tres elementos en los que se alcanzó un consenso: gradualidad en la reducción de las horas de trabajo, aplicación flexible de la norma y sectorización de los cambios; es decir, que cada industria tenga reglas específicas en función de su operación y actividades.
“Una reducción progresiva de la jornada, acompañada de medidas complementarias, es definitivamente la vía más responsable y efectiva, para ir dando el debido cauce a los propósitos positivos de la reforma, evitando impactos negativos al a economía o un efecto inflacionario, por el incremento en los costos de producción y el desabasto provocado por la eventual falta de personal para producir y distribuir”, dijo Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
En su intervención, también planteó flexibilizar la reducción de la jornada laboral, no sólo en un esquema semanal, sino diaria, quincenal o mensual, y considerar bancos de horas, tiempo extraordinario y deducibilidad de prestaciones.
En eso coincidió, Ana María Aguilar, directora ejecutiva del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), al externar la preocupación de los empresarios por los niveles de informalidad, la representante empresarial dijo que la reducción de las horas de trabajo no tendrá un efecto negativo si se realiza de manera gradual y por sector.
“Cada sector tiene una particularidad en horas de trabajo, flexibilidad en los horarios, en los turnos. Que se entienda que cada sector tiene sus restricciones, hay que considerar flexibilidad en la jornada laboral ordinaria, en las horas extras, y tomar en cuenta la no deducibilidad de algunas prestaciones que son por Ley”, agregó.
Gradualidad sí, pero a dos años
Los sindicatos respaldaron la implementación gradual de la jornada, pero con un plazo de dos años, una transición más rápida que la meta planteada por el gobierno federal: 2030.
“Sería muy buena noticia para los trabajadores de México que esta aplicación gradual tuviera un plazo de dos años, cada sector debe tener tiempo para adaptarse sin afectar la productividad, ni los empleos. También que este tema se eleve a reforma constitucional y que establezca dos días de descanso por cada cinco laborados”, dijo Tereso Medina, secretario general adjunto de la Confederación de Trabajadores (CTM).
Además, el representante sindical planteó la creación de una prima sabatina para compensar el esfuerzo adicional de las personas que laboran ese día.
Una postura similar, fue la compartida por Napoleón Gómez Urrutia, diputado federal y líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), quien apoyó la gradualidad, pero para el 2027.
“Propongo una ruta clara, gradual y viable. Que en 2025 instalemos una comisión legislativa y técnica que estudie los impactos legales, económicos y operativos. En el año 2026, la reducción inicial sea de 4 horas, con incentivos fiscales para las empresas que adopten la reforma, y en el 2027, se tenga la reducción de otras 4 horas con acompañamiento técnico, capacitación y evaluación constante”, expresó.
Otro punto de coincidencia entre sindicatos y sector empresarial fue la creación de un organismo tripartito que vigile y evalúe la implementación de la reducción de la jornada laboral.
Costos laborales no son impedimento
Saúl Escobar Toledo, académico de la UNAM, aseguró que el costo laboral en México aún es bajo, por ejemplo, los salarios aún están por debajo de dos canastas básicas, por lo que hay margen para reducir la jornada laboral. “En México, las jornadas son muy largas y los ingresos son muy bajos”.
Agregó que la tendencia mundial es que los países trabajen menos; por ejemplo, en Europa se trabaja en promedio 32 horas, mientras que en América Latina las jornadas aún son extensas.
Por su parte, Juan Carlos Moreno Brid, académico de la UNAM, afirmó que sin crecimiento económico es difícil lograr la redistribución de los ingresos.
“Se necesita traer a la mesa qué política macroeconómica, qué agenda de desarrollo necesita el país para hacer sustentable y sostenible cosas como la reforma laboral de las 40 horas”.
Cortesía de El Economista
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