Julio Lagos, el inventor menos pensado del streaming: “La radio tiene complejo de inferioridad y se llenó de trovadores de la política”

El martes 13 de mayo de 1997 Julio Lagos comenzó a transmitir su programa de FM Aspen 102.3 simultáneamente por Internet, en directo y tiempo real, constituyéndose en un pionero. El streaming en la Argentina estaba en marcha.

Escuchar ese audio ahora es la efeméride perfecta nunca antes publicada: Julio Lagos es Neil Armstrong descendiendo en la superficie de la Luna. Sus palabras podrían estar entre las más icónicas de un siglo lleno de citas memorables: “A partir de este momento, por primera vez, estamos saliendo en vivo, en directo y en tiempo real por internet a todo el mundo”.

Dicen que es un placer escuchar a Julio Lagos. Acá tendrán que conformarse con leerlo. Ochenta años tiene. Más de 60 de carrera. En el bar donde nos cita lo reconocemos enseguida. Tiene 80, parece 20 años menos. Su mesa está llena de libros (escritos por él). Hay recortes de su juventud como dibujante profesional y un entusiasmo intacto. La Negra Vernaci andaba gateando cuando él debutaba en los medios como cronista de deportes.

¿Es de los próceres radiales que quedan? Dionisia Fontán, autora de Radio-grafías, textos de divulgación y crítica de radio, lo define como un “caballero”. La información sobre Julio Lagos es infernal. Hizo periodismo gráfico, viñetas, es locutor recibido en el ISER. En 1980 realizó el primer vuelo transpolar, de Buenos Aires a Auckland, Nueva Zelanda, y desde el avión transmitió el paso por el Polo Sur.

Charlando las noticias arrancó en 1971 en Radio Belgrano y se considera un antecedente de los programas informativos de la primera mañana. Despierto por la calle, que iba de 4 a 6 en Radio del Plata, lo tenía saliendo en directo desde la calle con personajes encontrados al azar.

Ganó el Martín Fierro, el Konex, el Rey de España. Escribió Crónicas de la radio publicadas en Internet (Ediciones Corregidor, 2003) o El misterio del Estadio Ebro (Ediciones Corregidor, 2015).

Ahora mismo hace Radio sos vos, por Rivadavia, en horario ómnibus los sábados de 17 a 22. Lo describe como un envío “digital”, “costumbrista” y “popular”.

Siempre aggiornado. Julio Lagos, con su notebook. Fue el primero en la Argentina en transmitir radio por Internet. Foto: Luciano Thieberger

“La gente no precisa bastón”

-¿Qué tipo de radio harías si pudieras hacer lo que se te antoje?

-Hoy está lleno de explicadores. No estoy con los que buscan interpretar lo que ocurre. El opinador, sin embargo, es un oficio que ha prosperado mucho. A mí me parece que la gente no precisa bastón. Y en cuanto a la radio, la radio tiene complejo de inferioridad. Es un medio que históricamente mira los diarios y la televisión.

-A ver si te entiendo: cruzás a ese negocio, ¿qué preguntarías?

-No condicionaría, vería de qué me hablan. Por supuesto que uno tiene sus modos, sus preconceptos, sus vicios, sus métodos profesionales…

-Sesenta años de carrera?

Video

Julio Lagos: “La mejor radio es la que más se escucha”

-¿Creés tener el reconocimiento que supuestamente merecés?

-Bueno, no sé, a mí me va muy bien con la gente, con los compañeros. Me hace feliz trabajar. Cada vez que entro al estudio tengo la sensación de ser bien recibido.

-¿Quién fue el maestro?

Antonio Carrizo, el más grande de todos. La síntesis perfecta de la biblioteca y el arrabal. Además, amigo generoso. Pero, escuchame: a mí me llama la atención que cuando hay algún aniversario de la radio siempre se apele a los archivos. Tal locutor, tal relator. Evocaciones. Daría la sensación que después de aquellos, no se han fabricado nuevos modelos recordables.

Julio Lagos reconoce a Antonio Carrizo como el más grande de la radiofonía argentina: Julio Lagos reconoce a Antonio Carrizo como el más grande de la radiofonía argentina: “La síntesis perfecta de la biblioteca y el arrabal”. Foto: Luciano Thieberger

-¿Lalo Mir?

-Pero Lalo es de un tiempo anterior al presente. Por supuesto que Lalo marcó una época. Entraría en ese archivo. Lo incluyo en la lista de los creadores de radio. ¡A Dolina! Una vez un personaje de la conducción de una emisora me ha dicho: “Vos no entendés que la radio es una unidad de negocios políticos”. Le respondí: “Vos no entendés que la radio es un arte. Y un oficio”.

Ya ni siquiera es política, es farándula, es chiquitaje de la política. Y sus trovadores han invadido la radio. Hablo de lo monocorde de los contenidos. Encendé cualquier radio a cualquier hora, sin distinción de soporte, sea streaming, AM, FM, y siempre van a estar hablando los mismos 50 personajes y las mismas situaciones. Hay que sacar los diarios y las pantallas de las mesas de los programas de radio. Apagar los canales de noticias y volver al arte de la radio. Si me preguntás, yo noto sumisión, dependencia intelectual de la radio hacia otros medios.

Un precursor

-¿Te sentís un sobreviviente?

-Me siento un precursor. No traiciono las raíces. La providencia me permite seguir estando para que alguien tenga en cuenta cómo fue, cómo ha sido y cómo debe seguir siendo la radio.

Julio Lagos dice que la radio está demasiado pendiente de la TV y la prensa gráfica. Foto: Luciano ThiebergerJulio Lagos dice que la radio está demasiado pendiente de la TV y la prensa gráfica. Foto: Luciano Thieberger

-Inventaste el streaming.

-Yo le rajo un poco a ese protagonismo. Después me enteré que a eso se lo llamaba así, streaming. Era un reunión donde se presentaba esta cosa nueva llamada internet. 1997. Una reunión en Startel, una empresa que integraban Telefónica y Telecom. Pusieron una pantallita. Yo imaginé que iban a pasar diapositivas y al final conectaron y apareció La Casa Blanca y Clinton, hasta que de pronto veo al gato de Clinton y escucho “miau”.

Dije: “Che, perdón, ¿esto que me están mostrando cómo se llama? Internet, me contestaron. Les pregunté si Internet tenía sonido o si sólo era el efecto del gato de Clinton. Me dijeron que sí, que tenía sonido. “Esto es radio”, pensé. El martes 13 de 1997 empezamos a trasmitir broadcasting , o sea el programa de radio, en Internet. Lo hice para poder llegar más lejos.

Desde ese día empezó a existir una audiencia nueva. Yo trasladaba al aire consultas que me llegaban de argentinos en otros países. Algunos pensaban que estábamos macaneando porque, claro, no existía el concepto de que podía haber oyentes más allá… Pero bué, en fin, te pido que no me pongas como inventor: yo soy un tipo muy elemental. Mi fuente de formación fueron las historietas. La palabra básica de mi vida es “Continuará”.

Julio Lagos quería ser dibujante. Y tiene un ejemplar de Julio Lagos quería ser dibujante. Y tiene un ejemplar de “El Eternauta” autografiado por el propio Oesterheld. Foto: Luciano Thieberger

-O sea que fuiste lector de “El Eternauta”…

(Mete la mano en un bolso y saca una edición viejísima de El Eternauta) -Mirá, jajaja, mirá la dedicatoria.

-¡Oesterheld!

-Sí señor. Edición de 1975. Un tesorito. Te leo la dedicatoria: “Con la esperanza de poder encontrarnos fuera de la historieta…”. En mis comienzos estuve muy vinculado al mundo del dibujo. En la década del ‘60 publiqué en Tía Vicenta, creada y dirigida por Landrú.

-¿Cuando salió “El Eternauta”, en 1957, fue un éxito?

-De ninguna manera. Era una historieta que yo seguía en la revista Hora Cero semana a semana. A mí me pegaba, porque yo quería ser dibujante. Los pibes de mi barrio no la leían. Creo que su repercusión empieza, sin dudas, a partir de las contingencias que marcaron la vida de Oesterheld.

Mercedes Sosa y la amenaza del ERP

-¿Cuál fue la mejor y la peor época democrática para trabajar?

-Durante la época de Menem, por ejemplo, no hubo dificultades. En el Proceso nosotros trabajábamos y me incluyo en la lista de quienes ignorábamos la represión de los militares tal como después se conoció. El interventor de Radio Belgrano era el teniente coronel Stornelli, padre del fiscal Carlos Stornelli. Yo hacía El programa es usted, en Continental, y programaba toda la música. El asunto es que puse a Mercedes Sosa y Stornelli me dice que Mercedes Sosa no se podía poner. “Es la mejor cantante que existe”, le dije. Quedó ahí. Justo Mercedes viaja a Brasil para cantar y cuando le meten los micrófonos en el aeropuerto se despacha con todo. El lunes vuelvo a la radio y Stornelli me quería matar.

Kempes, Maradona y Messi, en la remera de Julio Lagos. Cree que la radio es arte. Foto: Luciano ThiebergerKempes, Maradona y Messi, en la remera de Julio Lagos. Cree que la radio es arte. Foto: Luciano Thieberger

-No pude poner nunca más a la Negra. Tuve dificultades con frecuencia. Fui condenado a muerte por el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) en el ’74. Otro martes 13 en mi vida. El martes 13 de agosto de 1974, cuando salía al aire por Continental, abandoné el programa tras haber sido condenado a muerte por la organización guerrillera.

-¿Qué podía molestar de vos?

-Cuando la guerrilla mataba gente y ponía bombas, yo decía que me parecía horrendo, y se ve que los que hacían eso no veían con agrado que se los criticara por radio. Murió mucha gente en la Argentina. En eso sí me considero un sobreviviente. Después los militares me prohibieron, me sacaron del aire, hasta el carnet de locutor me quitaron. Eso está registrado. Y cuando hice un programa en Del Plata, año 2007, 2008, un directivo con la militancia política de entonces, no me renovó el contrato.

-O sea que vos fuiste el que mató la famosa “magia de la radio”…

-Cuando actuaba Sandrini en la radio, o cuando tocaban las orquestas, la gente iba a la radio. La radio era un espectáculo. La gente se sentaba para ver la radio. Yo puse una cámara y me dijeron que eso no tenía futuro o que “mataba la magia”. Qué sé yo, mi trabajo consiste en tener más oyentes. Desde que empezó todo esto de las cámaras en los estudios de radio no hemos perdido un solo oyente tradicional. Cada vez más oyentes se suman a través de Youtube. Te ven para escucharte. Son oyentes en definitiva. El streaming no es televisión, es radio.

Cortesía de Clarín



Dejanos un comentario: