
Una jueza federal de Estados Unidos desestimó el lunes los casos penales presentados contra el exdirector del FBI James Comey y la fiscal general de Nueva York Letitia James, dos destacados opositores al presidente Donald Trump.
La jueza Cameron Currie desestimó ambos casos con el argumento de que la fiscal designada por Trump que presentó los cargos, Lindsey Halligan, fue nombrada de manera ilegal.
Comey, de 64 años, fue acusado formalmente en septiembre de hacer declaraciones falsas al Congreso, en lo que muchos consideraron parte de una campaña de represalia del presidente contra sus oponentes políticos.
James, de 67 años, una demócrata que procesó con éxito a Trump por fraude, fue acusada en octubre de un cargo de fraude bancario y otro de hacer declaraciones falsas a una institución financiera.
Ambas acusaciones fueron presentadas por Halligan, una fiscal inexperta que en el pasado fue abogada personal de Trump.
Críticos
La acusación contra Comey se produjo después de que el fiscal federal para el Distrito Este de Virginia, Erik Siebert, renunciara tras informar supuestamente a altos funcionarios del Departamento de Justicia que no había pruebas suficientes para acusarlo.
La fiscal general Pam Bondi reemplazó a Siebert con Halligan, quien presentó el caso ante un gran jurado y obtuvo una acusación formal.
Los principales fiscales federales generalmente deben ser confirmados por el Senado y Currie dictaminó que Halligan fue nombrada sin seguir los pasos legales.
“El intento de la fiscal general de poner a la fiscal Halligan como fiscal interina de Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia fue inválido”, dijo la jueza.
“Y dado que la señora Halligan no tenía autoridad legal para presentar la acusación formal, concederé la moción del señor Comey y desestimaré la acusación sin perjuicio”, agregó.
Currie falló de forma similar en el caso de James.
La desestimación deja abierta la posibilidad de que los cargos se presenten nuevamente, aunque el plazo de prescripción en el caso de Comey podría haber expirado desde entonces.
Otro crítico de Trump, su exasesor de seguridad nacional John Bolton, fue acusado de 18 cargos de transmisión y retención de información clasificada.
Comey fue designado para dirigir el FBI en 2013 por el entonces presidente demócrata Barack Obama y fue despedido por el republicano Trump en 2017.
Los cargos contra Comey se presentaron días después de que Trump instara públicamente a Bondi a tomar medidas contra el exdirector del FBI y otros que considera enemigos. Esto está reñido con el principio de que el Departamento de Justicia debe estar libre de presiones de la Casa Blanca.
Desde que asumió el cargo en enero, Trump ha tomado una serie de medidas punitivas contra quienes percibe como enemigos, con purgas a funcionarios gubernamentales que consideraba desleales, casos contra bufetes de abogados que llevaron causas contra él y el retiro de fondos federales de universidades.
Cortesía de El Economista
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