
De los cuatro trimestres que lleva en el gobierno Claudia Sheinbaum, dos han tenido caídas y los otros dos han tenido crecimientos muy inferiores a uno por ciento.
La economía mexicana está estancada, y si bien no está tan cerca de una recesión, también está lejos de tener al menos el crecimiento inercial que existía antes de que este régimen llegara al poder, ese que tanto criticaban desde la oposición.
El crecimiento promedio de la economía mexicana en estos siete años del régimen de la autollamada Cuarta Transformación, entre el tercer trimestre del 2018 y el tercer trimestre del 2025, es de 0.03 por ciento.
Son siete años sin crecimiento económico y sin expectativas de una mejora significativa en adelante. Este año, si el cierre es más dinámico sobre todo en el sector terciario, podría el Producto Interno Bruto (PIB) terminar con una expansión anualizada de 0.5 por ciento.
Para el 2026 los analistas que consulta el Banco de México mantienen una previsión de crecimiento del PIB de 1.35% y algunos que ya se aventuran a hacer estimaciones para el 2027 creen que podría finalmente alcanzarse 2.0% de crecimiento en ese año.
Sin embargo, también el 2027 se antoja como un año financieramente complicado, porque la corrección fiscal es mucho más lenta de lo necesario, tras el irresponsable gasto y endeudamiento del 2024, porque el crecimiento económico no anticipa el cumplimiento de las metas fiscales y porque aquel será año electoral.
¿Dónde están las responsabilidades de gobierno actual en el pobre desempeño económico y dónde las herencias y los factores externos?
Evidentemente que el mal manejo económico del expresidente Andrés Manuel López Obrador es el principal factor para llevar más de un sexenio sin crecimiento.
Su abuso de un gasto público improductivo, sobre todo con las obras de infraestructura que lejos de encadenar crecimiento heredaron mayores gastos en subsidios para su manutención. Pero el mayor daño de López Obrador fue, sin duda, minar la confianza empresarial.
El gobierno de Claudia Sheinbaum ha estado llamando este año a corregir los excesos fiscales, sin motores de crecimiento y sin gasto en infraestructura.
De manera externa, es evidente que la amenaza permanente de Donald Trump de entorpecer las cadenas comerciales sí tiene un impacto en el sector secundario, afecta las tomas de decisiones de inversiones y ha postergado planes de expansión industrial.
Pero muchas de las decisiones del gobierno actual durante el primer año de gestión también han afectado el desempeño económico. Fue en esta administración cuando se dio forma a la toma del Poder Judicial y es ahora mismo cuando se confecciona una contrarreforma electoral con claros tintes autoritarios.
El verdadero desafío para el gobierno de Claudia Sheinbaum no es un número, no es evitar a como dé lugar su temor de que la economía caiga en una recesión, es algo más que superar el sexenio perdido de López Obrador.
El reto es demostrar que, aun sin dejar de adorar cada mañana al santo, tiene un proyecto económico propio que pueda priorizar la inversión, la certidumbre legal y la generación de confianza, algo que ni en la 4T pueden negar como la base mínima indispensable para crecer.
El crecimiento promedio de la economía mexicana en estos siete años del régimen de la autollamada Cuarta Transformación, entre el tercer trimestre del 2018 y el tercer trimestre del 2025, es de 0.03 por ciento.
Cortesía de El Economista
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